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¿La “primavera del accionista”?
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Pablo Zamorano

Basado en la Evidencia

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¿La “primavera del accionista”?

Cerca de un 50% de los accionistas que votaron en la última junta de la aseguradora británica Aviva rechazó el plan de remuneraciones de la empresa

Cerca de un 50% de los accionistas que votaron en la última junta de la aseguradora británica Aviva rechazó el plan de remuneraciones de la empresa al entender que éste no se correspondía con la evolución de la sociedad y la acción, una situación similar a la que han vivido otras firmas como UBS (en torno al 33%) y Barclays (un 25%). Pronunciamientos que han supuesto un punto de inflexión en el seno de las compañías abriendo una preocupante brecha entre el management de las empresas y sus “propietarios” (el CEO de Aviva terminó por dimitir), hasta tal punto que muchos medios británicos han hablado de una “primavera de los accionistas” haciendo un forzado símil con la “primavera árabe”. Una pérdida de confianza, materializada hoy en día en las remuneraciones de los directivos, que cuenta con un nuevo aliado: las redes y medios sociales capaces de alinear intereses de una manera más ágil y rápida.  Una situación que, bien canalizada, podría convertirse en una oportunidad para que gestores y accionistas caminen en una sola dirección.

¿Están los accionistas rebelándose contra las compañías o ejerciendo la acción responsable? ¿Es una situación extrapolable a España? Es evidente que no (todavía). Aunque el número de propuestas rechazadas en el seno de las juntas ha aumentado, al igual que el de propuestas de inclusión de nuevos temas en el orden del día, una cierta calma sigue reinando en el máximo órgano decisorio de las sociedades. De hecho, si nos fijamos en el caso español, de media, un 70% de los inversores institucionales delegan todavía sus derechos de voto en el consejo de administración. Es decir,  disidencias pocas o ninguna, y de haberlas, sin trascendencia.

es curioso observar los múltiples esfuerzos que la mayoría de las grandes compañías españolas realizan por mantener un contacto continuo y frecuente con muchos de sus stakeholders y sin embargo sólo se acuerden de sus accionistas, en la junta generalPero que no existan no quiere decir que las empresas cotizadas, deban seguir “olvidando” a sus accionistas (y si no basta con mirar determinadas redes sociales o foros de opinión en los que la voz de muchos minoritarios, fundada o no, empieza a escucharse con mayor intensidad). De hecho, es curioso observar los múltiples esfuerzos que la mayoría de las grandes compañías españolas realizan por mantener un contacto continuo y frecuente con muchos de sus stakeholders (empleados, clientes, administraciones públicas…) y sin embargo sólo se acuerden de sus accionistas (¡los propietarios de la empresa!), en la junta general. Pero ellos, los accionistas, tienen cada vez más opinión propia y quieren que sea escuchada. ¿Por qué no incorporarlo a la compañía como un activo?

Vivimos tiempos convulsos en los que la gestión de las sociedades se complica y una mala explicación (o ausencia de ella) sobre qué decisiones son necesarias tomar y por qué hay que abordarlas (ventas de compañías o filiales, reestructuraciones, política de remuneraciones y retención del talento) puede dañar seriamente la confianza de los accionistas en su management y comprometer el futuro más inmediato de una compañía cuando no introducirla en un periodo de incertidumbre o ingobernabilidad.

Hay que verlo como una oportunidad y no como una amenaza. Qué mejor que conocerles y estar alineado con tus accionistas y ellos contigo en momentos de zozobra. Qué mejor que saber qué piensan tus accionistas –sin volvernos locos- sobre la evolución de la sociedad sin tener que esperar sorpresas  o malos momentos en la junta.

La bidireccionalidad y contacto que hoy ofrecen las nuevas tecnologías y los medios sociales en Internet permite establecer una mayor cercanía con los grupos de interés. Una oportunidad que hay que gestionar con inteligencia y un riesgo que también hay que saber limitar: hoy cualquiera puede alzar su voz en las redes sociales e incluso asociarse a otros. Y lo que era sólo un accionista minoritario puede convertirse en un porcentaje de capital significativo.

Conocer a tus accionistas, interactuar con ellos dentro de unos límites razonables, explicarles –no sólo informarles- del por qué de determinadas decisiones incrementa la cohesión y la confianza en la compañía. Una oportunidad que hoy más que nunca hay que saber convertir en un activo no vaya a ser que llegue la próxima junta y sea demasiado tarde.

* Pablo Zamorano, Corporate Finance Burson-Marsteller

Cerca de un 50% de los accionistas que votaron en la última junta de la aseguradora británica Aviva rechazó el plan de remuneraciones de la empresa al entender que éste no se correspondía con la evolución de la sociedad y la acción, una situación similar a la que han vivido otras firmas como UBS (en torno al 33%) y Barclays (un 25%). Pronunciamientos que han supuesto un punto de inflexión en el seno de las compañías abriendo una preocupante brecha entre el management de las empresas y sus “propietarios” (el CEO de Aviva terminó por dimitir), hasta tal punto que muchos medios británicos han hablado de una “primavera de los accionistas” haciendo un forzado símil con la “primavera árabe”. Una pérdida de confianza, materializada hoy en día en las remuneraciones de los directivos, que cuenta con un nuevo aliado: las redes y medios sociales capaces de alinear intereses de una manera más ágil y rápida.  Una situación que, bien canalizada, podría convertirse en una oportunidad para que gestores y accionistas caminen en una sola dirección.