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Todos tenemos un ganador y el mejor equipo para mí no es el Real Madrid sino McLaren
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Pablo de Villota

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Todos tenemos un ganador y el mejor equipo para mí no es el Real Madrid sino McLaren

En la entrega de los Premios Laureus, los Oscar del deporte, el Futbol derrotó a la Fórmula 1 en la categoría de equipos. ¿Faltó una valoración más amplia de méritos de unos y otros?

Foto: De izquierda a derecha los cuatro magníficos de McLaren: Lando Norris, Andrea Stella, Oscar Piastri y Zak Brown (McLaren)
De izquierda a derecha los cuatro magníficos de McLaren: Lando Norris, Andrea Stella, Oscar Piastri y Zak Brown (McLaren)

La gran noche del deporte con la entrega de los premios Laureus en Madrid fue un rotundo éxito. El evento, magníficamente organizado como siempre por mi querido Nacho Diaz, premió en la categoría de mejor equipo al Real Madrid y McLaren se quedó con la miel en los labios. Sin hacer de menos ni uno de los méritos del club de fútbol más laureado de la historia, sí me gustaría romper una lanza en favor de la mítica escudería británica, y por qué creo, que merecía el premio más que ningún otro.

Puede que me influya mi proximidad al mundo de la Fórmula 1. Puede también ser, que el hecho de que el actual CEO de McLaren, Zak Brown fuera mi jefe un par de años en CSM Sport & Entertainment, me haga no ser del todo objetivo. Pero vayamos a los hechos. Lo realizado por McLaren es una proeza extraordinaria y considero, que su título mundial de constructores de Fórmula 1, 26 años después de haber logrado el último, da para un caso que debería ser estudiado en las mejores escuelas de negocios.

Siempre he creído, que la Fórmula 1, es el gigante global del deporte que es, gracias en gran medida a la aportación de cuatro personas: Enzo Ferrari, Bernie Ecclestone, Ron Dennis y John Hogan. La elección de los dos primeros resulta, digamos, obvia. Pero en el caso de los dos últimos, creo que su aportación fue también absolutamente crucial. Dennis fue quien elevó año tras año el estándar de excelencia de los equipos a todos los niveles, mientras que Hogan, como líder de Marlboro, el principal patrocinador de la categoría, hizo lo mismo en el sector de todas las empresas que invirtieron en el ámbito del motorsport.

El problema de Ron Dennis, una de las personas más brillantes que he conocido en mi vida profesional, es que pasó de ser el artífice de que Mclaren fuera el absoluto benchmark del deporte, a suponer un lastre para su equipo. Al punto que casi lo lleva a su desaparición. No quiero ser especialmente duro con Dennis, porque fue y sigue siendo un modelo a seguir para mí en muchos aspectos. Pero Dennis casi tumba con sus malas decisiones la magna obra que creó.

placeholder Carlos Sainz ha contribuido mucho a la espectacular resurrección de McLaren ( EFE / EPA / JOE KLAMAR FIA F1 )
Carlos Sainz ha contribuido mucho a la espectacular resurrección de McLaren ( EFE / EPA / JOE KLAMAR FIA F1 )

Auge y caída de Ron Dennis

Puede que a Dennis el ego se llevara lo mejor de él. Puede también, que sus desavenencias con Mansour Ojjeh su socio de toda la vida, le llevaran a actuar más por emociones que por razones. O quizás simplemente fuera, que no entendió que el mundo había cambiado de forma radical después de la crisis de 2008. La cuestion, es que el estado de McLaren en 2016, era de enfermo terminal. Sin patrocinadores, últimos de la parrilla, con unas instalaciones desfasadas y con una fuerza laboral confundida y atemorizada.

Por si fueran pocos los males, la situación financiera del Grupo McLaren en su conjunto hubiera puesto a temblar al más pintado. Ese era el entorno al que llegó Zak Brown a liderar la división McLaren Racing en 2016. Lo recuerdo perfectamente, porque aparte de que Mclaren era cliente de nuestra empresa CSM Sport & Entertainment, todos vivíamos muy al día lo que sucedía en la Fórmula 1 en general y la escudería de Woking en particular. En menudo lío se ha metido nuestro jefe pensamos todos.

Zak Brown y Ron Dennis no podían ser más diferentes a nivel personal. Agua y aceite. Aunque unidos por una pasión fuera de lo común por el mundo de las carreras, ambos representaban la quintaesencia de lo americano y lo británico. Lo que no es ni bueno ni malo en sí mismo, pero sí es muy diferente. Imaginen el cambio cultural que debió supuso la llegada de Brown a McLaren, sobre una fuerza laboral acostumbrada durante décadas a los metodos (y por qué no decirlo manías) de Dennis.

