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Barça: una conspiración de Mortadelo y Filemón y la tiranía de los jugadores
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Gemma Herrero

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Barça: una conspiración de Mortadelo y Filemón y la tiranía de los jugadores

El club, de un lío a otro en los tribunales, el técnico y su disgusto permanente ante la prensa y los jugadores sintiéndose víctimas de los árbitros y decidiendo no ir a una gala de la FIFA

Foto: Piqué protesta a Iglesias Villanueva en el partido que enfrentó al Barça con el Villarreal. (EFE)
Piqué protesta a Iglesias Villanueva en el partido que enfrentó al Barça con el Villarreal. (EFE)

El FC Barcelona lleva ya tiempo enredado en conspiraciones, manos negras, confabulaciones varias e hilos invisibles que tejen redes maquiavélicas con la intención de perjudicar al club y al equipo. Con la UEFA, la FIFA, la Liga, el Comité de Árbitros, la Audiencia Nacional, Hacienda y hasta con los antiguos dirigentes con una acción de responsabilidad que aún no se ha resuelto. La pregunta es con quién no está peleado el Barça. El victimismo, una actitud que parecía haber quedado desterrada después de la época más gloriosa que ha vivido el club en la última década, se ha instalado y al parecer para quedarse hasta no se sabe cuándo. Las últimas declaraciones y gestos de Gerard Piqué y el plantón en la gala The Best de los jugadores es la prueba evidente.

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De las últimas ocho Ligas, el Barça ha ganado seis. La temporada pasada, el conjunto azulgrana se proclamó campeón siendo el equipo al que más penaltis a favor le habían pitado, 19 en total. La falta de juego y de soluciones en las derrotas ante el Alavés, por ejemplo, y el Celta o los empates frente al Real Madrid, el Atlético y la Real Sociedad (a la que anularon un gol legal) no tuvieron nada que ver con decisiones arbitrales. El Barça es tercero en la clasificación, un punto por detrás del Sevilla y a cinco del Real Madrid, con un partido menos, pero la sospecha y la queja sobre las actuaciones arbitrales es ya una constante, aunque las cifras, los títulos, los números indiquen que si hay una conspiración, es de chiste, de cómic, un desastre propio de Mortadelo y Filemón.

Foto: Piqué, durante el partido de Copa disputado en San Mamés. (EFE)

Gerard Piqué se ha erigido en el portavoz de la plantilla en este sentido. Se marchó del Estadio de la Cerámica señalando al palco mientras decía: “¿Lo has visto?”, dirigiéndose en teoría a Javier Tebas, presidente de la Liga, y después en zona mixta soltó: “Todo el mundo ha visto lo que ha pasado hoy sobre el campo, no hace falta que me lo preguntéis a mí. ¿Si me van a sancionar? Que lo analicen, que pierdan el tiempo en ello. Que analicen lo que quieran, están en su derecho, pero sigo pensando exactamente lo mismo y cada semana me dan la razón”.

Victoriano Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), confirmó este lunes en el aeropuerto de Barajas a un periodista de La Sexta que su estamento denunciará a Piqué por las declaraciones de los últimos días tras la derrota del Barça ante el Athletic y el empate con el Villarreal: “El abogado lo verá y se decidirá, pero lógicamente, cuando se meten así con el estamento, sí. Por parte de lo que nos corresponde a nosotros, remitiremos un escrito al Comité de Competición”. La espiral ya es imparable.

Mientras, el vicepresidente deportivo Jordi Mestre, que estaba en el palco, declaró en Movistar Plus: “La mano de Bruno es voluntaria, ha sido una gran parada, la de Mascherano no”. Mascherano, por su parte, comentó: “Yo no me puedo cortar la mano. Valoren lo que tengan que valorar, qué espacio ocupa una acción y qué espacio ocupa la otra. El fútbol es esto, el folclore, si no habría gente que se quedaría sin trabajo”. A diferencia de Piqué, Mascherano es uno de los capitanes del equipo. Y no es la primera vez que dispara contra la prensa. Cuando Luis Enrique y Leo Messi se las tuvieron la temporada pasada en un entrenamiento tras las vacaciones de Navidad, Mascherano salió en zona mixta a reprender a los periodistas por contar mentiras: “Messi y Luis Enrique no tienen ningún problema”. Mathieu, una semana después, declaró que “Messi perdió los papeles con Luis Enrique”, confirmando así lo publicado por los medios de comunicación. Lo de Messi no fue ningún folclore.

