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La falsa tranquilidad de Solari con Isco: ¿por qué echa balones fuera?
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Ulises Sánchez-Flor

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La falsa tranquilidad de Solari con Isco: ¿por qué echa balones fuera?

La alegría de Isco contrasta con la frialdad de Solari cuando tiene que hablar del malagueño. El que tiene autoridad parece que lo está pasando peor que el que está ‘castigado’

Foto: Isco, sonriente, durante el entrenamiento del Real Madrid. (Efe)
Isco, sonriente, durante el entrenamiento del Real Madrid. (Efe)

Solari no quiere o es incapaz de aclarar qué es lo que sucede con Isco. Se niega a confirmar o desmentir las informaciones que aseguran que el malagueño tuvo un desplante después del partido contra Eibar. Mira para otro lado. Igual que Isco se toma la afrenta con cierto humor. La pelota está más en el tejado de Solari que en el de Isco. Y el entrenador decide gestionar este asunto espinoso con más frío que calor. 'Santi' hace creer que aquí no sucede nada fuera de lo normal porque Isco es uno más de la plantilla. Es su estrategia, aparentemente tranquila, que no deja de alimentar una polémica que tendrá más capítulos cuando se compruebe si juega o no el partido contra el Valencia. Si entra en el once, está en el banquillo o continúa en la grada. Isco es un problema para Solari, pese a que se haya preparado otra de esas frases hechas para soltar en la sala de prensa: “El tema no da más de sí”.

Pues sí que da y lo que queda. Mientras que el equipo gane, como sucedió en Roma, hará menos daño o afectará en menor medida a sus decisiones. Podrá seguir mirando para el otro lado. Pero hacernos creer que Isco acepta el rol de suplente o el de ser el descartado y que él está tranquilo, no cuela. Solari tiene un papelón con el asunto Isco y lo resuelve tirando balones fuera ante la prensa. Adopta una postura casi indiferente. Dice que no puede estar pendiente de las especulaciones de los periodistas. Elabora una frase de cabecera para salir del paso: “Son decisiones puntuales”.

Foto: Marcelo celebra el gol que marcó Isco contra el Athletic de Bilbao en San Mamés. (Efe)


La escapatoria de Solari pasa por manifestar que no lee la prensa deportiva. Sólo la generalista. Como si ésta última no informara lo que sucede con Isco. Un futbolista titular en la última Champions, mundialista y fijo para Luis Enrique que ha tocado fondo en Roma en una decisión que encierra motivos extradeportivos. No debe menospreciar la ingenuidad de los periodistas. Sus plazos se habrá marcado para levantar el castigo de un futbolista que responde con una sonrisa. La reacción de Isco está siendo más inteligente que las respuestas de Solari en la sala de prensa. El futbolista tiene una actitud positiva en el día a día. Entrena con una sonrisa y deja detalles de la calidad que tiene. Trabaja y hace goles. Quizás podría decir todo esto Solari a la prensa cuando le preguntan por Isco. Mientras, el malagueño presume en las redes con un mensaje y foto de no estar afectado: "El poder de una sonrisa".

El mundo al revés

Está bien que Solari no desvele los 'trapos sucios' porque para eso ya está la prensa. Para informar. Hace bien en respetar los códigos del vestuario. Es normal que no le encaje Isco en su propuesta de fútbol verticalizado y que deposite su confianza en Lucas Vázquez o Ceballos. Ahora también en Marcos Llorente –veremos si le da continuidad–. Aunque ya ha dejado de decir que Isco tiene que mejorar su forma física y cuando se refiere a él es para manifestar que “todos somos importantes porque todos somos el Real Madrid”. La alegría de Isco contrasta con la seriedad de Solari cuando tiene que hablar del malagueño. Es el mundo al revés. El que tiene autoridad parece que lo está pasando peor que el que está ‘castigado’. Uno no tiene efusividad y al otro le sobra.

Está deseando el madridismo –supongo que también el club– que Isco vuelva a jugar y marcar las diferencias porque el Real Madrid no anda sobrado de buen juego. Le falta chispa y magia al juego de Solari, que consiguió una victoria apurada en Roma. Con una sufrida y mala primera parte y un regalo en la segunda en el gol de Bale. Dio una mala imagen en Eibar. Las pasó canutas para ganar al Valladolid. En fin, que Isco habrá respondido mal a su suplencia y se merece un toque porque ha hecho un desplante. Pero que no nos venda Solari que aquí no pasa nada. No se lo compro. Que mejore el juego del equipo porque hay otros futbolistas –no hace falta nombrarlos– que no están mejor que Isco. Dejar en la grada a Isco tiene su riesgo y Solari lo sabe.

Solari no quiere o es incapaz de aclarar qué es lo que sucede con Isco. Se niega a confirmar o desmentir las informaciones que aseguran que el malagueño tuvo un desplante después del partido contra Eibar. Mira para otro lado. Igual que Isco se toma la afrenta con cierto humor. La pelota está más en el tejado de Solari que en el de Isco. Y el entrenador decide gestionar este asunto espinoso con más frío que calor. 'Santi' hace creer que aquí no sucede nada fuera de lo normal porque Isco es uno más de la plantilla. Es su estrategia, aparentemente tranquila, que no deja de alimentar una polémica que tendrá más capítulos cuando se compruebe si juega o no el partido contra el Valencia. Si entra en el once, está en el banquillo o continúa en la grada. Isco es un problema para Solari, pese a que se haya preparado otra de esas frases hechas para soltar en la sala de prensa: “El tema no da más de sí”.

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