El rapapolvo de Bartomeu a los medios 'no afines' a la causa del Barcelona

En la tradicional comida de Navidad del FC Barcelona celebrada este miércoles con los medios de comunicación Josep María Bartomeu se ha quejado del trato que recibe el Barça. Afirma que en ocasiones se sienten maltratados y que “hay que trabajar todos juntos”. Al parecer los medios de los que dispone el club, la televisión y la web, no son suficientes para difundir su mensaje y quiere apoyos incondicionales, pero el presidente del Barcelona olvida que los periodistas no trabajamos para el club. Contamos lo que hay, mejor o peor. Y lo que hay, hoy, es que están a punto de fichar, cedido por el Valencia, a Jeison Murillo, el suplente del suplente de Yerri Mina en la selección de Colombia y al que la entidad azulgrana vendió por 30 millones al Everton este verano. ¿Y la Masia? Pues se ha quedado en un eslogan publicitario.

El asunto tiene su miga porque Murillo apenas ha jugado en el Valencia, ha tenido problemas con Marcelino y molestias físicas. Su fichaje es una urgencia porque Vermaelen ha vuelto a lesionarse y de Samuel Umtiti, que sigue en Doha recuperándose de su maltrecho cartílago de la rodilla izquierda, no se sabe nada. Al central francés se le renovó —después de un tira y afloja en el que él amenazó con marcharse porque tenía ofertas- ante la oposición de los médicos del club, que ya avisaron que la lesión iba en serio. Umtiti ha desoído a los doctores del Barça que le aconsejaron operarse y se marchó a Qatar a principios del mes de diciembre para seguir un tratamiento conservador con gente de su confianza. Está previsto que regrese el 30 de diciembre y no se sabe bien en qué condiciones. Manda él. De ahí las prisas por fichar a un defensa.

Sergi Roberto, el último en asentarse

Piqué y Lenglet no lo pueden jugar todo y cualquier contratiempo sería un serio revés, pero lo que ya ha quedado claro es que ninguno de los centrales del filial son considerados como aptos para una urgencia como ésta. Ni Chumi Brandáriz, ni Jorge Cuenca, ni Óscar Mingueza. La apuesta por la cantera en las últimas temporadas en el club azulgrana es inexistente, pese a que se sigue repitiendo de manera machacona que La Masia es uno de los grandes patrimonios y un orgullo mundial, un ejemplo.

De hecho, Sergi Roberto es el único canterano que se ha asentado en el primer equipo desde el 2010. En los últimos ocho años, el desierto. Esta temporada han sido muchas las voces que han pedido más minutos para Aleñá, que ha dejado muy buenas sensaciones en las pocas oportunidades que ha tenido. Incluso marcó su primer gol frente al Villarreal hace tres jornadas después de sustituir a Vidal en el minuto 71’ del partido. Debutó en Champions la semana pasada frente al Tottenham, igual que el lateral Miranda, pero su papel es residual. Valverde, como Luis Enrique, los prefiere ‘hechos’, maduros, y no se atreve a dar el paso con los más jóvenes.

Es posible que de concretarse el fichaje de Murillo resulte todo un éxito, pero apuntar que desde el Barça no se mira a la cantera no es tenerle tirria al presidente Bartomeu ni al club, sino una evidencia. Así que, una de dos, o dejan de presumir de La Masia, o se dejan de quejar cuando desde los medios se apunta que algo no funciona como debería. Tirar de las orejas a los periodistas no va a resolver la ausencia de jugadores de la casa ni la añoranza del aficionado por volver a ver a un Xavi, un Busquets o un Iniesta. De ahí que a pesar de lo poco que se ha visto a Riqui Puig, levante pasiones. El soci culé está deseando ilusionarse viendo a uno de los suyos, criado y mamado en el barcelonismo. Y no son los periodistas los culpables de que no suceda. Somos los que lo contamos, simplemente.

Salud y Feliz Navidad.