La prensa se ha convertido en el muñeco del pimpampum por parte del club y del primer equipo. Al club le interesa únicamente transmitir su mensaje y lo confunden con transparencia, y en su estrategia de la globalidad, el presidente Bartomeu da entrevistas a 'The New York Times', pero hace tiempo que no aparece por ningún medio local. No le interesa lo más mínimo. Luis Enrique, si pudiera ahorrarse el trámite de ir a la sala de prensa antes y después de los partidos, lo haría, su actitud cortante y sus agrias contestaciones son continuas y fue él quien decidió que la prensa dejara de viajar con el equipo, como era tradicional. Los jugadores ya no dan nunca ruedas de prensa salvo en los partidos de la Champions, donde están obligados por la UEFA, y en la Liga aparecen cuando quieren y cada vez menos. Un jugador como mucho, en ocasiones ninguno ante los medios que no tienen derechos. En comunicación, no es que no hagan nada para solucionarlo, es que no pueden, no tienen la autoridad suficiente. Los jugadores hacen y deshacen.

“La tiranía de los jugadores me causa dolor, sufro por los entrenadores”, declaró Del Bosque en una entrevista reciente a 'La Vanguardia'. El autoritarismo de los jugadores azulgrana llegó este lunes a su apogeo con la ausencia de Messi, Luis Suárez, Iniesta y Piqué en la gala de The Best, que organizaba la FIFA. El club lo anunció a media mañana, argumentando que los jugadores priorizaban descansar pensando en el partido de vuelta de Copa ante el Athletic. A Zúrich viajaron Josep Maria Bartomeu, el vicepresidente deportivo Jordi Mestre, el directivo Silvio Elías y el CEO Òscar Grau, además de Albert Soler, director de Deportes profesionales, Robert Fernández, secretario técnico del primer equipo, y Raúl Sanllehí, director de Fútbol. Bartomeu, para variar, decidió no dar la cara y fue Jordi Mestre el que al llegar a Zúrich atendió a los medios: “La decisión de no venir no ha sido unilateral, ha sido consensuada. Los jugadores no han tomado esta decisión por su cuenta y riesgo, sino que lo han hablado con el club. Insisto en que tras el partido contra el Villarreal, ya se habló de la posibilidad de que los jugadores no viajasen a Suiza porque terminaron el partido cansados. Hemos tenido en cuenta los viajes, los horarios, todo lo que hay que mover, y hemos llegado juntos a la conclusión de que era mejor que se quedaran en Barcelona para recuperar”.

La explicación de Mestre no se la creyó nadie en Barcelona. Los jugadores decidieron no ir a Zúrich tras el empate en Vila-real y nadie en el club tiene tampoco autoridad como para plantarles cara. Estaba previsto, y anunciado, que viajaran después de entrenarse en un avión privado, pero ni siquiera pudieron convencer a uno de ellos: Messi. En 2011, Cristiano Ronaldo y Mourinho no acudieron a la gala del Balón de Oro excusándose en el partido de Copa ante el Málaga y tampoco nadie se lo creyó. Todos han quedado igual; igual de mal. La imagen del Barça ayer quedó dañada, como quedó dañada en su día la del Madrid, y no ha sido la mejor manera de mejorar las relaciones del Barcelona con la FIFA en la primera gala que preside Infantino desde que fue elegido presidente.

Foto: Florentino Pérez y Enrique Cerezo conversan sentados detrás de Villar. (EFE) Opinión

El Barça contra el mundo. Y el mundo contra el Barça. El club metido en un lío tras otro en los tribunales, el entrenador mostrando su disgusto permanente ante la prensa y los jugadores sintiéndose víctimas de los árbitros y decidiendo por su cuenta y riesgo que no van a una gala de la FIFA. De fútbol se habla poco, y eso que ante el Villarreal el Barça mejoró y jugó un buen partido. El Madrid de Mourinho cometió el terrible error de pensar que se podía batir al Barça de Guardiola a base de entrar en la guerra de declaraciones, con la crispación por bandera y con la ayuda también de lo que Laporta bautizó como “la caverna mediática”. Solo hay que recordar la frase de Eduardo Inda, por entonces director del diario 'Marca', sobre que a Messi había que pararle “por lo civil o lo criminal”. Este Barcelona tiene ya tics de aquel Madrid oscuro. ¿Dónde, cuándo y cómo acabará todo este embrollo? El tiempo lo dirá, pero tiene mala pinta.

El FC Barcelona lleva ya tiempo enredado en conspiraciones, manos negras, confabulaciones varias e hilos invisibles que tejen redes maquiavélicas con la intención de perjudicar al club y al equipo. Con la UEFA, la FIFA, la Liga, el Comité de Árbitros, la Audiencia Nacional, Hacienda y hasta con los antiguos dirigentes con una acción de responsabilidad que aún no se ha resuelto. La pregunta es con quién no está peleado el Barça. El victimismo, una actitud que parecía haber quedado desterrada después de la época más gloriosa que ha vivido el club en la última década, se ha instalado y al parecer para quedarse hasta no se sabe cuándo. Las últimas declaraciones y gestos de Gerard Piqué y el plantón en la gala The Best de los jugadores es la prueba evidente.

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