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Un borracho mata a una pareja en bicicleta: la vergüenza de la clase política española
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Javier Rubio

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Un borracho mata a una pareja en bicicleta: la vergüenza de la clase política española

Este jueves por la mañana ha sido una pareja, que con su muerte sobre la bicicleta han dejado huérfano a su hijo de 12 años que les acompañaba. ¿Culpables? No sólo el conductor

Foto: Inmediaciones del lugar en el que los dos ciclistas han fallecido al ser arrollados. (EFE)
Inmediaciones del lugar en el que los dos ciclistas han fallecido al ser arrollados. (EFE)

Otros dos ciclistas muertos y otro herido grave en León. Una pareja que hacía el Camino de Santiago en bicicleta acaba de fallecer atropellada por un conductor que ha dado positivo en alcohol y se dio a la fuga (poco después fue detenido y el juez ha decretado prisión sin fianza para él). Todo en un mismo día. El herido es el hijo, huérfano a los 12 años.

El goteo es constante, y hace sufrir. Sobre todo, para las decenas de miles de ciclistas que salimos a la carretera a disfrutar de nuestra pasión. Y por qué no, también para nuestros seres queridos, que se preocupan y cuidan de nosotros en cada salida. En mi caso particular, mi mujer me pide que le mande un mensaje cada vez que llego a casa tras rodar, solo, o con mis amigos. Por esta razón desearía creer que estas líneas serían firmadas por cualquiera de los miles de ciclistas españoles y extranjeros que salen a rodar por nuestras carreteras.

El conductor que mató a un matrimonio de ciclistas quintuplicaba tasa alcohol
El conductor que mató a un matrimonio de ciclistas quintuplicaba tasa alcohol

Porque sí, somos miles y miles los que prácticamente el ciclismo en España. En montaña y en el asfalto. Posiblemente sea actualmente el deporte más practicado en todo el abanico de edades en nuestro país. Por esta razón hay que recordar la respuesta -o su ausencia- de los partidos políticos en el Parlamento español (sí, con nombres y apellidos, sobre todo los principales, PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos). El tema de la seguridad vial y de la convivencia entre ciclismo y automóvil en carretera (las ciudades son otra historia) no da votos inmediatos ni se refleja en las encuestas. Averguenza la actitud pasiva de los parlamentarios españoles, sobre todo tras las promesas iniciales a la lucha pública de Anna González López por adecuar las leyes. Matar involuntariamente a un ciclista es un drama, pero cuando median alcohol y drogas prácticamente ni supone la entrada en la cárcel.

Salir en bici ya es un riesgo, pero...

Intentemos centrar el tiro en un tema donde lo emocional nubla las discusiones. Salir a la carretera (dejemos la ciudad para otro momento) con una bicicleta entraña un riesgo inevitable ni con las mejores intenciones por ambas partes. Un ciclista debe asumirlo, como también que la mayoría de los conductores lo último que desearían es hacer daño. Al contrario, se nota el creciente respeto en estos últimos años. Quién les escribe estas líneas lleva décadas encima de una bicicleta y esta concienciación se percibe claramente. En muchas ocasiones, los accidentes son precisamente eso, desgraciados accidentes sin culpa de las partes.

Foto: Más de 10.500 cicloturistas recorren los Pirineos en la Quebrantahuesos. (EFE)

Pero todavía hay un importante porcentaje de conductores que no tiene el menor respeto a una bicicleta. Por un lado, se trata de ese comportamiento primario de quien se siente más fuerte. Por las redes sociales circula ese reciente vídeo, por ejemplo, de dos salvajes que salían fuera de su furgoneta incluso para agredir físicamente a un ciclista. No podría enumerar aquí las veces que un conductor te hace la peineta cuando le reprochas su comportamiento en una plazoleta. Ese conductor también existe, os lo aseguro. Y provoca muchos incidentes y accidentes.

Por otro, el agravante ya es brutal en quienes conducen con alcohol y drogas. Un peligro para todos, pero más si cabe para un ciclista por su vulnerabilidad física. Son más de lo puede parecer. Y muchos de ellos huyen además del lugar del siniestro sin auxiliar siquiera. Es aquí donde debería entrar en juego el carácter ejemplarizante de la ley. En España, perdonen la expresión, la legislación es una mierda cruel e injusta. Y de ello ha de responder nuestra actual clase política.

Recientemente, un conductor de 33 años atropellaba a tres personas en Palma de Mallorca tras haber consumido cannabis y cocaína, para luego darse a la fuga. Admitía 21 meses de prisión y 3 años y medio de retirada del carné. Recientemente, una conductora superaba cinco veces el máximo permitido tras matar a una niña en un carril bici. Se dio a la fuga. Tampoco irá a la cárcel. Solo basta confirmar los numerosos casos de presencia de alcohol y drogas en los últimos accidentes mortales con ciclistas. El resto no sale en los medios.

Foto: Los ciclistas ruedan en pelotón durante la última etapa del Tour de Francia 2017. (REUTERS)

No hace falta recordar aquí la lucha titánica de Anna Gonzalez López, la viuda de un ciclista atropellado por un camionero que ha movilizado a todos los estamentos posibles en este país: #porUnaLeyJusta, se denomina su campaña. En la reciente hemeroteca están todas las fotos delante del Parlamento con la clase política que aparentemente la escuchó tras recoger miles de firmas… Y ha sido ignorada. A ella como a decenas de miles de ciclistas en España. Hoy, Anna se debate entre la desesperación y el desencanto, aunque sin perder su férrea voluntad para no rendirse. En España, con Anna, con los ciclistas, los políticos sí están cumpliendo con ese estereotipo que tanto nos asquea a los ciudadanos: sonrisas, buenas palabras y promesas, y a otra cosa mariposa.

En España se educa a base de palos

Los partidos políticos mayoritarios de nuestro Parlamento tienen la clave. La adecuación de la legislación, sobre todo en materia penal, lanzaría un potentísimo mensaje a toda la sociedad. Porque si un borracho, drogado o temerario al volante recibiera un serio escarmiento legal, los medios de comunicación y las redes sociales se harían eco una y otra vez, lo que paulatinamente contribuiría a modificar el contexto social y el marco de valores que penalice determinados comportamientos y ayude así a modificarlos individual y colectivamente.

El marco de valores sociales determina el reproche de las conductas, configurado también por el carácter punitivo y ejemplarizante de la ley que los recoge. Hemos vivido recientes ejemplos de gran alarma social en nuestro país cuando la pena no se consideraba adecuada a ese contexto, con la clase política enarbolando la bandera en primera fila. Pues bien, en España matar hoy a un ciclista sale barato, más si cabe con alcohol o drogas por medio. De ello son también responsables por omisión estos políticos que tantas fotos se hicieron con Anna Gónzalez López a la puerta del Parlamento. Aún no le han dado respuesta a ella y a miles de ciclistas. Seguimos esperando. El goteo de víctimas sigue creciendo. ¿Qué ciclista morirá mañana atropellado? ¿Y cuántos de sus conductores llevarán alcohol o drogas en sus venas?

Otros dos ciclistas muertos y otro herido grave en León. Una pareja que hacía el Camino de Santiago en bicicleta acaba de fallecer atropellada por un conductor que ha dado positivo en alcohol y se dio a la fuga (poco después fue detenido y el juez ha decretado prisión sin fianza para él). Todo en un mismo día. El herido es el hijo, huérfano a los 12 años.

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