Es noticia
La televisada quiebra de la industria del fútbol español
  1. Economía
  2. A Corazón Abierto
Agustín Marco

A Corazón Abierto

Por

La televisada quiebra de la industria del fútbol español

A mediados de febrero, Morgan Stanley aplaudió las medidas de ajuste macroeconómico aplicadas por el Gobierno de Mariano Rajoy hasta el punto de asegurar que España

A mediados de febrero, Morgan Stanley aplaudió las medidas de ajuste macroeconómico aplicadas por el Gobierno de Mariano Rajoy hasta el punto de asegurar que España podría ser la próxima Alemania. Una oda a los esfuerzos realizados desde el Ministerio de Economía para enderezar un país en quiebra técnica que fue acogida con algarabía en Moncloa. Y puede que el broker estadounidense tenga razón porque, como ahora nuestra patria, hay coincidencias entre las situaciones de ambos países. Los germanos también pasaron por verdaderas dificultades y tuvieron, como nosotros, al principal grupo de comunicación en bancarrota.

Pocos recuerdan que la locomotora de Europa fue el único país, junto con Francia, que incumplía los niveles de déficit a principios de siglo, como le sucede en estos momentos a España, y que su mayor grupo de comunicación, el del magnate Leo Kirch, quebró con una deuda de 6.500 millones. Aquella bancarrota de 2002, un escándalo nacional en Alemania, se produjo por un asunto tan terrestre como la compra a precios de oro de los derechos de retransmisión de la liga de fútbol local (Bundesliga) y de varios mundiales. El mismo error cometido por el Grupo Prisa que le ha llevado a la UVI, cuyo oxígeno suministran -¿hasta cuándo?- Emilio Botín e Isdiro Fainé

Kirch Media fue incapaz de rentabilizar los 1.549,37 millones de euros pagados al Bayern Munich, al Hamburgo, al Werder Bremen y al resto de clubes alemanes por tener la exclusiva de los partidos del fin de semana durante cuatro temporadas. Su apuesta acabó en la suspensión de pagos, desgracia que pocos días antes de aquel año había vivido también ITV Digital, una cadena británica que se vio estrangulada por sus deudas con equipos de la Premier League.

El canal de Kirch Media dejó una deuda de 900 millones de euros a los clubes germanos, que tuvieron que ponerse a dieta con bajadas de sueldos a sus mejores futbolistas y la consiguiente desbandada de sus jugadores más destacados. Prueba de esa devaluación de la Bundesliga es que desde 2002 (Bayer Leverkusen) ningún equipo volvió a jugar una final de la Champions League hasta 2010 (Bayern Munich). Ocho años de dura travesía que estuvo a punto de suponer la quiebra de sociedades como el jovial Borussia Dortmund. Gracias a la inversión estatal en la preparación del Mundial 2006, con la renovación y construcción de grandes estadios, la liga alemana pudo recuperar su pulso en Europa. 

Digital+ y Gol TV llevan el mismo camino que Kirch Media, la tele alemana que quebró por pagar demasiado por los derechos del fútbol de la BundesligaEn estos momentos, su bonanza es tal que el verano pasado el nuevo club de Pep Guardiola protagonizó el fichaje más caro del continente, con la incorporación por 40 millones de Javi Martínez (Athletic Club de Bilbao). Un desembolso, el mayor en la historia del equipo bávaro, superior a los realizados por los jeques árabes que controlan el Paris Saint Germain de Ibraimovich y el Manchester City.

Como decía el informe de Morgan Stanley, puede que España se parezca a Alemania y sufra algo muy parecido a una suspensión de pagos del fútbol y de las cadenas que lo financian. Los clubes de la LPF deben unos 3.600 millones de euros, 700 de ellos a Hacienda, con una dependencia elevadísima de Mediapro y de Digital+. Dos grupos mediáticos en una crisis tan profunda que en el último estío llegaron a un acuerdo de no agresión ante la incapacidad de seguir pagando a las sociedades deportivas sus acuerdos millonarios.

Prisa reconoce en sus últimas cuentas que “será necesario un mayor periodo de tiempo para alcanzar los objetivos de base de abonados” para rentabilizar la inversión futbolera después de ver como cerca del 15% de los clientes se han dado de baja en el último año. Un descenso que pone de manifiesto que Digital+ tiene ahora 345.000 suscriptores menos que en diciembre de 2007 y los mismos fieles seguidores que en marzo de 2005 (1,71 millones). Prisa reconoce que no puede rentabilizar lo que paga a los clubes españoles debido a la fuerte caída de abonados de su plataforma de pago

Un retroceso de ocho años en las cuentas que se verán empeoradas por el pacto con Jaume Roures, ya que el coste de los derechos de TV se ha incrementado desde los 730 a los 755 millones. Es decir, una factura más elevada con los clubes de fútbol y menos clientes para pagarla, lo que se traducirá en un descenso del Ebitda durante los tres próximos años. Pero si el encefalograma de Prisa es delicado, el de Gol TV no goza de mejor salud. La plataforma de Mediapro tiene apenas 290.246 abonados, un 25% menos respecto a los 383.000 que contaba al cierre de 2011, prueba manifiesta de que a las dos canales les ha golpeado la crisis económica y el aumento del IVA desde el 8 al 21%.