Una de las primeras medidas, fue eliminar la cultura de la culpa, algo que frenaba en gran medida a la creatividad y la capacidad de asumir riesgos del equipo. No era esto un mal exclusivo de McLaren ojo. En Ferrari, salvando las diferencias, ha venido pasando lo mismo desde hace mucho tiempo. Nadie quiere perder su empleo y por tanto, haces tu trabajo haciendo el menor ruido posible y, por supuesto, arriesgando lo mínimo. El peligro de que la cosa no funcione y alguien pregunte, ¿Y esto de quién ha sido la culpa? Atemoriza a cualquiera.

Fuera miedos y complejos

Trabajar con miedo a fallar es algo muy dañino para cualquier empresa, pero no digamos ya en la Fórmula 1, donde es imprescindible jugársela para sacar una ventaja a tus rivales. Pero siendo este un gran cambio, hubo desde mi punto de vista una forma de actuar que ha supuesto la verdadera clave de la resurrección de McLaren. Zak Brown, a diferencia de lo que le pasa a muchos líderes, era consciente de sus limitaciones en algunas áreas y no tuvo reparo alguno en delegar y ceder a otros el protagonismo.

Por mucho que supiera de carreras, Brown aceptaba que había algunas áreas que le venían grandes. Por esa razón, puso como Team Principal primero al alemán Andreas Seidl y después al italiano Andrea Stella. Es de líder inteligente, saber dar un paso al lado y ceder las riendas a los que de verdad saben. Brown se centró en donde de verdad aportaba valor añadido, como era la captación de patrocinadores, territorio donde es el absoluto número uno y liderar (y por supuesto motivar) al grupo humano.

Todos los prejuicios que caían sobre Zak Brown, fueron cayendo uno detrás de otro con la lenta pero continua progresión de McLaren a lo largo de los años. Los patrocinadores empezaron a llegar, los ingenieros empezaron a tomar riesgos y desplegar todo lo que tenían guardado en sus cerebros. Y finalmente, el talento y compromiso de pilotos como Carlos Sainz y Lando Norris hizo el resto. Se cometieron errores como los del fichaje de Daniel Ricciardo, pero de eso también se aprendió y ahí está el descubrimiento de Oscar Piastri.

Decisiones arriesgadas

Por el camino, también se tomaron decisiones controvertidas y arriesgadas, como renunciar al motor y al dinero de Honda. Se prescindió de los servicios del prestigioso director técnico James Key y como remate, en lugar de buscar a un team principal de renombre, se hizo una promoción interna con Andrea Stella. Ahí es nada, un italiano ex-Ferrari, como el líder del equipo más británico de todos los británicos. Muchos no daban un duro por el éxito de muchas de las decisiones, pero los hechos hablan por sí solos.

Significativa fue, por ejemplo, la renuncia del maravilloso hospitality diseñado por Ron Dennis. La auténtica joya arquitectónica del paddock se cambió por una instalación mucho menos ostentosa, pero más funcional y sostenible. Era un ejemplo, entre otros muchos, de esa mentalidad tan americana de ir a lo práctico y no perderse en cuestiones de apariencia o del qué dirán. Parece fácil decirlo, pero no lo es. Y ese enfoque desacomplejado, no ahuyentó patrocinios de renombre, sino que ocurrió todo lo contrario.

Resucitar de la práctica muerte terminal a coronarte como Campeón del Mundo de constructores en el plazo de apenas ocho años es una proeza tal, que por eso creo que los de Zak Brown, merecían ese premio Laureus como mejor equipo deportivo del mundo más que ningún otro,. Esta temporada, son de nuevo el equipo más fuerte y tienen muchas posibilidades de ganar el título de pilotos, además de el de constructores. Tengo claro, por tanto, quién es mi candidato al galardón el próximo año: McLaren.

La gran noche del deporte con la entrega de los premios Laureus en Madrid fue un rotundo éxito. El evento, magníficamente organizado como siempre por mi querido Nacho Diaz, premió en la categoría de mejor equipo al Real Madrid y McLaren se quedó con la miel en los labios. Sin hacer de menos ni uno de los méritos del club de fútbol más laureado de la historia, sí me gustaría romper una lanza en favor de la mítica escudería británica, y por qué creo, que merecía el premio más que ningún otro.

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