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Karim Benzema, despedida al líder introvertido
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Karim Benzema, despedida al líder introvertido

El delantero francés es como ese compañero que da los buenos días con educación, que hace su trabajo con responsabilidad y que se va a su casa sin hacer ruido

Foto: Benzema, en su gran despedida. (EFE/Daniel González)
Benzema, en su gran despedida. (EFE/Daniel González)

Hoy los madridistas despedimos a una leyenda que resultó ser inesperada, Karim Benzema. Y no solo porque su calidad futbolística haya estado en duda injustamente, sino porque pocos creían que una personalidad como la suya pudiera llegar a tocar el Olimpo del fútbol como pocos lo han hecho en la historia.

En muchos ámbitos de nuestra vida, todos nos hemos topado con esas personas que brillan por su don de gentes. Me refiero a esos que, mientras tú estás saboreando con sueño ese primer café de la mañana del lunes en la oficina, llega con una energía inacabable a contarte sus planes del fin de semana. Karim Benzema sería más bien ese compañero que da los buenos días con educación, que hace su trabajo con responsabilidad y que se va a su casa sin hacer ruido. Es de esos amigos de amigos que te presentan en unas cañas un viernes por la tarde y que, simplemente, puedes decir que te ha caído bien y que te ha parecido un chico muy formal. Sin embargo, es de esas personas que, si tienes paciencia, el tiempo va descubriéndote como alguien a quien merece la pena conocer.

Foto: Benzema, manteado por todos sus compañeros. (EFE/Daniel González)

Con los años hemos visto cómo ha ido adquiriendo los tan necesarios galones en el club con mayor exigencia del continente. Compitiendo por la capitanía del rendimiento con esos compañeros extrovertidos que parece que te eclipsan por ser la voz cantante en cualquier fiesta (me refiero, cómo no, a Cristiano Ronaldo), pero que en realidad te complementan y te muestran a ti como una alternativa más calmada, pero tanto o más atractiva dependiendo de la situación.

"Juego para los que saben de fútbol", dijo una vez. Y es que todos hemos visto ese partido del Madrid el domingo en el bar y nos hemos cansado de oír esas críticas a su, aparentemente, pusilánime actitud. "¡Qué malo es!", "¡no mete la pierna!", "¡a ver si lo venden de una vez este verano!". Con los años, ese chico introvertido se puso sin hacer ruido la camiseta más importante que se pueda poner un jugador del Real Madrid: la de líder indiscutible. Karim es esa pausa necesaria en los momentos de caos, es ese pincel que dibuja la tranquilidad cuando has tenido un mal día. Ese jugador que coge el balón y te sientes seguro porque sabes que va a tomar la decisión correcta sin precipitarse y sin hacer aspavientos. Que genera ventaja donde no la hay, que busca paredes imposibles que te imaginabas que pudieran hacerse antes siquiera de que llegase a tocar el cuero. Él ya te había hecho ese favor, ya te había adelantado ese trabajo. Con su serenidad ha destacado por encima de muchos otros que lo intentaron y naufragaron en las grandes citas cuando más se les necesitaba. Entendió lo que significaba ser el delantero centro del Madrid, con exigencia y compitiendo… pero en silencio. A su manera.

Nos deja algo más que un genio. Se va todo un sistema de ataque. Se va la banca que rentabiliza al máximo las situaciones ofensivas en todo un Real Madrid. Se va ese trabajador competente y relajado, el que sin hacer ruido compensa de sobra las horas que echa. Te deja ese chico al que empezaste a conocer de verdad tomando café con él y no en quedadas grupales en las que reina el alcohol y la desinhibición. Ese que te parecía un poco soso al principio, pero que te conquistó con su conversación amena, con su profundidad, con su mundo interno, con su magia…

Los madridistas tenemos la suerte de ser aficionados de un club al que cualquier estrella desea venir, por lo que pronto tendremos a otro fuera de serie acaparando las portadas de los periódicos deportivos. Sin embargo, tardaremos mucho en volver a disfrutar de un futbolista de ese nivel y con ese carácter. Recordaremos con nostalgia cómo dignificó el deporte rey con su imaginación y elegancia, y nos daremos cuenta del sello que ha dejado en cada campo de fútbol de la vieja Europa.

Foto: Benzema celebra un gol con el Madrid. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Aparte de sus goles y de los títulos conseguidos, nos deja la enseñanza de que, sea cual sea nuestra personalidad, todos tenemos dentro ese líder que coge las riendas de su vida en algún momento.

Tras pasar el inevitable duelo futbolístico que sentiremos en el primer partido de la próxima temporada, cuando no veamos el 9 en su espalda, agradeceremos que algo así haya sucedido.

Gracias por una época inolvidable.

Hasta siempre, Karim.

*Tribuna escrita por Jesús Merino Fernández.

Hoy los madridistas despedimos a una leyenda que resultó ser inesperada, Karim Benzema. Y no solo porque su calidad futbolística haya estado en duda injustamente, sino porque pocos creían que una personalidad como la suya pudiera llegar a tocar el Olimpo del fútbol como pocos lo han hecho en la historia.

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