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El Clásico Madrid-Barcelona fagocitó el derbi madrileño
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José Manuel García

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El Clásico Madrid-Barcelona fagocitó el derbi madrileño

Cuando un periodista le preguntó ayer a Iker Casillas sobre el Barcelona, el de Móstoles le respondió torciendo el gesto: "Ahora lo que toca es pensar

Foto: El Clásico Madrid-Barcelona fagocitó el derbi madrileño
El Clásico Madrid-Barcelona fagocitó el derbi madrileño

Cuando un periodista le preguntó ayer a Iker Casillas sobre el Barcelona, el de Móstoles le respondió torciendo el gesto: "Ahora lo que toca es pensar en el derbi y no en el Clásico". Las webs de los diarios deportivos abrían a media tarde con la designación de Fernández Borbalán para arbitrar el nuevo reto Real-Barça, a celebrar el 10 del mes que entra. Y eso que este sábado llega al Santiago Bernabéu el vecino, el Atlético. Pero Real Madrid y Barcelona han crecido tanto, que los demás equipos, incluyendo al Atlético de Madrid, han quedado para las sobras. Son meros comparsas de los grandes divos, chicos de un coro que cada vez desafina más y recibe tundas goleadoras cuando les toca el turno de medirse al Goliat blanco o al dinosaurio azulgrana.  

Este sábado el Bernabéu vivirá un choque de los de antes, cuando Madrid se partía en dos y la diosa Cibeles y o el dios Neptuno ni se dirigían la palabra. Pero de aquello hace tanto que algún veinteañero sufre borrones en la memoria para acordarse de la última victoria del Atlético frente al poderoso vecino de la Castellana. Eso fue en la jornada décima de 1999. Ganó el Atlético 1-3. Baño por todo lo alto, aunque aquella funesta temporada los rojiblancos recibieron cañonazos extradeportivos que les hicieron bajar a los infiernos.

Jugaba por entonces Molina, un joven Capdevila descollaba por la zurda, Valerón tocaba el cuero como si le susurrase la jugada el mismísimo Borges, y el Indio Solari le hacía compañía. Arriba, un morenito llamado Hasselbaink las cazaba siempre y, aunque siempre parecía enfadado, su gesto fiero se distendía cuando conseguía marcar. Y goles hizo unos cuantos. Esa noche le hizo dos al Madrid.

El Real Madrid se adelantó en la parrilla. Morientes llevó el júbilo a los blancos. Pero Hasselbaink cubrió de silencio la grada. El sevillano José Mari adelantó a los rojiblancos al filo de la media hora, y de nuevo el holandés apuntilló a los locales. En medio de aquello, un Atlético de fútbol poderoso y artista que doblegó a su rival, pese a que intentó sacar el choque a flote de un millón de maneras.

Tras aquella rociada de fútbol, la noche le sobrevino al Atlético y su camino se llenó de arena. Ya nada volvió a ser igual. El Real Madrid se encaramó a las nubes y comenzó un ten-con-ten con el Barcelona, choque de mucho lustre, muy por encima del barro donde nadan 'los otros', incluyendo al Atlético.

De anécdotas y trasvases, un río de tinta y risas. Hugo Sánchez aterrizó en el Calderón, logró un pichichi de rojiblanco, pero se emborrachó de goles en el Bernabéu. Schuster hizo grande al Atlético, aunque ganó una Liga con los blancos. Solari no conoce una risa en Neptuno, pero logró títulos a puñados con el Real Madrid. Raúl González se hizo en los infantiles del Atlético, pero un arrebato de Jesús Gil lapidando la cantera, lo aprovechó muy bien el Real Madrid. Muy pocos jugadores han sido más verdugos con un club como Raúl con el Atlético. En la otra acera, el laureado Fernando Torres apenas conoció gloria en el Calderón y nunca venció al 'eterno rival'.

Cosas de gigante. Los veinteañeros del Atlético eran niños cuando el doblete de Radomir Antic y Sole Pantic, y apenas recuerdan el cañón que guardaba en las piernas Hasselbaink. Y no saben quién era el 'Colorado' Gamarra. Los jóvenes del Atlético hoy ven muy arriba al Real Madrid, apuestan por un empate como culmen de la felicidad y son del Barça a muerte en el Clásico. "Si no podemos, hazlo tú, Pep Guardiola".

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Cuando un periodista le preguntó ayer a Iker Casillas sobre el Barcelona, el de Móstoles le respondió torciendo el gesto: "Ahora lo que toca es pensar en el derbi y no en el Clásico". Las webs de los diarios deportivos abrían a media tarde con la designación de Fernández Borbalán para arbitrar el nuevo reto Real-Barça, a celebrar el 10 del mes que entra. Y eso que este sábado llega al Santiago Bernabéu el vecino, el Atlético. Pero Real Madrid y Barcelona han crecido tanto, que los demás equipos, incluyendo al Atlético de Madrid, han quedado para las sobras. Son meros comparsas de los grandes divos, chicos de un coro que cada vez desafina más y recibe tundas goleadoras cuando les toca el turno de medirse al Goliat blanco o al dinosaurio azulgrana.