Florentino vetó el fichaje de Adriano Correia

Todo el mundo conoce las buenas relaciones entre Florentino Pérez y José María Del Nido. Los presidentes del Real Madrid y Sevilla se han confesado admiración y respeto mutuo y no pasa año que no hagan negocio. Esta temporada, el ariete Álvaro Negredo, excedente de lujo en los prados cinco estrellas de Chamartín, fue traspasado al club nervionense, pese a las reticencias de los ejecutivos promaños Jorge Valdano y Miguel Pardeza, que preferían ver al vallecano en Zaragoza. Pero Negredo, invisible en su primer veranito galáctico, se plantó en septiembre y cambió el billete de AVE: “yo a Zaragoza no voy, lo que quiero es jugar Champions... con el Sevilla”. Y Florentino envió al Percherón de Vallecas a su amigo Del Nido. Y no se hable una coma más del asunto.

 

Pero muy pocos saben que durante el desarrollo del negocio Real-Sevilla se encontraban más protagonistas. Uno de ellos era Adriano Correia Claros. El brasileño, con pasaporte español y 25 años recién estrenados, llegó en uno de los gloriosos mercados invernales de Monchi (enero 2004), elemento clave del Sevilla multitítulos. Adriano agrada sobremanera al staff técnico de Chamartín, sobre todo a Pardeza, que ve en los hombros del sevillista la solución al endémico problema de banda izquierda, que azota al RM desde que Roberto Carlos emprendiera su jugoso (y económico) vuelo migratorio a Turquía.

Adriano Correia utiliza con la máxima efectividad las dos piernas. De gran calidad técnica, velocidad y encomiable sentido táctico, puede jugar hasta en cuatro posiciones (extremo izquierda y derecho, lateral izquierdo y derecho, incluso mediapunta); más que una garantía de éxito, el llamado Puma del Paraná es un tesoro. Pardeza así lo hizo ver a Valdano y al resto de componentes del staff técnico merengue, cuyos miembros se mostraron muy de acuerdo con la erudita explicación del onubense. Además, la operación Negredo-Adriano sólo supondría un cambio de cromos para agradecimiento de la tesorería y del hoy denostado Manuel Pellegrini, que apuntalaría las bandas y se libraría de un excedente. Pero Florentino vetó el traspaso con una de sus frases lapidarias: “Adriano no es un futbolista para el Real Madrid”.

 

Habría que preguntar al Jefe de jefes madridistas qué modelos rigen en sus códigos deportivos para admitir o desechar futbolistas. Del Nido estaría encantado con el negocio. “Usted paga y yo le vendo, si precisa, a la mismísima mula Francis”.

 

El hispano-brasileño, internacional por Brasil, pugnará con el madridista Marcelo por un puesto en el Mundial de Sudáfrica. Está siendo seguido por el Inter, cuyo entrenador, el portugués, José Mourinho, ya lo quiso fichar este verano. Adriano Correia, figura primordial en el Sevilla de los cinco títulos, tiene contrato con este club hasta junio de 2013, en el apartado de cláusulas un luminoso señala una cifra de megacrack: 50 millones de euros. Pero no es futbolista para el RM para Florentino.