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Real Madrid - Barcelona: El perdón que Bale no va a pedir a Florentino Pérez
Después de defraudar al madridismo con un mal partido contra el Barcelona, el galés sigue en su papel de víctima. Se niega a pedir disculpas un jugador que no tiene compromiso
Si Bale tiene vergüenza debería pedir perdón al Real Madrid por este orden. Primero a Florentino Pérez por aguantarle una horrible temporada y sus actitudes egocéntricas. Después a Solari por no dar la talla en el Clásico que el entrenador se jugaba engancharse a la Liga. Luego vendrían los compañeros. A los que tiene en contra, a una gran mayoría, por su falta de compromiso y desplantes. También tendría que pedir perdón a la afición que le defiende con el argumento de que ha hecho goles en las finales. Es difícil que lo haga porque no suele dar la cara ante los medios de comunicación y sigue sin hablar español. Se esconde en el campo y fuera en la temporada que le pidieron hacer de líder.
A Bale le despidió el Bernabéu con pitos. Señalado por Solari en el Clásico de la vergüenza. El partido que deja al Madrid a 12 puntos del Barcelona. Se acabó la Liga para el conjunto blanco, pero todavía quedará aguantar al galés sus malas caras y desprecios cuando no juegue lo que él pide. Florentino tiene un ‘marrón’. Un activo devaluado. ¿Quién quiere a este Bale? ¿Dónde le va a colocar y cuánto van a dar por un futbolista que es suplente de Lucas Vázquez y Vinicius? Volvió a escuchar las protestas de la afición a un futbolista que no engancha y no se le ve como un líder. El presidente ha vendido que tiene un crack y Solari le ha demostrado que en el fútbol no hay otra regla que ser justo con los que se ganan a diario su puesto en el once. En el palco gusta más un tridente con Bale, Vinicius y Benzema. Más glamour. Menos trabajo y compromiso.
Si se trata de defender el escudo, de dejarse el alma, sacrificarse y partirse la cara es mejor apostar por Lucas Vázquez. Pero, claro, los de arriba no le ven a la altura de Bale porque es más bajo, impresiona menos y todo se justifica en que no tiene gol. A Lucas Vázquez le quieren dar el rol de buen suplente, revulsivo y a la sombra de Bale. Cuidado con el error que puede cometer el entrenador en la única competición que le queda. En la directiva están desengañados. Creer que recuperarían a la estrella que iba a liderar el Real Madrid post-Cristiano Ronaldo ha sido una mentira. El culpable es Bale. Sólo él. El Madrid ha perdido ya dos títulos. La Copa del Rey y una Liga que se da por imposible porque ni hay fe ni ganas. El primer responsable del fracaso es el jugador que más cobra de la plantilla y que no ha sabido unir dentro y fuera del campo y echarse a sus espaldas un nuevo Madrid.
Tendría que caérsele la cara de vergüenza ver cómo Vinicius acaba los partidos con calambres en las piernas, la actitud para ser una amenaza, hacer daño y perseverar. El contraste es una evidencia y le deja en muy mal lugar. Al campo se sale con la alegría, frescura y ambición que demuestra en cada partido el joven brasileño. No con la desidia y apatía de un jugador que se va el primero de los entrenamientos y los partidos del Bernabéu porque tiene que estar pronto en casa –ver el golf y esas cosas–. Ni un grito en el vestuario para demostrar que tiene carácter, compromiso y que le duelen las derrotas o los pitos. La misma cara de siempre porque le da todo igual si no juega o le cambian. Bale no quiere pedir perdón a nadie. Y no lo hace porque va de víctima. Alucinante.
Si Bale tiene vergüenza debería pedir perdón al Real Madrid por este orden. Primero a Florentino Pérez por aguantarle una horrible temporada y sus actitudes egocéntricas. Después a Solari por no dar la talla en el Clásico que el entrenador se jugaba engancharse a la Liga. Luego vendrían los compañeros. A los que tiene en contra, a una gran mayoría, por su falta de compromiso y desplantes. También tendría que pedir perdón a la afición que le defiende con el argumento de que ha hecho goles en las finales. Es difícil que lo haga porque no suele dar la cara ante los medios de comunicación y sigue sin hablar español. Se esconde en el campo y fuera en la temporada que le pidieron hacer de líder.