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Y qué importa que la selección de rugby esté llena de franceses: se llama españolía
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Rodrigo Contreras

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Y qué importa que la selección de rugby esté llena de franceses: se llama españolía

Muchos de ellos tienen abuelos españoles, pero su compromiso y fidelidad a la selección lo deja en segundo plano. Este domingo pueden clasificarse para el Mundial de Japón 2019

Foto: Gautier Gibouin (c) es uno de los franceses que juegan con la selección española de rugby. (EFE)
Gautier Gibouin (c) es uno de los franceses que juegan con la selección española de rugby. (EFE)

Al igual que existe la ‘sevillanía’ en la capital hispalense o la ‘bilbainada’ en la ciudad vasca, a partir de este 2018 se debería introducir en el argot común del deporte la palabra españolía. Tanto la primera como la segunda palabra definen un sentimiento y una forma de vivir y actuar intensamente sevillanas o bilbaínas. La tercera define completamente el espíritu de la selección española masculina de rugby en la actualidad.

Si miras desde fuera a este deporte, te puede resultar chocante la cantidad de nombres no españoles presentes hoy en día en esta selección, pero en cuanto escarbas un poco en las entrañas de cada uno de ellos (si, de todos los jugadores que se enfundan la camiseta del XV del León sin excepción), sale a relucir el compromiso pleno por un país y un deporte que llama a las puertas de sus hermanos mayores para quedarse instalado en la sociedad española. Todo ello gracias a esta panda de locos ovales que son capaces de viajar desde Francia, incluso Nueva Zelanda, para defender los colores de algo tan importante que sienten como suyo.

Foto: Charly Malie en acción con España. (Foto: Ferugby)

Todos (los casi 50 nombres con los que cuenta el seleccionador nacional) están sentando las bases de lo que debe de ser un proyecto desde abajo. Y lo hacen a través de su compromiso, jugándose sus contratos y la continuidad en grandes equipos europeos, con espíritu de superación diario, etc. Y todo por y para jugar al rugby con España.

Lanzado el guante, son muchos jóvenes españoles, nacidos en nuestro país, los que deben cogerlo y ser el relevo de estos jugadores, que sean de donde sean, han enganchado, enganchan y engancharán a muchos adolescentes, niños e incluso bebés que van a crecer viendo al Rey Felipe VI asistiendo a partidos de rugby, a sus padres disfrutando en el campo o en la televisión de la selección española de rugby, y viendo a miles de personas (que han llenado estadios como Zorrilla, San Mamés, el Camp Nou, Anoeta o el Central) vibrar, sentir y emocionarse por culpa de un balón ovalado.

Qué un capitán español se llame Gautier y se apellide Gibouin y emocione a todo un país con sus lágrimas tras conseguir una victoria histórica contra Rumanía es españolía. Qué el capitán de uno de los grandes equipos del sur de Francia, el Aviron Bayonnais, no falle un partido importante con la selección desde hace cuatro años, es españolía. Qué uno de los jugadores más en forma del TOP 14 francés (para muchos la mejor liga de clubes del mundo), el día siguiente de ser padre, llegue a Madrid para concentrarse con sus compañeros para el partido más importante del rugby español de su historia es españolía. Y que un jugador que no es francés sino neocelandés se haga 20.000 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para volver a meter a España en Mundial de rugby también es españolía.

La españolía no tiene lugar de origen, pero sí tiene lugar de residencia. Habita en el corazón de cada integrante del XV del León y está a punto de lograr que este deporte en España vuelva a la élite mundial 20 años después.

Por aquel entonces dejamos escapar la oportunidad de encaramarnos a los más grandes para no salir de allí. Los más agnósticos ovales pensarán que esto puede volver a ocurrir después de un hipotético y cada vez más cercano Mundial, pero me reafirmo en que con este sentimiento y compromiso de nuestro XV del León, esta vez la llamada es para quedarnos definitivamente y dar el paso que otras selecciones ya dieron o están a punto de dar.

Por esta españolía de jugadores tan diferentes y a su vez tan unidos como Sebastián Ascarat, Beñat Auzqui, David Barrera, Pierre Barthere, Mathieu Belie, Alberto Blanco, Anibal Bonan, Ignacio Contardi, Matthew Foulds, Quentin García, Kalo Gavidi, Gautier Gibouin, Lucas Guillaume, Brad Linklater, Fernando López, Charly Malie, Jesús Moreno, Jaime Nava, Mathieu Peluchon, Fabien Perrin, Marco Pinto, Guillaume Rouet, Sebastian Rouet, Dan Snee, Thibaut Visensang y por supuesto, Santi Santos y todo su 'staff'. Este próximo domingo harán realidad en Bélgica el gran sueño del rugby español. ¿Estáis preparados?

¡VAMOS LEONES!

Al igual que existe la ‘sevillanía’ en la capital hispalense o la ‘bilbainada’ en la ciudad vasca, a partir de este 2018 se debería introducir en el argot común del deporte la palabra españolía. Tanto la primera como la segunda palabra definen un sentimiento y una forma de vivir y actuar intensamente sevillanas o bilbaínas. La tercera define completamente el espíritu de la selección española masculina de rugby en la actualidad.