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Tribuna
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La piedra en la mochila de Marc Soler para ser el próximo gran ciclista español
Marc Soler, ganador de la París - Niza, ha recibido alabanzas y comparaciones con Miguel Induráin o Alberto Contador que no le vienen bien puesto que cada deportista es único
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La retirada de ciclistas como Alberto Contador o Joaquín Purito Rodríguez ha propiciado el debate acerca del relevo generacional en el ciclismo español. Que se hable de algo es bueno, pienso que indica actualidad, interés pero hay que canalizar esos mensajes para que refuercen y no perjudiquen. “Ha dejado el listón muy alto” es una expresión que acostumbramos a escuchar en deporte y en cualquier otro ámbito de nuestras vidas. Olvidamos que la carrera de un deportista consiste en todo lo contrario, en avanzar con los 'pies' o las 'ruedas' en el suelo y más si eres joven. Incluso los atletas que compiten en salto de altura ven el listón como un instrumento que forma parte de su disciplina, pero no de su mejora.
La mejora reside en vernos a nosotros mismos como competencia e intentar ser brillantes en lo que hacemos, ser nuestra mejor versión como se suele decir, no ser mejores que los demás. Marc Soler acaba de ganar una de las pruebas más prestigiosas del calendario ciclista internacional. La París-Niza o también Carrera del Sol, aunque este suele brillar por su ausencia, recorre Francia durante ocho jornadas en las que todos los ciclistas tienen oportunidades sea cual sea su especialidad. Sprint, montaña, media montaña, contrarreloj… para todos los gustos, nadie se puede quejar. El palmarés de la carrera es impresionante, a todos, incluso a los que no controlan demasiado este deporte, les suenan algunos de los deportistas que han dejado su firma en el libro de honor. Por citar algunos; Jacques Anquetil, Eddy Mercks, Sean Kelly, Tony Rominger, Alex Zulle o los más recientes Porte, Thomas o el colombiano Henao.
Además de la victoria en 2009, del que fue maillot amarillo durante varias jornadas también este año Luis León Sánchez, hay dos españoles que vienen a muchos a la mente al ver a Marc alzarse con la victoria. Miguel Induráin y Alberto Contador han ganado la carrera en dos ocasiones. Soler tiene en estos momentos 24 años y apenas lleva tres en la máxima categoría, aún así el catalán ha mostrado una madurez en carrera pasmosa. Le hemos visto poner su ritmo en las subidas sin ponerse nervioso, dejando hacer a los demás y en ocasiones haciéndonos creer que estaba pasando un mal momento. Una confianza ciega en sí mismo y en sus cualidades. Únicas estas, como las de ningún otro y ojo que esto en ocasiones se interpreta como prepotencia sobre el resto.
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“Si dos están de acuerdo es por un mal entendido”
“Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo es por un mal entendido” dijo Jean Paul Sartre. Marc ha reconocido admirar a Induráin, para todos los jóvenes deportistas es importante tener un referente, pero nunca será como él, podrá ganar lo mismo, pero nunca de igual manera. Eso es lo que hace que el deporte enganche, que siempre al descubrir nuevos talentos veamos en ellos acciones y gestos únicos que les diferencian de los demás. Hace unos días comentaba en mis redes que para mí la comparación es el mayor freno profesional para cualquier deportista.
Algunos titulares, tras esta París-Niza, se refieren a Marc Soler como el nuevo Induráin, el nuevo Contador, el nuevo… el único diría yo. Las comparaciones cargan a los jóvenes deportistas de piedras su mochila y, a veces, hagan lo hagan nunca llega a ser suficiente para el público, por no haber conseguido lo que otros consiguieron. Cambia la tecnología, la forma de entrenar, el material con el que se compite, cambia todo y por tanto también cambian los nuevos ciclistas que saltan a escena. Si pusiéramos la bici con la que corría Induráin al lado de la que usa actualmente Marc Soler, no habría que saber mucho de material para esbozar por nuestra boca un “no me compares, no tienen nada que ver”.
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Hagamos lo mismo con los individuos que se suben sobre esos sillines, no los comparemos. Es fantástico ver al también catalán David de la Cruz (28 años) y al de Santurce Omar Fraile (27 años) junto a Marc dirigiéndose a la línea de meta como cabeza de carrera. Ambos disputando una prestigiosa etapa y Marc luchando por vestirse de amarillo. Disfrutemos estos momentos, disfrutemos de las nuevas generaciones sin olvidar otras pero sin ponerlas en común. Dejémosles que crezcan con ídolos y referentes en sus retinas, pero viéndolos como personas y no como listones. Que se gane la misma carrera con la misma edad y que la altura o peso de dos deportistas coincidan no les hace ser iguales, afortunadamente. Tengamos en cuenta la frase de Jean Paul Sartre y sigamos recordándola si algún día llega a su ciudad natal, París, Marc de amarillo.
La retirada de ciclistas como Alberto Contador o Joaquín Purito Rodríguez ha propiciado el debate acerca del relevo generacional en el ciclismo español. Que se hable de algo es bueno, pienso que indica actualidad, interés pero hay que canalizar esos mensajes para que refuercen y no perjudiquen. “Ha dejado el listón muy alto” es una expresión que acostumbramos a escuchar en deporte y en cualquier otro ámbito de nuestras vidas. Olvidamos que la carrera de un deportista consiste en todo lo contrario, en avanzar con los 'pies' o las 'ruedas' en el suelo y más si eres joven. Incluso los atletas que compiten en salto de altura ven el listón como un instrumento que forma parte de su disciplina, pero no de su mejora.