Zidane, estrella fugaz, mientras Florentino apunta (y otros disparan) a la plantilla

El hecho de que el Real Madrid ganara en el Camp Nou el sábado (1-2) y naufragara el miércoles en elVolkswagen-Arena (2-0) dejó a muchoscontrariados y a otrosretratados. Empezando por los mediosnacionalesque atribuyeron a Zidane la victoria del Clásico-"Ha nacido una estrella", tituló 'La Razón'-yterminando por los internacionales, como el caso de'L'Equipe', cuya prestigiosa portada tras la victoriadel RealMadrid ante el Barçafue dedicada en su totalidadal técnicofrancés con un"Super Zidane"en grandes caracteres.

Por cierto, muy ilustrativoque eldiario deportivo galono atribuyera este juevesla derrota ante el Wolfsburgo a Zidane, sino alReal Madrid... Claro que en esa misma línea se mantiene, al menos de momento, el presidente del club madrileño, que destituyó a Benítez después de decir que Rafa no era el problema, sino la solución, y ahora resulta que Zizou no está siendo la solución y puede acabar siendo un problema.Florentino Pérez, al menos de momento, prefiere apuntar -para que otros disparen- a los jugadores, con algunos como James o Isco especialmente en el punto de mira. Decir que al Madrid le faltó garra o intensidaden elVolkswagen-Arenaes una falta de respeto, no a los futbolistas, que también y puede que en algún caso merecidamente, sino a la historia del Madrid, cuya grandeza va mucho más allá del sudor. Si algo le falta al equipo de Zidane es una idea de juego, además de una metodología que, de tenerla, podría ponerla en práctica.

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"Finalmente, y no sin tiempo, Zidane ha llegado a las mismas conclusiones que un tal Rafael Benítez", asegura el técnico gallego Juan Salvadores."A saber: Keylor Navas es un porterazo, Sergio Ramos antes o después pondráa su equipo en trance de perder un partido, no se puede jugar bien al fútbol sin mediocentro, Bale no es ni será en su vida jugador de pasillo central, sino de banda, James e Isco no tienen cabida en la alineación básica del Madrid...Eso lo sabía Benítez hace muchos meses. No le dejaron plasmarlo sobre el campo y él se cagó. Pero lo sabía. Como lo sabíamos muchos entrenadores, aunque no nos conozcan más que en casa a la hora de cenar.Zidane es mucho peor entrenador que Rafa y ha tardado la intemerata de tiempo en darse cuenta. Pero, bueno, mejor tarde que nunca....".

Lo paradójico es que al igual que antes todos los dedos acusadores señalaban al banquillo, también los de dentro del propio club, de momento Zidane se va de rositas, por más que él asuma públicamentela culpa y en cuatro días pase de estrella a estrellarse. "¿Qué porcentaje tiene usted de responsabilidad?", le preguntaron a Zizoutras la derrota del Volkswagen-Arena."Total", respondió el francés, para a renglón seguidoasegurar que está"muy orgulloso de mis jugadores". Zidane no tendrá muchos conocimientos tácticos, pero además de su experiencia como el gran futbolista que fue, no tiene un pelo de tonto, de ahí que sea consciente de que su futuro en el banquillo del Real Madrid depende, al menos a corto plazo,de que sus jugadores sean capaces de sacar adelante una eliminatoria que se les ha complicado tras el 2-0 de Alemania, aunque aún disponen de la vuelta en el Bernabéu, donde no es impensable que puedanremontar.

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Mientras durante la breve etapa de Benítezhabía motivos para sospechar que los jugadores podíanestar haciéndole la cama a su entrenador, todos estuvieron encantados con la llegada de Zizou, de ahí que ahora las razones del bajo rendimiento en partidos como el de Wolfsburgo tengan que ser de otra índole. El propioJuan Salvadores se hace variaspreguntas interesantes al respecto, como si "el ególatra que preside el clubperdonará aZidaneque haya por fin dado con la clave que muchos sabíamos antes (...) Rafa Benítez olvidóque si mueres con tus ideas, mueres una vez, pero que si mueres con las ideas de otros, mueres doblemente". En este sentido, da la sensación de que Zidane morirá o sobrevivirá con una idea, aunque sólo sea porque tampoco tiene más y su condición de mito del madridismo impedirá a Florentino jugar con su imagen como ha hecho con tantos otros.

No son pocos los madridistas que, aunque no les guste, creen queGerard Piqué puso el dedo en la llaga cuando dijo que "los culés tendemos a ser negativos, pero llevamos una época muy buena y tenemos que confiar en nosotros. Es el legado de Cruyff. Él llegó como entrenador en el 88, cuando el Barça ganando al Real Madrid salvaba las temporadas.Ahora, los papeles han cambiado". La pregunta es: ¿Será éste el triste legado de Florentino Pérez? Nunca un club tan rico fue tan pobre futbolísticamente.