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El Kun Agüero cambia sentimientos por títulos
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José Manuel García

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El Kun Agüero cambia sentimientos por títulos

No descubro ningún secreto cuando digo, o aseguro, que el fútbol es la mayor multinacional que existe en el Planeta. Cada vez que rueda el balón,

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El Kun Agüero cambia sentimientos por títulos

No descubro ningún secreto cuando digo, o aseguro, que el fútbol es la mayor multinacional que existe en el Planeta. Cada vez que rueda el balón, miles de millones de euros le hacen compañía. La FIFA, su gestora, por eso se muestra tan reticente a mover la cresta de la gigantesca gallina que pone huevos de oro. Al margen del gol, de las jugadas increíbles que puedan salir de las botas de un futbolista, lo que mueve al fútbol son los sentimientos. El secreto mejor guardado del negocio. Malo para el negocio cuando se quiebran los sentimientos. 

El Kun Agüero, un futbolista muy afectivo, ha tocado la fibra más sensible de los atléticos. Una afición puro corazón. El fútbol y el corazón caminan juntos y esa alianza ha hecho de oro a muchos. Pero se pierden a veces ciertas perspectivas por culpa de la anteposición de los intereses. Por culpa del dinero, esa plata seductora y malvada, se producen descarrilamientos dolorosos.

Yo creo que el Kun, 20 goles, sostén de un equipo como el Atlético, que da una de cal y dos camiones de arena, lleva semanas dándole vueltas a la cabeza como si fuera un asado de bifé. El argentino, que hace meses renovó su contrato por una millonaria cantidad, sintió los aguijones de la gloria con la consecución de la Europa League y, sobre todo, se metió un atracón de energía de la buena cuando él y los suyos hincaron el diente en el cuello del Inter y se alzaron con la Supercopa de Europa. Después de la luz,  sobrevino la noche llena de apagones de un campeonato gris, donde el Atlético y diecisiete equipos más hicieron de comparsas de Real Madrid y Barcelona, los protagonistas de todo, 'superstars' de la Liga, los que se llevan el título… y el dinero.

El yerno de Diego Maradona quiere formar parte de un equipo así, tipo Real Madrid o tipo Barça, los únicos que garantizan los títulos, y los que tienen asegurada la foto en las principales cabeceras, en los grandes telediarios. El Kun Agüero quiere andar por ahí, como sus amigos Messi o Di María o el 'Pipa' Higuaín, como el interista Cambiasso. El yerno de D10s ansía formar parte de una escuadra hambrienta de títulos y dinero. El dinero ya lo tiene el Kun, y también el afecto de una gente que lo adora, pero no los títulos. Por eso se quiere ir.

Se iría al Barcelona o a la Juventus o al Manchester City (con su amigo Tévez) o al United. Al Real Madrid se iría ahora también. Antes no. Antes dijo el Kun que jamás vestiría la camiseta del Real Madrid. Pero es que antes no sentía esos calambres de ansiedad de títulos que ahora padece y ya no soporta. Ahora se iría al Real Madrid. Por sus amigos y por calmar esa ansiedad que lo mata. Por los atléticos, seguro que no se iría. Pero se irá.

Yo si fuera atlético tampoco me rasgaría la camisa. El fútbol es un sentimiento pero los sentimientos también se controlan y con dinero se controlan hasta las torres KIO. Pasó con Fernando Torres (el personal llegó a creer que el mundo rojiblanco se resquebrajaría, y miren: dos títulos) y sucederá lo mismo con el Kun Agüero, con Diego Forlán y con David De Gea. Si se van los tres, las arcas del Atlético se llenarán de nuevo y se podrá invertir en buenos y seguros elementos. Y el Atlético seguirá su camino. Lo importante, el escudo, los colores y la afición. Como dijo alguien muy cercano al banquillo del Manzanares, los muñecos se van pero los que se rompen las manos de aplaudir permanecen. Eso se llama sentimiento. Ahora, el Kun los cambia por títulos.

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No descubro ningún secreto cuando digo, o aseguro, que el fútbol es la mayor multinacional que existe en el Planeta. Cada vez que rueda el balón, miles de millones de euros le hacen compañía. La FIFA, su gestora, por eso se muestra tan reticente a mover la cresta de la gigantesca gallina que pone huevos de oro. Al margen del gol, de las jugadas increíbles que puedan salir de las botas de un futbolista, lo que mueve al fútbol son los sentimientos. El secreto mejor guardado del negocio. Malo para el negocio cuando se quiebran los sentimientos.