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¿Qué se rompió Marc Márquez y Emilio Alzamora? Un divorcio inesperado que busca culpable
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Pablo de Villota

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¿Qué se rompió Marc Márquez y Emilio Alzamora? Un divorcio inesperado que busca culpable

Aunque no hay confirmación oficial, la relación de casi dos décadas entre mánager y piloto ha llegado a su fin. Ambos se deben mucho el uno al otro, aunque se busquen culpables

Foto: Emilio Alzamora y Marc Marquez, en una imagen de archivo. (EFE /Manuel Bruque)
Emilio Alzamora y Marc Marquez, en una imagen de archivo. (EFE /Manuel Bruque)

Se venía rumoreando en los últimos meses, pero la noticia saltó este fin de semana: Emilio Alzamora ya no es el mánager de Marc Márquez (ni de su hermano Álex). Cuando este último fue preguntado al respecto este fin de semana, el excampeón de Moto2 soltó un lacónico "No tengo nada más que decir", con gesto tenso incluso, delatando que la separación no ha debido ser del todo amistosa. Se pone así fin a una asociación exitosa que merecía hacerlo con honores y no de esta forma amarga.

Que nadie se engañe: por descomunal que sea el talento de Marc Márquez, el de Cervera nunca habría llegado a donde ha llegado, si no es por la batuta de Emilio Alzamora. Fue este quien cuidó sus pasos deportivos, desde que lo descubriera en los campeonatos infantiles de Cataluña con apenas 12 años y lo incorporara a su escuela de formación de pilotos RACC-Monlau. La importancia de Emilio en la carrera de Marc no sólo consiste en el trabajo que hizo en dotar a 'MM93' de los medios técnicos y humanos a los que la familia Márquez nunca habría podido llegar, sino que, una vez alcanzada la cumbre, fue la sombra silenciosa que bajaba siempre a la tierra al extraterrestre.

No hay más que darse un paseo por el paddock, y sin necesidad de dar nombres, a todos nos vienen a la cabeza compañeros de quinta del propio Marc de inmenso talento echados a perder por la falta de un Emilio Alzamora a su lado. Vamos a ver qué sucede con gente joven que llega como Raúl Fernández o Pedro Acosta, donde cada vez resulta más evidente la ausencia de una persona sensata y con conocimientos a su lado. En el páramo absoluto que es el nivel profesional del management de pilotos en MotoGP después de la retirada de Valentino Rossi, Emilio Alzamora era una de las pocas luces sólidas en un mundo poblado de amiguetes paracaidistas o garrapatas familiares.

placeholder Muchos creen que Marc Marquez, la máxima estrella actual del motociclismo, tiene un gran capital a nivel de marketing por explotar (EFE /EPA /YOAN VALAT)
Muchos creen que Marc Marquez, la máxima estrella actual del motociclismo, tiene un gran capital a nivel de marketing por explotar (EFE /EPA /YOAN VALAT)

Carencias en el márketing

Existen críticas al trabajo de Alzamora, que es un mánager con carencias, fundamentalmente en el terreno del márketing y la creación de marca. La tesis más probable de la ruptura es que estas limitaciones sean las que hayan dado al traste con la relación, porque es un hecho innegable que los resultados deportivos de Marc y su extraordinario carisma, merecen un reconocimiento global infinitamente superior del que goza el piloto ilerdense. Márquez ni siquiera en España, en su propio país, ha trascendido como debiera al mundo del motociclismo y no está instalado en el lugar que merece en el olimpo de los deportistas más mercadeables.

Reduccir la figura de Alzamora como mánager a esta situación sería quedarse en la anécdota. Marc ha logrado firmar unos contratos espectaculares con Honda HRC gracias a Emilio y qué decir ya de su hermano Álex, que gracias a sus buenos oficios, debutó en la categoría nada menos que en el equipo oficial y al que después de tres decepcionantes temporadas, le ha conseguido un hueco en el equipo Gresini cuando tenía más de un pie fuera de MotoGP. Puede parecer fácil ser mánager de un rey midas como Marc Márquez (que no lo es), pero parece claro que alguien como Álex no habría logrado ni de lejos lo que ha logrado sin Emilio como valedor y mentor.

Se puede argumentar que fue Álex y no Emilio quien ganó los títulos de Moto3 y Moto2, pero si queremos contar la película al completo, fue Emilio el que le dio a Álex un tiempo de espera que se le niega a la mayoría de pilotos y, por supuesto, el acceso a la mejor maquinaria posible. Pero hay más. Aparte de sabérselas todas a la hora de moverse por el paddock, Alzamora estaba siempre a pie de curva hasta en la más intrascendente sesión de entrenamientos, analizando el rendimiento de sus pupilos y sus rivales. Probablemente, no haya un confesor técnico tan capacitado como el que fuera campeón mundial de 125cc en 1999. Esto es algo que Marc y sobre todo su hermano Álex van a echar muy, muy en falta.

Un desgaste inevitable de la relación

La lesión de hombro de Marc Márquez, que ha provocado al campeón de Cervera el calvario de estas últimas tres temporadas, ha supuesto un desgaste extra a la relación. Sólo los interesados en su fuero interno saben, realmente, quién tuvo la mayor parte de culpa en aquella fatídica decisión de regresar de manera precipitada a la competición. Pero cuando tienes que discutir más sobre quirófanos que sobre reglajes de suspensión, el ambiente inevitablemente se enrarece. La situación agravó una brecha cada vez fuera más grande entre Madrid, la nueva residencia de los Márquez y Lérida, donde sigue viviendo Alzamora.

El gran error de Emilio fue no darse cuenta de sus limitaciones y no haber aceptado hace mucho tiempo externalizar todo el trabajo de márketing y creación de marca, el área donde claramente flaqueaba. No quiso renunciar a nada de la gallina de los huevos de oro que tenía entre manos, ignorando que quizá a la larga habría ganado todavía más dinero si otros profesionales hubieran elevado a Marc al nivel donde Valentino Rossi y su equipo de profesionales llegaron. No hay absolutamente ninguna razón por la que 'MM93' no pueda alcanzar el reconocimiento global que goza 'VR46', pero Emilio ni supo verlo, ni entendió que lo más beneficioso para las dos partes es que él se hubiera centrado en las áreas mencionadas antes, donde aportaba su enorme valor añadido.

Marc Márquez no es ningún niño y tiene una experiencia deportiva y vital que le hará mucho más fácil el poder volar sólo, aunque no es fácil encontrar gente con la discreción y lealtad de Emilio Alzamora. Ambos se seguirán encontrando en el paddock porque ni uno ni otro pueden vivir alejados de los circuitos. Es una incógnita cuáles serán los siguientes pasos de Alzamora después de esta ruptura (abandonó la estructura Monlau hace dos años, para centrarse exclusivamente en la representación de los hermanos Marquez). El problema no es económico porque su posición es más que holgada, sino de calidad del siguiente proyecto a desarrollar. La verdadera pena es que ambas partes no hayan encontrado una fórmula para seguir juntos.

Se venía rumoreando en los últimos meses, pero la noticia saltó este fin de semana: Emilio Alzamora ya no es el mánager de Marc Márquez (ni de su hermano Álex). Cuando este último fue preguntado al respecto este fin de semana, el excampeón de Moto2 soltó un lacónico "No tengo nada más que decir", con gesto tenso incluso, delatando que la separación no ha debido ser del todo amistosa. Se pone así fin a una asociación exitosa que merecía hacerlo con honores y no de esta forma amarga.

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