Qué tienen en común un fuera de juego con un adelantamiento en Fórmula 1

Para este año, mejorar el espectáculo en pista había sido una de las preocupaciones del actual gobierno de la Fórmula 1. Los nuevos neumáticos, unidos al Kers y al DRS, han posibilitado que durante los últimos grandes premios se hayan visto numerosos adelantamientos. Este aumento de maniobras ha favorecido al incremento de situaciones controvertidas en las que han debido de intervenir los comisarios de la carrera. Para bien o para mal, al igual que en el fútbol son los penaltis o el fuera de juego, en el Gran Circo los adelantamientos forman parte de la ‘salsa’ de este deporte, es su moviola particular y alimenta conversaciones, discusiones y líneas en un periódico. Modelan distintas opiniones que discuten sobre una misma imagen y que nunca llegarán a ponerse de acuerdo… Es la pescadilla que se muerde la cola que aviva el interés sobre la Fórmula 1.

En la actual ‘F1 aerodinamizada’ resulta muy difícil adelantar debido a las turbulencias creadas por el monoplaza que marcha delante. Frente a ello -y para no ‘aburrir’ al espectador-, el DRS y Kers hacen que se puedan ejecutar operaciones que dan al público ese extra de emoción que tanto ha escaseado en los últimos años. A pesar de estos ‘trucos’, el adelantamiento puro entre pilotos sigue siendo lo más bonito de este deporte y, afortunadamente, siguen existiendo en apuradas de frenada, rebufos o, como ha sido la tónica general este año, cuando los famosos Pirelli desfallecen y el coche de detrás viene con neumáticos ‘frescos’ (recordemos el caso de Fernando Alonso en Canadá, por poner un ejemplo).

Pero, ¿qué ocurre cuando estas pasadas son maniobras peligrosas que terminan con un contacto y alguien fuera de la pista o perjudicado? En la Fórmula 1 existe una polémica en cuanto a las acciones que realizan los pilotos cuando intentan ejecutar un adelantamiento. Y el árbitro, el órgano que evalúa cuando una acción es ‘legal’ o no, es el director de carrera, Charlie Whiting, que junto a sus comisarios deportivos adjuntos (uno de ellos suele ser un ex piloto de F1) son los responsables de evaluar ese tipo de acciones.

La telemetría para 'desenmascarar' al culpable

Si la ejecución no presenta dudas, se investiga durante la carrera y se procede a un drive through o se penaliza al piloto con 10 posiciones en la siguiente carrera. En caso de requerir investigación y contraste, se citan a los dos protagonistas del incidente al término de la carrera. Escuchan sus versiones y deciden según el vídeo visto desde diferentes ángulos (cámara on board, etc.). Además suelen pedirle al equipo los datos de la telemetría para comprobar si ha habido variaciones sobre la tónica general de la carrera, por ejemplo, si el piloto ha frenado en el mismo punto que en el resto de la prueba o, por el contrario, ha intentado frenar 20 metros más tarde y por ello ha embestido al rival…

Y, entre los pilotos, ¿tenemos claras las reglas básicas del adelantamiento? ¿Por qué Alonso le pedía enfadado espacio a Rosberg en Bahrein tras una agresiva maniobra del alemán? En realidad, los pilotos vamos adquiriendo un código no escrito desde muy pequeños, incluso en el karting, y lo vamos puliendo en categorías superiores, dónde la experiencia nos hace más hábiles.

Las dos normas básicas entre pilotos ‘no escritas’

Hay dos reglas básicas de estas normas ‘no escritas’ que algunos pilotos se saltan en ocasiones. En primer lugar, si el piloto que tienes detrás te coge el rebufo y se empareja por la zona buena y limpia (interior), tienes que dejarle suficiente espacio para que realice la maniobra.

Si el piloto de detrás se empareja por la zona externa pero se trata de una curva enlazada y tiene el interior en la siguiente, has de dejarle igualmente suficiente espacio para realizar la maniobra. Y nunca -y en ningún caso- puedes adelantar por la zona exterior del circuito (las cuatro ruedas fuera de la línea blanca) ya que se considera off track y no es legal.

Por ejemplo, un caso dudoso fue el famoso incidente de Hamilton y Maldonado en Valencia. ¿Tenía la culpa uno, o ambos? Hamilton mostró su enfado y enojo haciendo aspavientos y gestos tras el incidente. Analizando las imágenes y aunque pareciera un incidente de carrera, los comisarios decidieron penalizar levemente a Maldonado (con 20 segundos)  ya que éste último sacó las cuatro ruedas de la línea blanca y regresó al circuito embistiendo al británico. Por la sanción, esta ‘falta’ influyó más que el hecho de que Hamilton no dejara ni un centímetro de espacio al venezolano.

Pérez pagó más caro el error de Maldonado

Otro ejemplo más reciente, con el mismo protagonista, es el de Maldonado y Sergio Pérez en el GP de Inglaterra. Maldonado aguanta por el interior a un Pérez con neumáticos más ‘frescos’ y mejor ritmo en carrera, que le intenta adelantar por fuera consciente de que tan solo aguantando esa trayectoria le ganaría la posición en la siguiente curva, donde gozaría del interior. Pastor entra pasado de frenada y pierde el control del monoplaza (se le va de morro al inicio y después de atrás) momento en el cual embiste a Pérez que, al ir por la zona exterior, se lleva la peor parte. Sanción lógica para Maldonado ya que por un error propio mermó las posibilidades de Pérez de puntuar.

El piloto sabe en la mayoría de los casos qué es lo correcto y, si asume un riesgo, puede capitalizarlo si le sale bien, pero también le puede suponer un problema añadido ya que, además de perder toda opción en la prueba que esté disputando, corre el riesgo de ser sancionado en la siguiente y partir con desventaja. Estas decisiones se toman en décimas de segundo, sin tiempo para pensar, y sus consecuencias pueden pagarse caras.

La filosofía de la Fórmula 1 es su evolución continua apoyada en la tecnología. Sin embargo, por mucho que se desarrolle y se especifique el reglamento, cada acción que suceda sobre el asfalto tendrá que ser interpretada por los ‘stewards’. El criterio subjetivo de un grupo de personas que en toda carrera escriben el cuento de nunca acabar… en el que siempre habrá hojas en blanco para dar cabida a discrepancias en sus interpretaciones.