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El odio escenificado en la marcha de Iker debe abrir los ojos del madridismo
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Kike Marín

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El odio escenificado en la marcha de Iker debe abrir los ojos del madridismo

Al contrario que el mítico 'You'll never walk alone' (Nunca caminarás solo) que el Liverpool ha convertido en himno, el Real Madrid despidió a Iker Casillas al son de 'You'll always walk alone'

Foto: Iker Casillas
Iker Casillas

Al contrario que el mítico 'You'll never walk alone' (Nunca caminarás solo) que el Liverpool ha convertido en himno y lema del club de Anfield, el Real Madrid despidió ayer a Iker Casillas al son del 'You'll always walk alone' (Siempre caminarás solo), al que le sólo faltó que lo entonara Plácido Domingo mientras Florentino Pérez acariciaba un gato en la poltrona que habitualmente ocupa en el palco del Santiago Bernabéu. Después de 25 años, 16 de ellos como titular del primer equipo, y 19 títulos, el guardameta y capitán abandonó el club de toda una vida por la puerta de atrás, la misma que utilizó Raúl para irse al Schalke, también con la carta de libertad y el Real Madrid haciéndose cargo de la mayor parte de su ficha. ¿Se puede llamar a eso un traspaso? ¿O no es más correcto afirmar que a los dos últimos grandes símbolos del madridismo –los dos con más partidos y victorias– les han dado la patada en el culo?

A última hora de este domingo, en una nueva filtración sin confirmación oficial, Onda Cero informó que Florentino Pérez pidió a Casillas que este lunes acuda a las 13:00 boras al Bernabéu para celebrar un acto. Lo dicho, nada oficial y, por tanto, otra chapuza más. La imagen de ver a Iker despidiéndose del equipo del que es canterano un caluroso domingo de julio, a las doce del mediodía, completamente solo en la sala de prensa del Bernabéu y tras la lectura entre lágrimas de una breve carta, demuestra lo poco o nada que le importa a Florentino el club que preside y que, cada día está más claro, considera suyo, al igual que la corte de lacayos que tiene a su alrededor. Por más que al exitoso empresario se le llene la boca al decir que el Madrid es de sus socios, hay que ser muy ingenuo o no tener dos dedos de frente para no ver el daño que hechos como el de ayer hacen al equipo más grande del mundo y que, precisamente por serlo, más debería cuidar todo aquello que tiene que ver con su cacareado pero pocas veces demostrado señorío. Basta con leer, por ejemplo, cómo tituló la noticia el prestigioso diario francés L'Equipe: "Le Real Madrid, un club pas si classe".

Claro está que todo lo que sucedió en la despedida de Casillas no ha sido casual, sino algo tan deseado como premeditado. Ni el tira y afloja en las negociaciones con su representante para intentar dejar a Iker como un pesetero, para finalmente pagarle lo que era suyo y dejar claro que él no se va, sino que le echan. Ni por supuesto la esperpéntica puesta en escena del Bernabéu, donde se echó en falta, si no al presidente, pues hubiera sido el colmo de la hipocresía, sí al menos al siempre bienqueda Emilio Butragueño. De José Ángel Sánchez, el superdirector general que cobra como un crack más de la Liga, poco o nada se podía esperar. Y tampoco de los 'Sabandeños', como han sido acertadamente bautizados los directivos del señor Pérez. Al resto de subalternos tampoco se les vio, que para eso están al servicio de quien manda y no mueven un dedo sin su permiso. Ni para ir a orinar, vamos.

Sí, lo normal es que fuera el portero y capitán quien pidiera comparecer solo ante la Prensa. Este debió de ser su último deseo antes de ejecutar la firma que le desvinculaba del Real Madrid, a cambio, claro está, de no aceptar preguntas que pudieran obligarle a decir cosas que en el club no querían oír. Censura lo llaman y no hay ninguna peor que la autoimpuesta. "Hoy deja este equipo el mejor guardameta de la historia del Real Madrid y de la historia del fútbol español", se podía leer en el comunicado oficial del club que se dio a conocer pasadas las diez de la noche del sábado. Sin duda, un mensaje de lo más incoherente y mentiroso, tal y como se pudo comprobar 13 horas después.

¿Acaso puede haber una mayor ofensa para el madridismo que tratarlo como a borregos? ¿De verdad piensan que los aficionados, por muy forofos que sean, son incapaces de ver que blanco y en botella es leche? Sí, por desgracia, haberlos, haylos y son más ruidosos que numerosos y, por supuesto, cultivados. También los hay ilustrados, aunque en muchos casos vendidos al poder establecido y por ello capaces de criticar todo aquello que, sin embargo, nunca osarían cuestionar de Florentino. De la 'Púnica' a las 'tarjetas black de Caja Madrid', por poner dos simples y clamorosos ejemplos.

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La manipulación frente al amiguismo

De Iker se ha dicho de todo, desde que estaba gordo hasta que era un topo. Lo más triste es que su caso demuestra lo fácil que resulta manipular a las masas si nadie se inmola en el intento al menos de hacer contrapeso. Claro que el otro gran problema de Casillas han sido sus defensores, quienes le han hecho un flaco favor al negar la principal evidencia: Iker ya no es el que fue y su apología deportiva resultaba contraproducente. Sobre todo porque servía de carnaza a sus detractores más recalcitrantes. El problema del portero mostoleño fue no aceptar desde el minuto uno su nueva realidad. Quizás entre unos y otros no le dejaron, pero ahí comenzaron todos sus males.