La cuestión es si, con esta tendencia descendente de españoles en crisis dispuestos a rascarse el bolsillo por ver el fútbol en TV, los dos grupos mediáticos podrán hacer frente a sus obligaciones con los clubes. Los cuales, a su vez, tienen tales deudas y cada vez menos ingresos –descenso implacable de asistencia a los estadios y desaparición de anunciantes- que más de uno perderá la categoría este próximo verano por impago. Sociedades anónimas como el Valencia CF, el Deportivo y el Xerez están condenadas salvo aparición del salvador milagroso, sin olvidar que 24 equipos (Real Sociedad, Real Zaragoza, Málaga CF, Celta de Vigo, Levante, Rayo Vallecano, Real Betis, Real Valladolid, Racing de Santander, Salamanca, Recreativo, Hércules, Real Murcia, Las Palmas, Girona, Sporting de Gijón, etc…) ya han estado o están en concurso de acreedores.

Una burbuja que la banca va a reventar, tal ha hecho con la inmobiliaria. Porque hasta la fecha muchas cajas sostenían las finanzas de los equipos y el ego de los presidentes de turno. Pero ese sistema de proselitismo y compadreo se ha acabado. Que se lo pregunten al Real Madrid, que ya no podrá contar con Bankia para fichar al Cristiano Ronaldo de cada temporada, cuyo crédito, por cierto, está ahora en el banco malo que pagamos todos los españoles.

El club de Florentino Pérez tiene una deuda de casi 300 millones, más de seis veces su beneficio operativo, lo que en cualquier empresa normal obligaría a vender hasta los banderines del corner para pagar a la banca. Ahora quiere emitir bonos respaldados por esos derechos de cobro de TV que supuestamente le abona Mediapro, lo cual es la pescadilla que se come la cola.

En Can Barça las aguas también bajan turbias con un pasivo de 334 millones, que Sandro Rosell ha rebajado desde los 460 anteriores por imposición de Caixabank, que ya le dio varios toques de atención a la directiva de Joan Laporta por vivir por encima de sus posibilidades. Por el Camp Nou siguen estando prohibidas las fotocopias a color (los gastos generales han bajado en 65 millones, con algún ERE incluido), pero, contradicciones de la lógica, están dispuestos a pagar 40 millones por Neymar. El Real Madrid ha perdido el oxígeno financiero de Bankia y el Barça vive fiscalizado por Caixabank, mientras varios equipos están al borde de la desaparición

Si estas dos instituciones, con 500 millones de ingresos anuales, están así, imagínense el resto, incluído el páramo de la Segunda B. El Valencia tiene la misma deuda que los blancos y los azulgranas, pero ingresa la mitad. En el Atlético de Madrid las cosas tampoco están mucho mejor. Salvo agradables excepciones de equipos pagadores como el Numancia, todos deben la de Dios, por lo que se impone una quita a la chipriota a los jugadores y a la banca. 

Por si fuera poco, sus cuentas son cualquier cosa menos transparentes, un arte en el que la familia Gil es una experta consumada. Porque hubo un tiempo que el Atleti, el Español y el Valladolid quisieron salir a bolsa, siguiendo la estela de los grandes de Europa, como el Manchester United, Ajax, Porto, Roma y Juventus, entre otros. Cuando el club colchonero inició el proceso para cotizar en los mercados, uno tuvo la oportunidad de preguntarle a Miguel Ángel Gil Marín por el balance del club, la auditoria, la cuenta de resultados, que, por supuesto, se negó en rotundo a dar los datos. "Ni te los voy a dar a ti ni a la CNMV", me espetó en el Palco del Vicente Calderón en una entrevista surrealista.

Como dijo Ángel Villar, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol en una reciente entrevista, “me temo lo peor” este verano. A este paso, ni pan, ni circo.

A mediados de febrero, Morgan Stanley aplaudió las medidas de ajuste macroeconómico aplicadas por el Gobierno de Mariano Rajoy hasta el punto de asegurar que España podría ser la próxima Alemania. Una oda a los esfuerzos realizados desde el Ministerio de Economía para enderezar un país en quiebra técnica que fue acogida con algarabía en Moncloa. Y puede que el broker estadounidense tenga razón porque, como ahora nuestra patria, hay coincidencias entre las situaciones de ambos países. Los germanos también pasaron por verdaderas dificultades y tuvieron, como nosotros, al principal grupo de comunicación en bancarrota.