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Por qué pienso que los equipos del Tour han de tener un solo líder
Este fin de semana arranca una nueva edición del Tour de Francia, la competición más prestigiosa dentro del mundo del ciclismo, y hay algunos equipos que viajan sin las ideas claras
Este sábado comienza una nueva edición del Tour de Francia, en concreto la 106. Una carrera importante, pero no por eso la única. Se dice que para obtener el carnet de ciclista profesional hay que terminar un Tour, no es que me guste llevar la contraria, pero no lo comparto...
Grandes ciclistas jamás lo correrán y no por ello se debe perder el respeto a su profesionalidad. Ya hace unos años que he dejado el profesionalismo y tal vez esté estancado, no lo sé. Tal vez mi pensamiento no evolucione a medida que lo hacen las nuevas estrategias de equipo.
Quiero compartir con vosotros mi opinión. Siempre digo que no ha de ser la buena, solo es la mía. En mi época no había dudas, ninguna y si las había se disipaban pero no en la carretera. A las grandes vueltas por etapas viajábamos ocho ciclistas para trabajar y uno para ganar. No era una ciencia exacta, no sabíamos si la victoria llegaría, de eso va la grandeza del ciclismo de no saber qué puede ocurrir, pero al menos a nosotros nos tranquilizaba tener claro nuestro cometido.
Cuando tu función no está clara
Hace unos años, ver dos ciclistas del mismo equipo entre los primeros clasificados y sin ganar ninguno de ellos suponía señal inequívoca de no haber hecho las cosas del todo bien. Si uno de los dos ciclistas se sacrifica por su compañero, la victoria puede estar más cerca o incluso se puede conseguir. Yo lo aprendí así, así me lo inculcaron y lo fui viendo con el paso de los años. Ahora te puedes encontrar a dos corredores 4º y 5º en una clasificación general y todo es normal. El pasado año, en el Tour, Roglic y Kruijswijk lo confirmaron. No sé si recordáis pero parecía que en ocasiones tenían que pedir turno para arrancar. Ninguno de los dos tenía clara su función, los dos se sentían con fuerza para estar con los de cabeza y eso genera dudas, sí, genera dudas. Landa 7º y Nairo 10º, así culminaron la clasificación general en el pasado Tour los líderes del conjunto telefónico. No veo ninguna necesidad en llevar dos y hasta tres líderes a una carrera de tres semanas, no entiendo el motivo.
Vale, que si a uno de los jefes de fila le pasa algo está el otro para salvar la clasificación… pero eso puede hacerse, igualmente, determinando los roles de cada uno con anterioridad. Recuerdo el abandono de Pereiro en el Tour del 2009, era nuestro líder. Aquel día ganó otro compañero, Luis León Sánchez y desde entonces todos nos pusimos a buscar fugas, a tener presencia en carrera. Pero antes, todos, también teníamos claro que estábamos allí para trabajar a favor de Óscar.
Entiendo el cambio de roles cuando pase algo, algo que esté fuera del control de la dirección del equipo. El viajar con un solo líder y con otro ciclista que pueda liderar en ciertos momentos de la temporada pero que a esa carrera tenga claro que va a trabajar, para mí es fundamental. Porque varios líderes dividen al grupo, sí, lo dividen. El buen ambiente, en cualquier equipo, puede reinar pero siempre habrá mayor afinidad con unos compañeros que con otros. Ocurre en cualquier trabajo, puedes llevarte bien con todos pero hay con algunos con los que compartes más.
Pues eso en un pelotón se ve, se palpa, queda al descubierto a las primeras de cambio. Y me da igual que el equipo divida a los gregarios con antelación: vosotros tres con el 'líder 1' y vosotros tres con el 'lider 2'. Todos tienen que estar pendiente de uno, del que nos da seguridad para la victoria y todos, a su vez, de todos. Ahora hay ocho ciclistas por equipo (antes eran nueve) y si restamos dos líderes o tres… los hombres dispuestos a trabajar son escasos. La fuerza en 21 días es primordial y si pierdes energía en competir o demostrar que eres mejor que tu compañero se te puede hacer muy larga la llegada a París y, además, facilitar estrategias a otros rivales. Antes de ver el estado de forma de cada componente del equipo hay que poner atención al estado emocional. Si la persona está bien, el deportista está bien, pero en ese orden y no en otro.
El caso de Sky
Es llamativo meter a dos ciclistas del mismo equipo en un podio de una gran vuelta, nada frecuente. El pasado año Sky (ahora Ineos) lo hizo. Thomas se había preparado a conciencia por si Froome no podía acudir a la carrera y al final consiguió alzarse con la victoria pero también con momentos extraños. El micrófono de meta, el que ponen al ciclista nada más llegar no engaña. Llegas con la adrenalina por las nubes, el pulso alto y si te preguntan por tu líder y contestas que tú también puedes ganar o que ya se verá más adelante quién está mejor… a mí me vais a perdonar, pero no lo entiendo.
Tener a dos hombres importantes delante puede ayudar a crear tácticas de equipo que hagan trabajar por detrás, filtrando a uno en la fuga, pero eso puede ocurrir sabiendo que lo haces como labor de equipo y no como lucimiento personal para demostrar quién eres. Sobretodo porque tienes que saber con antelación quién eres en el grupo.
En el caso de Movistar en el presente Tour, Alejandro Valverde llega más fino que nunca a la carrera y ha declarado que su misión será ayudar a sus dos líderes. Y si llega el momento de tener que ayudar a los dos y ambos están con el mismo tiempo en la general…¿a quién se ayuda? Esas dudas no pueden surgir, según mi parecer. Pues lo dicho, a mí me gusta el lema de los Mosqueteros.
Este sábado comienza una nueva edición del Tour de Francia, en concreto la 106. Una carrera importante, pero no por eso la única. Se dice que para obtener el carnet de ciclista profesional hay que terminar un Tour, no es que me guste llevar la contraria, pero no lo comparto...