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El cortocircuito patriótico de Galán para ocultar otras verdades de Iberdrola
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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El cortocircuito patriótico de Galán para ocultar otras verdades de Iberdrola

Ignacio Sánchez Galán se ha echado en contra a todo el mundo por no decir bien una verdad muy simple: una empresa sólo invierte donde gana dinero

La forma y el fondo siempre son importantes. Uno puede tener razón sobre el meollo de una cuestión, pero se arriesga a perderla por argumentar mal su exposición de motivos, por subir el tono o infringir un castigo moral o reputacional innecesario. Algo de esto le ha pasado a Ignacio Sánchez Galán, que se ha echado a todo el mundo en contra, desde los ministeriales del Gobierno hasta las redes sociales, por no expresar bien una verdad muy simple: una empresa solo invierte donde cree que puede ganar dinero.

Un rifirrafe dialéctico derivado de la eterna guerra de las compañías energéticas con los dueños del Boletín Oficial del Estado (BOE) por corregir de una manera u otra el famoso déficit de tarifa. Un roto que ha provocado una subida del 78% de la luz que pagamos todos los españoles en diez años y un incremento de casi el 100% de los impuestos que abonan las eléctricas por producir y distribuir la energía. Incrementos que no han servido para solucionar el dichoso agujero porque unos y otros gobiernos han estado subvencionando determinadas energías verdes de las que se han beneficiado desde la propia Iberdrola, hasta ACS, Acciona, Abengoa y cientos de inversores institucionales. El fracaso de Miguel Sebastián, primero, y José Manuel Soria, después, es para poner el grito en el cielo, como ha hecho Galán.

Pero el chispazo del ejecutivo salmantino no es nada nuevo. Galán siempre ha criticado la incapacidad de los ministros de Industria y de Hacienda para resolver un problema creciente que afecta al bolsillo de todos. La última vez que sacó la lengua a pasear lo hizo a finales de enero, en la bucólica Davos, con la nieve cayendo de fondo, en una entrevista con Bloomberg, en la que alabó el carácter reflexivo de Rajoy, su valentía para evitar un rescate que parecía descontado, al tiempo que se abrazaba a un refrán inglés para zurrar a los Nadales de turno.

El ruido mediático causado por las declaraciones de Ignacio Sánchez Galán han eclipsado el nuevo incumplimiento de los objetivos financieros de la eléctrica con sus accionistas

Lo que si ha conseguido Galán con tanto ruido es que no se hable de las cuentas de Iberdrola, de la enésima vez que el presidente de la eléctrica no consigue los objetivos financieros a los que se había comprometido con los accionistas, ya sean ingleses, americanos o españoles. Porque el beligerante ejecutivo de la compañía apenas permitió un cuarto de hora de preguntas a los inversores que asistieron a la presentación de los decepcionantes resultados de 2013, para comniarles a centrarse en el nuevo Plan Estratégico 2014-2016 en el que anunció el polémico, pero justificado recorte de la inversión.

Un plan que solapa el que abarcaba 2012-2014 y que fue lanzado en octubre de hace dos años para encubrir el fracaso del anterior. Un último programa de actos que tenía objetivos fáciles: el mantenimiento del beneficio, del Ebitda y del dividendo, con la ayuda de desinversiones por 2.000 millones. Pero, pese a poner el listón tan bajo, los tres primeros no se han alcanzado, por lo que la eléctrica ha decidido inventarse una nueva hoja de ruta para pasar página de aquella manera.

Y eso que Galán tiene más de un atenuante para explicar la decepción. Es muy difícil alcanzar determinados retos si el árbitro cambia cada dos por tres las reglas del juego, como ha pasado en España. Más si como ocurrió durante su batalla contra ACS hasta se te echa el Congreso encima con la famosa Enmienda Florentino. Pero sin olvidar que Iberdrola también se ha beneficiado y mucho de la España de la pandereta normativa. Primero recibiendo generosas primas por sus parques eólicos y más recientemente por los cambios fiscales que le han permitido maquillar con 1.538 millones unos números de 2013 que hubieran sido dramáticos sin la ayuda de Montoro.

El ingeniero salmantino olvida que una argucia contable de Montoro le ha permitido maquillar sus cuentas y que Estados Unidos le ha hecho un roto más grande que el causado por la incapacidad del ministro de Industria

Sin olvidar que España ha perdido mucha credibilidad con la falacia de determinadas energías limpias, del universo sostenible, como demuestran las numerosas demandas en los tribunales internacionales, a Iberdrola hay que recordarle que el mayor agujero que ha tenido que tapar no ha sido el que le han provocado desde Industria, sino el que Galán tiene en Estados Unidos, donde el pasado año tuvo que hacer una provisión de 1.685 millones porque sus negocios en ese país, que para el ingeniero charro es tan serio, valen mucho menos de lo que él pagó no hace tanto tiempo.

El resultado de todo esto es que Iberdrola cotiza hoy un 27% por debajo de cuando Galán fue nombrado presidente, allá por abril de 2006, un periodo suficiente para sacar conclusiones, una etapa en la que el Ibex ha bajado un 16% en estos casi ocho años. Sin tener en cuenta las numerosas y dilutivas ampliaciones de capital, vale en bolsa cerca de 30.000 millones, apenas 8.000 más del valor al que sacó a bolsa aquel globo de Iberdrola Renovables que pilló a más de 250.000 inversores particulares –todos españoles- y que tres años y medio después excluyó con una quita del 42%. Como unas preferentes de Bankia, pero del sector eléctrico.

Casi una década en la que Galán se ha convertido en uno de los tres presidentes mejor pagados del mercado español, un tiempo en el que se apoyo en cajas de ahorros hoy desaparecidos o en la UCI –Bancaja, CAM, Caja Burgos, BBK- para crear un núcleo duro de accionistas con el consiguiente reparto de consejos a los políticos provincianos. Alguno que se sentaba en el sillón noble de la matriz está ahora muy imputado. Es evidente que Galán tiene motivos más que suficientes para la queja, por la permanente inseguridad jurídica, pero sin olvidar aquello de que el perro no muerde la mano que tan bien le dio de comer. Es como si la banca se quejara ahora de que el Banco de España se ha convertido en un inquisidor después de haberse puesto las botas gracias a la laxitud con la que el supervisor les permitió hacer todo tipo de tropelías.

Sean felices.

PD: El 53% de los accionistas de Iberdrola son nacionales, ni mexicanos, ni británicos, ni americanos.

La forma y el fondo siempre son importantes. Uno puede tener razón sobre el meollo de una cuestión, pero se arriesga a perderla por argumentar mal su exposición de motivos, por subir el tono o infringir un castigo moral o reputacional innecesario. Algo de esto le ha pasado a Ignacio Sánchez Galán, que se ha echado a todo el mundo en contra, desde los ministeriales del Gobierno hasta las redes sociales, por no expresar bien una verdad muy simple: una empresa solo invierte donde cree que puede ganar dinero.

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