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A quien humanizó a 'Supermán' López: quédate en casa y ponte a correr en una cinta
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Luis Pasamontes

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A quien humanizó a 'Supermán' López: quédate en casa y ponte a correr en una cinta

Miguel Ángel López, corredor de Astana, se cayó durante la penúltima etapa del Giro de Italia por culpa de un aficionado. Reaccionó a guantazos y, aunque no está bien, fue humano

Foto: MA López, del conjunto Astana, durante el pasado Giro de Italia. (EFE)
MA López, del conjunto Astana, durante el pasado Giro de Italia. (EFE)

En 2011, entrenando en Colombia para una competición, dos tipos le obligaron a detenerse. No querían su rúbrica, era un desconocido para el público en aquel entonces, querían su bicicleta. Aquel joven ciclista, de apenas 18 años, se negó a complacer a los amantes de lo ajeno. Su estatura tal vez les hizo creer que sería fácil pero no fue así. Miguel Ángel López se enfrentó a ellos y pese a recibir dos puñaladas en su pierna derecha, consiguió regresar a casa con su preciada herramienta de trabajo. Se recuperó, tras 8 días en el hospital, y pudo disputar aquella carrera. En un país en el que apodar a los ciclistas forma parte de la tradición, López no iba a ser menos. Por su valentía, por luchar contra los malvados 'Supermán' le fue asignado.

En esta ocasión no pedaleaba durante un entrenamiento, que va…lo hacía camino de la meta en la exigente etapa 20 del pasado Giro de Italia. Rodaba sobre el asfalto del Monte Avena. Con anterioridad había intentado romper la carrera y ahora le tocaba perseguir al grupo de Carapaz y Landa. Máximo esfuerzo del colombiano, pulsaciones altas, dolor de piernas de ese que se tiene en una tercera semana de carrera, gotas de sudor en los ojos y empleando toda su energía en apretar con fuerza los pedales. Un personaje decide ponerse a correr a su lado, tropieza y hace que el superhéroe dé con sus huesos en el suelo.

Mientras cae piensa en sus meses de entrenamiento, en sus días fuera de casa alejado de la familia, en las 19 etapas anteriores en las que luchó para vestir el maillot de mejor joven, en su sexto puesto de la general. El pulso sigue alto, aumenta incluso. La respiración no es pausada ni controlada. Superman reacciona y da dos manotazos al que le tira sacándole de su cabeza la gorra, bajo la que esconde su vergüenza. Debe continuar y su compañero Hirt le ayuda. A su llegada a meta el superhéroe se disculpa y exige: “Siento lo que pasó, momento de adrenalina. Se requiere más respeto para el corredor porque hemos visto como pasa una vez y otra vez que nos tiran al piso y al final pura adrenalina. Lo siento bastante. Quiero pedir respeto y calma. Sé que se emocionan y pasa de todo pero al final a mí no me ha pasado nada…pero puede que te vayas a casa con fractura a fin de Giro y entonces… un poco más de respeto”.

La UCI no actúa en caliente pero ha retomado la investigación de lo sucedido en estos días. Los energúmenos en el ciclismo no son de ahora, recuerdo al gran Pedro González indignarse por el “personaje” que se plantó en medio de la carretera, mientras Guerini buscaba la victoria en Alpe D´Huez (Tour Francia 1999). También el año pasado, en esa mismo puerto, un delincuente golpeó a Froome en su costado derecho. Días después Majka era cabeza de carrera y casi es abatido por otro de esos. En el pasado Tour de Flanders un selfie, de uno que veía la carrera, casi provoca una caída masiva en el gran grupo. A 30 km de meta, en plena ascensión al Mortirolo, uno que corre con sus amigos y resbala porque el firme está mojado. Se cae a pocos centímetros de Richard Carapaz. ¿Sigo?, podría escribir líneas y líneas sobre estos tipos.

Es humano, como usted

¿Se sanciona a Miguel Ángel? ¿qué le va a ocurrir al espectador que provocó esa caída? ¿si el que resbala tira a Carapaz y le provoca una fractura de escafoides, teniendo que abandonar, se le va a pedir que pague los 1,5 millones de euros que le ofrecen ahora algunos equipos?. Es tan fácil hablar desde el sofá, desde el exceso de positivismo que nos invade. Todos los que critican a López seguro que habrían controlado sus emociones en esa situación, ya la han vivido por eso lo saben, en fin.

Claro que Miguel Ángel es un deportista de élite y debe respetar las normas, lo sabe. Pero no olviden que es humano, pese a su apodo, humano como usted. Un 99,9% de las personas en esa situación habríamos reaccionado de alguna manera: como Superman, tirando la bici, el bidón contra el asfalto, gritando con fuerza. No está bien su reacción, por eso se disculpa, pero como dijo el jurado técnico de la UCI “ Es una reacción humana comprensible”. No es justificada, es comprensible. Lo que no se puede comprender es que estos personajes sigan poniendo en riesgo las carreras deportivas de los ciclistas y no pase nada. Multas ejemplares y penas mayores si son identificados por las fuerzas de seguridad en alguna carrera como público. Que se queden en casa y se pongan a correr en una cinta mientras ven la tele.

Superman no vestía de rojo y azul, iba de blanco, como la bandera de la paz y es que él no quería hacer daño a nadie.

En 2011, entrenando en Colombia para una competición, dos tipos le obligaron a detenerse. No querían su rúbrica, era un desconocido para el público en aquel entonces, querían su bicicleta. Aquel joven ciclista, de apenas 18 años, se negó a complacer a los amantes de lo ajeno. Su estatura tal vez les hizo creer que sería fácil pero no fue así. Miguel Ángel López se enfrentó a ellos y pese a recibir dos puñaladas en su pierna derecha, consiguió regresar a casa con su preciada herramienta de trabajo. Se recuperó, tras 8 días en el hospital, y pudo disputar aquella carrera. En un país en el que apodar a los ciclistas forma parte de la tradición, López no iba a ser menos. Por su valentía, por luchar contra los malvados 'Supermán' le fue asignado.

Chris Froome
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