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Kondogbia es el nombre de la futura víctima de los devoradores del fútbol
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José Manuel García

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Kondogbia es el nombre de la futura víctima de los devoradores del fútbol

El fútbol ni tiene memoria ni tiene paciencia. Tampoco tiene pudor. El fútbol utiliza nombres, los coloca en órbita y luego, de repente, los focos arrojan

Foto: Kondogbia es el nombre de la futura víctima de los devoradores del fútbol
Kondogbia es el nombre de la futura víctima de los devoradores del fútbol

El fútbol ni tiene memoria ni tiene paciencia. Tampoco tiene pudor. El fútbol utiliza nombres, los coloca en órbita y luego, de repente, los focos arrojan sus haces de luz sobre otros nombres. Sigue la rueda triturando nombres sin compasión. Los grandes, Real Madrid y Barcelona son saurios devoradores. Geoffrey Kondogbia (veinte años cumplidos en febrero), del Sevilla, es una pieza en boca de los grandes. El Real Madrid, según los expertos, tiene en el entrecejo al joven, incluso se habla de cifras, incluso se habla de él como el futuro sucesor de Xabi Alonso (31 años). El nombre y apellido de la futura víctima del fútbol se llama Kondogbia.

Geoffrey Kondogbia, que este verano aterrizó en Sevilla procedente del Lens (actualmente en la segunda división gala), es el típico futbolista de la factoría Monchi, especialista en adquirir jóvenes joyas en el mercado internacional para luego traspasarlas por el triple o quíntuple valor de su llegada. El sevillista, internacional en las categorías inferiores de la selección gala, pertenece a la generación de Varane y Pogba, y puede que su futuro sea igual o más espléndido que sus dos ilustres amigos. De ahí que su paso por el Sevilla se vea acompasado por una legión de ojeadores de los principales equipos de Europa. La Juventus (que quiere unir a Pogba con el sevillista); Rob Newman, el jefe de ojeadores  del Manchester City, el Inter, el Milan, el Arsenal, el Bayern Munich, el Borussia Dortmund, más el Real Madrid y, por supuesto, el Barcelona… se agolpan en los viejos gradones del Ramón Sánchez-Pizjuán y olisquean maneras y fútbol de Kondogbia, así como de otros valores emergentes del club de Nervión.

El futbolista se muestra encantado ante la demanda. Los técnicos arrugan el entrecejo. Los entrenadores que trabajan con el joven jugador saben que es un diamante en bruto, pero un diamante al que le queda muchas horas de sufrimiento para que explote en top ten. A Kondogbia le sobra el talento, pero todavía arrastra muchas lagunas. Su extraordinario físico lo derrocha con generosidad y suele escuchar a sus impulsos de corazón antes que los deberes que le dicta la prudencia. Kondogbia no aguantó las provocaciones de Diego Costa, que lo insultó por el color de la piel, y generó su expulsión. Los conceptos defensivos del francés dejan mucho que desear. Un técnico, asiduo a los partidos del Sevilla, manifestó: “Kondogbia es un jugadorazo, pero todavía demuestra que es un yogurt”. Lo dijo después de ver perder un balón en mediocampo, con sus compañeros de equipo en cancha contraria, lo que propició una ocasión de gol para el rival del club blanco.

El Sevilla sabe que Kondogbia es sinónimo de negocio. Pero jugará sus tiempos. Si hay un club que ofrezca de inicio ocho millones de euros o más, el Sevilla tendría que igualar la oferta o, en caso contrario, se vería obligado a vender. El dulzor de los euros agrada al club nervionense, acuciado por los malos tiempos y obligado a vender este verano.

El Real Madrid, con José Mourinho (el técnico está al tanto de todos los movimientos de la dirección deportiva de cara a la próxima temporada) al frente, acecha. El técnico portugués ha dado informe favorable. Pero muestra reticencias. Kondogbia promete, es jugador de futuro. Pero precipitar su aterrizaje no parece lo más inteligente. Y menos situar su nivel en lugar que ocupa Xabi Alonso. Sería un mal asunto. Kondogbia (que no oculta su ilusión por jugar en el Real Madrid: habla con frecuencia con su amigo Varane) es un medio centro de calidad y fuerza. Un futbolista zurdo de buen manejo de balón, rápido y potente. Es muy difícil arrebatarle el cuero. Y tiene llegada. Pero a veces pierde la posición en el campo y también sus nervios, pese a la gran madurez que ha demostrado en el Sevilla, delatan su juventud. En el club que preside Del Nido saben que la operación Kondogbia les puede reportar diez millones limpios. Un gran negocio. Pero aterrizar ahora en Chamartín podría significar sangre: la del fracaso de un diamante en bruto.

El fútbol ni tiene memoria ni tiene paciencia. Tampoco tiene pudor. El fútbol utiliza nombres, los coloca en órbita y luego, de repente, los focos arrojan sus haces de luz sobre otros nombres. Sigue la rueda triturando nombres sin compasión. Los grandes, Real Madrid y Barcelona son saurios devoradores. Geoffrey Kondogbia (veinte años cumplidos en febrero), del Sevilla, es una pieza en boca de los grandes. El Real Madrid, según los expertos, tiene en el entrecejo al joven, incluso se habla de cifras, incluso se habla de él como el futuro sucesor de Xabi Alonso (31 años). El nombre y apellido de la futura víctima del fútbol se llama Kondogbia.