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Asalto a la Casa Blanca: qué esconde el adelanto electoral de Florentino
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Carlos Hernanz

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Carlos Hernanz

Asalto a la Casa Blanca: qué esconde el adelanto electoral de Florentino

La presentación de candidaturas será entre el 3 y 12 de abril. En caso de no haber rivales, en un plazo de 48 será renovado en el cargo

Foto: Manolo Redondo, de pie, junto a F. Pérez durante una asamblea del Real Madrid.
Manolo Redondo, de pie, junto a F. Pérez durante una asamblea del Real Madrid.
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Como buen ingeniero, a Florentino Pérez le gusta que le cuadren los números. Tanto los de una obra como los de un fichaje. Por eso, cuando tiene que mover peones entre sus filas planifica todas las derivadas. Lo ha hecho con Marcelino Fernández Verdes, al que esta semana dio boleto como consejero delegado de ACS, un desenlace previsto tras el agujero millonario arrastrado en Dubái, y lo tiene más que decidido con Sergio Ramos como futuro jugador del Real Madrid, salvo que el de Camas termine pasando por el aro de sus condiciones para renovar.

Otra cosa distinta es el volantazo realizado este Jueves Santo, con festividad y alevosía, al solicitar el inicio del procedimiento de convocatoria de elecciones a la presidencia del Real Madrid. Es verdad que tocaba, pero no que la fecha estuviera tan condicionada a la calculadora electoral de Florentino, aspirante a renovar otra legislatura tras acumular ya cinco mandatos y 17 años como máximo dirigente. En el fondo, todo se ha activado para que, a ser posible, como en las tres últimas citas (2009, 2013 y 2017), se resuelva sin contendientes: presidente a la fuerza.

placeholder Ramos posa con la camiseta de los 100 goles que le entregó Florentino. (@realmadid)
Ramos posa con la camiseta de los 100 goles que le entregó Florentino. (@realmadid)

El mandamás blanco ha movido ficha antes de que otros aspirantes pudieran coger vuelo. Tácticamente, su movimiento elimina muchos riesgos potenciales. En primer lugar, pilla con el paso cambiado a los posibles candidatos, como el joven Enrique Riquelme, que hace solo unas semanas enseñó la patita para empezar a hacer ruido. Con un horizonte electoral previsto para mediados de mayo, este adelanto obliga a cualquier pretendiente a tener resuelto en solo diez días un preaval por algo más de 90 millones y los componentes de la junta directiva.

En segundo lugar, celebrar las elecciones a estas alturas de temporada implica que, en caso de no haber candidatos, Florentino Pérez tendrá garantizada su reelección antes del partido de vuelta de la eliminatoria de cuartos contra el Liverpool, que se celebrará en la ciudad británica el 14 de abril. Si las elecciones se celebrasen a final de temporada, los socios irían a las urnas con los resultados deportivos de la temporada (Liga y Champions) bajo el brazo, una incertidumbre que de esta manera queda anulada si no hay competencia electoral para la presidencia.

¿Haaland?

Como bien sabe el presidente de ACS, hay un tercer punto crítico en toda votación para gobernar un club de fútbol: los fichajes estrella. Si en su día fue Luis Figo quien le hizo ganar las primeras elecciones, ahora puede ser Erling Haaland quien decante la presidencia del Real Madrid. Y ese activo, a finales de temporada, puede ser ya una pieza inalcanzable, bien sea por la competencia de otros grandes clubes o por estar a tiro de un candidato (si lo hubiera) capaz de repetir la jugada del propio Florentino con la estrella culé en las elecciones del año 2000.

Hace meses que Pérez tiene peinado el mercado de posibles aspirantes. A la liebre de Riquelme ha llegado algo tarde, aunque algún intermediario ha debido deslizar ya al joven empresario lo innecesario que es entrar en campaña. Si hay algo que el entorno de Floro traslada de manera recurrente, a modo de advertencia a futuro, es que el constructor puede permitirse tantos consejeros delegados de ACS como necesite, pero lo que no puede asumir es la derrota en otras elecciones del Real Madrid. Y menos con el dinero que tiene.

placeholder Imagen de las obras del estadio Santiago Bernabéu.
Imagen de las obras del estadio Santiago Bernabéu.

Florentino quiere culminar su presidencia en el palco del nuevo Real Madrid Arena. Será la joya de su legado madridista tras las Cuatro Torres y Valdebebas, pero ahora es solo un diamante en bruto con poco cartel electoral. Por suerte, la pandemia le ha permitido completar doce meses de obras, imposibles de ejecutar con una competición en circunstancias normales, por mucho que se hubiera creído capaz de utilizar el Bernabéu con público al tiempo que lo demolía y evitar la disyuntiva de jugar de prestado en el Wanda. Así habría sido más difícil renovar.

Por eso, aunque el sempiterno presidente sabe lo que es ganar (y perder) elecciones, la fórmula de la renovación por ausencia de rivales resulta más cómoda. Todo quedó atado para que ocurriera así a partir de 2012, con la modificación de los estatutos del club y las nuevas condiciones para concurrir como candidato (antigüedad de 20 años, patrimonio personal, aval de un banco registrado en España...). Desde entonces, Florentino gobierna el templo de Concha Espina como si fuera ACS. A sus 74 años, todo empieza y termina en él, sin importarle parecer un jeque.

Como buen ingeniero, a Florentino Pérez le gusta que le cuadren los números. Tanto los de una obra como los de un fichaje. Por eso, cuando tiene que mover peones entre sus filas planifica todas las derivadas. Lo ha hecho con Marcelino Fernández Verdes, al que esta semana dio boleto como consejero delegado de ACS, un desenlace previsto tras el agujero millonario arrastrado en Dubái, y lo tiene más que decidido con Sergio Ramos como futuro jugador del Real Madrid, salvo que el de Camas termine pasando por el aro de sus condiciones para renovar.

Florentino Pérez
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