La lista de los fondos más grandes del mundo que quieren comprar la corrupta España

Asco. Eso es lo que produce España a los españoles, hartos de tanto político corrupto, indignados de ver tanta basura escondida bajo las alfombras de un sistema democrático viciado. Vergüenza al comprobar como el tesorero del PP, el partido en el Gobierno, comete delitos de evasión de impuestos en Suiza, algo que, por cierto, también está en la cuenta del mayor banquero del país.

Hedor por el olor que desprenden las presuntas cuentas helvéticas de la familia Puyol o por el sospechoso origen de esa pequeña casa de verano de 500 metros del presidente de la Comunidad de Madrid. Este señor es un crack. Es capaz de comprarse una segunda residencia de 770.000 euros con un sueldo de 4.800 euros. Sin olvidar los abusos del PSOE en el caso de los ERE o las fiestas que los consejeros de la CAM se pegaban con mujeres, copas y spa incluidos, durante la borrachera del crédito contra las cuentas del banco que tuvo que ser rescatado. Dan arcadas de escuchar a Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal y José Antonio Griñán diciendo que hay que investigar, como si cuando visitaban la sede de su partido no supieran lo que cocía en el despacho de al lado de Rajoy.

Pese a todas estas atrocidades, hay inversores extranjeros que quieren invertir en España. Y cada vez más. Prometo no haber tomado ningún producto psicotrópico antes de escribir el artículo. Es cierto. O al menos así se desprende de la tercera edición del Spain Investor Day, una iniciativa puesta en marcha en 2010 con más voluntad que certezas. Tras varias decepciones, las jornadas celebradas este año han comprobado el cambio de la percepción que los grandes fondos institucionales tienen sobre cómo está nuestro país.

En dos días se han juntado 200 de los mayores inversores del mundo, interesados de verdad en analizar y comprar acciones de empresas españolas. Prueba de ello es que se han celebrado cerca de 600 reuniones cara a cara o one on one, como se conoce en el argot financiero, entre los gestores de carteras y las empresas a petición de los primeros, unas 150 más –un 33%- que en la edición de 2011. Algunos de los asistentes reconocen que desde Londres o Nueva York se valora las reformas que ha hecho el Gobierno, especialmente la financiera y la laboral, sin entrar en los detalles que hacen la vida más difícil a los ciudadanos. Creen que Mariano Rajoy y Luis de Guindos han cumplido con sus compromisos y que el terreno está abonado para una recuperación a medio plazo. Firmas como Amundi, Abu Dhabi Investment Authority, APG o Fidelity, con más de 300.000 millones bajo gestión cada una, creen que es hora de invertir en España

No es que fuera un estallido de entusiasmo ni que se hayan enamorado de España de un día para otro. No, Pero si han advertido, según varios de los asistentes consultados, que ni Francia ni Alemania están mucho mejor. Consideran que el país vecino no ha hecho los deberes y que la locomotora de Europa tiene un grave problema con sus bancos que se niega a reconocer, pese a que ambos estados no sufren el drama del desempleo nacional. Prueba de que la nueva patria de Pep Guardiola no está oronda como los mofletes de la señora Merkel es el pobre dato del PIB de 2012.

Pero como las impresiones son subjetivas, lo que revela que el interés ha sido cierto es la lista de los fondos que, a petición de ellos, han estado dos días encerrados con las principales empresas españolas. Sirvan como ejemplo firmas como Amundi, con más de 600.000 millones de euros bajo gestión. O Abu Dhabi Investment Authority, el fondo soberano del emirato con más de 300.000 millones para invertir. O APG Asset Management, una gestora de pensiones holandesa desconocida para el gran público que maneja cerca de 319.000 millones.

Ha habido más, aparentemente más modestos. Como el fondo de los profesores jubilados de Ohio (State Teachers Retirement Fund), que invierte los 65.000 millones de dólares que este colectivo tenía a finales de 2012. Este fondo coloca 34.000 millones de dólares en renta variable, de los que 11.000  millones los destina a adquirir acciones de empresas extranjeras.

Artisan Partners, con 74.300 millones de dólares, también ha estado en las reuniones. Al igual que Epoch Investment Partners (24.500 millones), Perry Capital, un hedge fund que lleva tiempo poniendo el ojo en España, y Citadel Asset Management, con una cartera de 13.000 millones. Sin olvidar otras instituciones más conocidas, como KKR, Fidelity, Credit Suisse, Carlyle, Pictec, Lombard Odier, Bank of America Merrill Lynch y Barclays, que, como JP Morgan, aconseja invertir en la Península Ibérica por primera vez en cuatro años. KKR, Carlyle, Citadel y hasta el fondo de pensiones de los profesores de Ohio ven con buenos ojos las reformas gubernamentales y el esfuerzo en reducir deuda de las empresas

La empresa que más interés ha suscitado ha sido Amadeus, que tenía cola para  recibir a los inversores. La compañía de reservas de viajes con sedes en Madrid, Niza y Erding (Alemania), dirigida por un español, es una de las tres multinacionales más importante del mundo en su sector. Hizo más de veinte one on one, prueba evidente de que los gestores valoran a las empresas locales que han sabido quitarse la boina.  Un reto, el de la internacionalización, que muchas otras ya han intensificado para restar dependencia de la empobrecida economía española.

Es obvio que todos los citados arriba no se van a jugar su pasta en el Ibex 35, especialmente porque bastantes compañías siguen teniendo graves problemas de endeudamiento que solo se solucionan con el tiempo, con mucho tiempo (FCC, Sacyr). Otras siguen ocultando la verdadera enfermedad de su balance (ACS).  Y el Gobierno sigue generando inseguridad jurídica por su falta de decisión para resolver problemas como el eléctrico. Pero un amplio número ya llevan años o meses de cura intensiva  (Telefónica, Iberdrola, Ferrovial, BBVA, Santander). Si una pequeña parte de esos miles de millones de esas gestoras entra en España, el dinero volverá a llegar, primero al capital de las empresas, segundo al bolsillo de los ahorradores.

Sean felices y rebeldes contra los mangantes.