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El declive del petróleo ha comenzado
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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El declive del petróleo ha comenzado

Nueve de las diez mayores compañías petrolíferas del mundo han alcanzado ya su máximo de producción de oro negro.        Realizan algo más de la quinta parte

Nueve de las diez mayores compañías petrolíferas del mundo han alcanzado ya su máximo de producción de oro negro.


       
Realizan algo más de la quinta parte de la extracción total de petróleo. Pero su cuota parece que está disminuyendo. Un dato preocupante. Porque constituyen el grupo de compañías más avanzadas tecnológicamente. No están ligadas a ningún país en general ni a ningún tiranuelo en particular. Tan sólo a uno llamado Wall Street. Con lo que, si estas compañías no son capaces de aumentar la producción con semejante motivador, dudo que ninguna otra, sobre todo las empresas extractoras nacionales (tipo Aramco, Pdvsa, etc.), lo sean.

Por zonas geográficas, el Mar del Norte ya está disminuyendo el bombeo. EEUU también. La significativa reducción de la producción en Venezuela probablemente sea un glorioso triunfo más de la heroica revolución bolivariana.

El pico del petróleo ha llegado y…

La gran incógnita es cuándo alcanzará el máximo caudal el Golfo Pérsico y dentro de él Arabia Saudí. Para empezar a descontar el tiempo de una manera más exacta. Unos dicen que será este año. Otros que dentro de diez. Porque a partir de ese momento el comienzo del fin del petróleo será irreversible. La verdad es que la fecha exacta da igual. Un poco de retraso no modificará el desenlace.

Cuando el petróleo comience a escasear en las explotaciones más importantes de Oriente Medio, las compañías tecnológicamente más avanzadas serán las únicas capaces de tomar el relevo, a un coste de extracción mucho mayor, en lugares cada vez más remotos y profundos.

Aunque puede que esos nuevos yacimientos no sean capaces de compensar el agotamiento de los existentes. Si los grandes no son capaces de aumentar la producción hoy, difícilmente lo serán mañana. Salvo milagros geológicos en el Ártico o en algún otro lugar, algo no muy probable.

Vemos en el cuadro anterior que parece que no lo consiguen. Si la teoría de Hubbert es cierta, el ocaso de la Edad Fósil habrá comenzado ya o estará a punto de hacerlo. Y también la cuenta atrás. A partir de ahora tenemos no más de treinta o cuarenta años para hacer una transición ordenada, aunque seguro que no exenta de tensiones, hacia otras fuentes de energía.

…hace falta instaurar una transición ordenada hacia la racionalidad energética…

Y, sobre todo, hacia un consumo energético responsable. Con el fin de demorar lo inevitable. La relación extracción-reservas es hoy de 42 años para el petróleo. Siguiendo la misma metodología, queda gas para 60 años y carbón para 122. Probablemente acaben siendo algunos más.

La buena noticia para el cambio climático es que las emisiones se reducirán drásticamente por inanición dentro de algo más de un siglo. La mala es que como sigamos así será demasiado tarde para nosotros. Después de eso, la naturaleza se recuperará sola. Unos cuantos miles de años sin moscones humanos haciendo hogueras y llenando todo de basura, aunque sea tecnológicamente avanzada, y volverá a florecer. Pero a nosotros nos dejará maltrechos.

Se nos agota el tiempo. La barra libre del crédito ha terminado. La de la energía barata e ilimitada también. Finaliza la Edad Fósil. Comienzan tiempos de escasez. Volvemos a la normalidad después de un espejismo que ha durado doscientos años. A partir de ahora la eficiencia volverá a reinar. Como siempre ha sido. Como nunca debió de dejar de hacer.

…por la cuenta que nos trae

La alternativa es el colapso de nuestro modelo económico y social. Una crisis definitiva que acabe con nuestra forma de vida. Porque cuanto más alto subamos y más tardemos en reaccionar, más violenta será la caída.

El destino no es irreversible. Lo escribimos cada día. Todas estas amenazas debería el ser humano poder convertirlas en oportunidades y empleo. Esta crisis intermedia podría ser el revulsivo que necesitamos que nos permita renacer. Alumbrar una época nueva y floreciente donde la codicia y el beneficio inmediato dejen de mover el mundo.

Comienza una nueva era. El resultado dependerá de nosotros. ¿Seremos capaces de construir con sensatez y generosidad nuestro futuro? De momento, ni siquiera lo intentamos.

Nueve de las diez mayores compañías petrolíferas del mundo han alcanzado ya su máximo de producción de oro negro.