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La historia financiera más rentable de Mario Vargas Llosa
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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La historia financiera más rentable de Mario Vargas Llosa

Hoy toca bajar las armas. Nada de sacudir a los que presuntamente se lo merecen. Hoy toca dejar la vara en el armario de los truenos para contar

Foto: La historia financiera más rentable de Mario Vargas Llosa
La historia financiera más rentable de Mario Vargas Llosa

Hoy toca bajar las armas. Nada de sacudir a los que presuntamente se lo merecen. Hoy toca dejar la vara en el armario de los truenos para contar una historia, no menos interesante, con más corazón de las que habitualmente aparecen en este blog. Se trata de la que expuso esta semana el que es posiblemente uno de los mejores contadores de historias del mundo. No es otro que Mario Vargas Llosa, el reciente Premio Nobel de Literatura, que relató con el tono acompasado y dulce que le caracteriza una de esas aventuras solidarias y empresariales que merecen la pena resaltar.

 

El peruano puso su imagen y excelsa imaginación por una gran causa: buscar financiación para un proyecto nacido hace más de veinte años por un piloto de Iberia (Santos Toledano, al que una dura enfermedad le ha cortado las alas) y ayudar a más de 1.500 jóvenes que viven de su utopía.

Vargas Llosa expuso como este volador de ilusiones y un sacerdote peruano “movieron montañas, superaron el dédalo burocrático” para poder crear una escuela técnica en Pachacutec, una zona desértica de Lima, para que miles de chavales, condenados a la droga y la indigencia, tuvieran un futuro. El Nobel contó que no lo tuvieron fácil “porque en Latinoamérica ninguna buena acción queda impune”, en clara referencia a la corrupción galopante de las administraciones. Pero que superaron todas las adversidades para llevar agua, luz y, sobre todo, esperanza a millares de familias.

“Abrieron talleres para enseñar a trabajar a muchas personas que hoy han sido contratadas por empresas de hostelería, energía y petróleo”, como Endesa y Repsol, que financian parte de las necesidades de la Fundación. “He conocido muchas asociaciones dedicadas al trabajo social, pero nunca vi ninguna tan bien dirigida como la Universidad Laboral de Pachacutec. El trabajo de estos hombres no es una actitud piadosa, sino práctica porque ha cambiado el horizonte de un millón de familias y ha hecho retroceder la pobreza, la desesperanza y el desamparo” sentenció el escritor antes de pedir al menos un euro por persona para continuar con el sueño.

Porque la Fundación Santos Toledano, como supongo muchas otras, necesita el dinero que las administraciones públicas,, ya no le dan por culpa de la crisis y el despilfarro generalizado. Y la aventura, que comenzó en 1986 llevando medicinas a necesitados y ayuda humanitaria en la bodega de los aviones a título únicamente personal, merece la pena que continúe viva.

Paula, hija de Santos, ha tomado el hilo de la cometa que echó a volar su padre, pero necesita un poco de todos para que la historia financiera más hermosa y rentable de Vargas Llosa tenga un final acorde con su origen.

Sean felices… y, si les gusta la idea, solidarios, que además desgrava fiscalmente.

Buen fin de semana.

Hoy toca bajar las armas. Nada de sacudir a los que presuntamente se lo merecen. Hoy toca dejar la vara en el armario de los truenos para contar una historia, no menos interesante, con más corazón de las que habitualmente aparecen en este blog. Se trata de la que expuso esta semana el que es posiblemente uno de los mejores contadores de historias del mundo. No es otro que Mario Vargas Llosa, el reciente Premio Nobel de Literatura, que relató con el tono acompasado y dulce que le caracteriza una de esas aventuras solidarias y empresariales que merecen la pena resaltar.