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La solapada guerra de Juande y el 'mundo sevillista'
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La solapada guerra de Juande y el 'mundo sevillista'

A todo aquel que piense que Juande Ramos ha enterrado su mal humor y se encuentra en el Sevilla feliz como unas castañuelas rosas, es que

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La solapada guerra de Juande y el 'mundo sevillista'

A todo aquel que piense que Juande Ramos ha enterrado su mal humor y se encuentra en el Sevilla feliz como unas castañuelas rosas, es que no conoce del entrenador ni su flequillo. Pese a que la profesionalidad del entrenador del Sevilla se encuentra fuera de toda duda y que del club de Nervión no le mueve ni la reedición del hundimiento del Titanic, los desencuentros entre Juande y el resto del ‘mundo sevillista’ son continuos y flagrantes.

Su relación con José María Del Nido es educada pero tirante. Fuera de lo estrictamente necesario, el roce Del Nido-Juande es nulo. Se ignoran. Es más, a principios de la semana pasada unos periodistas le tiraron de la lengua al presidente al preguntarle sobre la renovación de Juande. Del Nido contestó. “Tiene contrato hasta el 30-J”. Ni una palabra más… oficialmente. Pero en petit comité el máximo timonel del club blanco (que en una conferencia que el pasado jueves impartió a los alumnos de Periodismo de la Facultad de Jerez se regodeaba del valor actual de la plantilla sevillista: 200 millones de euros) utiliza la ironía para zaherir al técnico de Pedro Muñoz, recordando que cuando aterrizó en el Sevilla para ponerlo en órbita triunfal, “sólo era un entrenador en paro”.

Juande Ramos no se corta ni medio pelo y va por libre al expresar su opinión. “Tantos homenajes a Antonio Puerta nos perjudican. Recibimos al rival con los brazos abiertos y eso es una ventaja”. Pero la más fuerte viene con Mosquera. Juande Ramos se percató del fichaje del zaguero colombiano cuando éste se encontraba durmiendo en el sevillano hotel Los Lebreros. Cuando un periodista le preguntó por Mosquera, Juande contestó: “¿Y quién es ese?”. La verdad es que Monchi y su equipo de técnicos no consultaron al entrenador, que sugirió el nombre del alemán Friedrich, central internacional del Bayer Leverkusen. Pero le trajeron a Mosquera. El colombiano llegó al Sevilla por expresa indicación de Víctor Orta, secretario técnico del club y mano derecha de Monchi. El ex director deportivo del Valladolid viajó tres veces a México y una a Colombia para atar a Mosquera. Orta, ‘el cometelevisores’, como le llaman en el club por la compulsiva forma de utilizar la tele en su trabajo de scout, cuando no se encuentra de viaje, apostó con fuerza por Mosquera. Monchi avaló al joven técnico y convenció a Del Nido para que invirtiera ocho millones de euros en el zaguero colombiano. Pero Juande ha utilizado a Mosquera en dos partidos (contra el Real Madrid en el Bernabéu y frente al Espanyol), cambiándolo en el descanso en ambos encuentros.

El técnico no quiere ver ni en pintura a Chevantón y llegó a pedir su traspaso. Pero el uruguayo acaba de ser reinscrito en la Liga. Mosquera, De Mul, Hinkel, Chevantón… Más de veinticinco millones de inversión en alto riesgo. Ahí están los cañones de Ramos, Juande.

A todo aquel que piense que Juande Ramos ha enterrado su mal humor y se encuentra en el Sevilla feliz como unas castañuelas rosas, es que no conoce del entrenador ni su flequillo. Pese a que la profesionalidad del entrenador del Sevilla se encuentra fuera de toda duda y que del club de Nervión no le mueve ni la reedición del hundimiento del Titanic, los desencuentros entre Juande y el resto del ‘mundo sevillista’ son continuos y flagrantes.

José María del Nido