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"A mí no me han pitado": el pulso entre Lopetegui y Florentino
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Ulises Sánchez-Flor

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"A mí no me han pitado": el pulso entre Lopetegui y Florentino

El gesto de Lopetegui, de no salir corriendo al vestuario nada más acabar el partido contra el Levante, esconderse y evitar una posible bronca de la grada, tiene un amplio significado

Foto: Lopetegui firme, con las manos en los bolsillos y la cabeza alta, durante la derrota del Real Madrid contra el Levante. (EFE)
Lopetegui firme, con las manos en los bolsillos y la cabeza alta, durante la derrota del Real Madrid contra el Levante. (EFE)

Julen Lopetegui ha decidido morir de pie y no arrastrarse en el tiempo que le quede como entrenador del Real Madrid. Es un tipo duro y que ha hecho buena costra después del despido a dos días del Mundial de Rusia. El gesto que hizo Lopetegui un segundo después de que el árbitro pitara el final en la derrota contra el Levante es para tenerlo en cuenta (Florentino Pérez sí lo maneja): Lopetegui se quedó en el césped del Bernabéu, de pie, firme y a ojos de todos para comprobar cuál era la reacción del público después de la derrota. La grada no la tomó contra él, ni hubo una pañolada ni nada parecido a unos pitos o un clamor para reprocharle un nuevo fracaso.

“A mí no me han pitado”, es lo que comenta Julen en Valdebebas, tal y como aseguran fuentes del club a El Confidencial. El entrenador tiene dónde agarrarse para demostrar que él no es el problema principal ni el más grave, porque si la grada hubiera querido dictar sentencia la ocasión era única. Con haber pitado a Lopetegui, silbado o cualquier otra reacción de protesta, se lo habrían puesto más fácil a Florentino Pérez. Pero, si no la hubo, es porque la afición no apunta en una única dirección y se queda con que el proyecto deportivo ha empeorado desde diferentes puntos de vista.

Foto: Sergio Ramos durante el entrenamiento del Real Madrid este lunes en Valdebebas. (EFE)

En el banquillo se fue Zidane y Lopetegui llegó como llegó. Se marchó Cristiano Ronaldo y disputados 12 partidos uno de Supercopa de Europa, dos de Champions y nueve de Liga—, empieza a confirmarse que hace falta un goleador contrastado. Mariano jugó todo el partido contra el Levante, se vació, combatió contra todo y le dio para un remate al larguero y un gol anulado justamente. Benzema, cuando salió, demostró que es mejor cuando tiene un delantero de referencia y él se puede mover con más libertad por fuera del área.

El gesto de Lopetegui, de no salir corriendo al vestuario nada más acabar el partido, esconderse y evitar una posible bronca de la grada, tiene un amplio significado. El entrenador mostró su entereza en un momento muy difícil, que no se asusta y tiene fuerza y ánimo para una remontada. Necesitaba hacerlo de cara al palco, a sí mismo y los jugadores que iban abandonando el césped. Lopetegui estaba ahí. De pie, con las manos en los bolsillos y la cabeza alta. Florentino se metió al antepalco —después de revisar los mensajes del móvil— maldiciendo una nueva derrota. Un contraste de imágenes potente y de enorme relevancia.

placeholder Lopetegui, en la sala de prensa antes del partido contra el Viktoria Plzen. (EFE)
Lopetegui, en la sala de prensa antes del partido contra el Viktoria Plzen. (EFE)

El presidente le ha puesto la cruz

El pulso escenificado entre el entrenador y el presidente empezó con la actitud de Julen para demostrar que él no está hundido, pero lo ha repetido en varias ocasiones en las últimas 48 horas: cuando le llaman del club para pulsar su estado de ánimo o en la sala de prensa el día antes del partido contra el Viktoria Plzen, con un discurso potente y ganador sin dar síntomas de estar débil o superado por la preocupante crisis. Es consciente de que el presidente le ha puesto la cruz, pero él da la imagen de ser irreducible.

La entereza que pretende exhibir en público y en privado lleva a Florentino, además de lo apretado del calendario, a seguir apurando la decisión del despido. Le va a mantener, a corto plazo, hasta que se produzca la siguiente derrota. Ganará tiempo para tener más atado el relevo y se le empiezan a acumular las dudas. Los pros y los contras del sustituto cuando llegue ese momento. Solari es la opción que tiene más a mano e inmediata para ejecutar. Antonio Conte tiene más tablas, pero su caché le convierte en un candidato mucho más caro. Al presidente le insisten en la posibilidad de contar con Solari como técnico interino y que empiece a mirar a Roberto Martínez, el seleccionador de Bélgica. Sale el nombre de Laurent Blanc como otra posibilidad remota para esta temporada. Pero Florentino necesita algo más para echar a Lopetegui y el Bernabéu no se ha pronunciado contra el exseleccionador.

Julen Lopetegui ha decidido morir de pie y no arrastrarse en el tiempo que le quede como entrenador del Real Madrid. Es un tipo duro y que ha hecho buena costra después del despido a dos días del Mundial de Rusia. El gesto que hizo Lopetegui un segundo después de que el árbitro pitara el final en la derrota contra el Levante es para tenerlo en cuenta (Florentino Pérez sí lo maneja): Lopetegui se quedó en el césped del Bernabéu, de pie, firme y a ojos de todos para comprobar cuál era la reacción del público después de la derrota. La grada no la tomó contra él, ni hubo una pañolada ni nada parecido a unos pitos o un clamor para reprocharle un nuevo fracaso.

Julen Lopetegui Florentino Pérez
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