Frente a la cobardía de Florentino Pérez de no dar la cara durante todo este tiempo y escudarse en sus fieles correveidiles que malmeten sin cesar, Iker ha demostrado al menos la valentía de irse sin homenajes que no hubieran sino exhibido la hipocresía en la que vive este Real Madrid. Sólo pensar que el Oporto fuera el rival del equipo de Rafa Benítez en el renacido trofeo Bernabéu es otra falta de respeto. El hecho de que el comienzo de Liga se haya retrasado una semana sobre lo que estaba previsto, deja libre la tercera semana de agosto y Florentino no tenía ningún bolo previsto, de ahí que haya improvisado recuperar un trofeo que él mismo se cargó pensando en los socios... Eso sí, la cuenta oficial de Twitter del Real Madrid dejó ayer mismo de seguir la de @CasillasWorld. 'No hay que dejar ni rastro', sería la consigna del incompetente que se encarga de la (in)comunicación y cuya única misión es tener contento al Ser Superior. A saber qué fue exactamente lo que le dijeron, pero, como buen pelota, siempre es más seguro pasarse que quedarse corto.

placeholder Florentino Pérez, Mourinho y Casillas
Florentino Pérez, Mourinho y Casillas

Se fue Mourinho, pero se quedaron sus adeptos y, lo que es peor, ahí sigue Florentino a la espera del juicio del próximo mes de noviembre. Aunque resulte dure decirlo, Pérez ha ido germinando un odio en el madridismo hacia Casillas que tarde o temprano se volverá en su contra. La afición más numerosa de España se ha encontrado dividida en torno a la figura de uno de sus jugadores más importantes, junto a Di Stéfano, Puskas, Raúl o el mismo Cristiano Ronaldo, quien seguro que después de ver las barbas de Iker cortar, habrá puesto las suyas a remojar... A la espera de lo que suceda con Sergio Ramos, quien no está dispuesto a vivir lo que ha sufrido Casillas, el portugués puede ser la siguiente víctima de un presidente que nunca gestionaría ACS como gestiona el Real Madrid, especialmente porque el dinero no es suyo y porque ser presidente del club más mediático del mundo es precisamente lo que le sirve para hacer los negocios que de lo contrario nunca habría soñado.

A falta de mercado, que todo hay que decirlo, Iker se va al Oporto, un destino que al menos le permitirá estar cerca de casa, con un viejo conocido como Julen Lopetegui, jugar la Champions y dar argumentos a Del Bosque para que cuente con él con vistas a la Eurocopa de Francia. Su gran rival será precisamente quien se supone que le sustituirá en el Bernabéu: David de Gea. De momento, el portero del Manchester United tenía ayer billete para volar este lunes a Estados Unidos con su club. Jorge Mendes tiene trabajo si no quiere perder un cliente. Por mucho Van Gaal que tenga delante, tampoco lo tiene tan difícill, pues ahí está la chequera del Real Madrid para pagar lo que haga falta. Qué fácil es gastarse el dinero que no es tuyo, ¿verdad? Tanto o más como llevarse el equipo nada menos que a Australia, donde casualmente el presidente de ACS tiene negocios. De estas cosas parece no querer enterarse el madridismo, aunque el desprecio, el odio escenificado en el 'hasta pronto' de Iker debería abrirle los ojos. Al menos a los que de verdad son madridistas, no como esos disfrazados de los que paradójicamente habló Mourinho y resulta que eran los que le defendían a él y odiaban a Casillas.

Si, como parece, Florentino despide este lunes a Iker en un acto celebrado en el palco de honor del Bernabéu, el presidente habrá sabido al menos rectificar, aunque el hecho de que Casillas acepte su ofrecimiento le convertiría en ganador moral de esta absurda batalla en la que si alguien ha salido perdiendo es el Real Madrid. Muy triste, sí. Y esperpéntico, por más que hoy se quisiera intentar enmendar.

Al contrario que el mítico 'You'll never walk alone' (Nunca caminarás solo) que el Liverpool ha convertido en himno y lema del club de Anfield, el Real Madrid despidió ayer a Iker Casillas al son del 'You'll always walk alone' (Siempre caminarás solo), al que le sólo faltó que lo entonara Plácido Domingo mientras Florentino Pérez acariciaba un gato en la poltrona que habitualmente ocupa en el palco del Santiago Bernabéu. Después de 25 años, 16 de ellos como titular del primer equipo, y 19 títulos, el guardameta y capitán abandonó el club de toda una vida por la puerta de atrás, la misma que utilizó Raúl para irse al Schalke, también con la carta de libertad y el Real Madrid haciéndose cargo de la mayor parte de su ficha. ¿Se puede llamar a eso un traspaso? ¿O no es más correcto afirmar que a los dos últimos grandes símbolos del madridismo –los dos con más partidos y victorias– les han dado la patada en el culo?

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