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Santiago Esteban

Basado en la Evidencia

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¡Cuidado! El enemigo está en casa

España es un país original y único en su especie. Otto Von Bismarck, considerado el fundador de la Alemania que conocemos hoy, decía allá por el

España es un país original y único en su especie. Otto Von Bismarck, considerado el fundador de la Alemania que conocemos hoy, decía allá por el siglo XIX: “Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido”. Cuánta razón. Más de 110 años después seguimos igual, autolesionándonos sin descanso día a día desde todas las esferas del país.

La reflexión de Bismarck se la podría apropiar hoy Angela Merkel. La situación geopolítica es parecida: Alemania domina económicamente una Europa deprimida y señala el camino a seguir. Otra cosa es lo que sucede después. En cualquier caso, Bismarck ha sido de los pocos en la historia moderna en destacar a España como líder mundial en algo, aunque fuera en destruirse sola. Si hoy viviera, podríamos contarle que también somos los mejores en muchas otras cosas. Así se podría hacer una idea de por qué somos y estamos así.

Para empezar, somos el país desarrollado que registra un mayor número de trabajadores domésticos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además, lideramos el uso de smartphones entre las grandes economías europeas, según datos de la consultora ComScore. No es de extrañar que seamos los que más interactuemos con las marcas y empresas en las redes sociales, y los más activos en el uso de la aplicación Whatsapp. Porque nadie nos gana en relacionarnos, vivir bien cuando llegamos a casa o pedir cuentas sin darlas nosotros. Y menos durante la crisis.

Según el Informe Mundial de Drogas 2012 de la ONU, España es el país europeo donde más se consume cocaína entre los jóvenes de 15 a 34 años. Es verdad que se ha conseguido reducir un punto porcentual este dato en el último año, llegando al 4,4%. Buena noticia. Lo grave es que seguimos doblando al siguiente país del ranking, el Reino Unido, que llega al 2,2%. Si Bismarck levantara la cabeza ya comprendería algo más…

En lo que somos líderes sin discusión es en desempleo y en número de políticos y cargos públicos. Si en el Reino Unido sufrieran nuestra misma tasa de paro, lo mismo sus gentes reeditaban la revolución del siglo XVII. Por cierto, fue 100 años antes que la francesa. Aquí, en cambio, no pasa, lo que nos lleva a pensar dos cosas: en el acierto de nuestro sistema de la Seguridad Social, o en que también somos los campeones en dinero negro y sobres. Porque por sentido común, es complicado que un tercio del país tire de los dos restantes mucho tiempo sin caer en la bancarrota, ¿o ya estamos en ella?

España es así, impredecible. No deja indiferente a nadie. Tal vez porque es de esta manera, muchos quieren acabar con ella, desde arriba a abajo, desde la izquierda a la derecha. El verdadero problema está en que es gente de dentro y son muy numerososPese a que estos datos transmitirían a Bismarck la imagen de un país sin futuro ni valores, se sorprendería al saber que España es líder en trasplantes y donaciones desde hace 21 años de forma ininterrumpida, duplicando la media de la UE de acuerdo a los datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y uno de los países desarrollados con mayor número de peticiones de adopciones.

No sólo eso, quizá no se creería que seamos uno de los más comprometidos con nuestro bagaje cultural y con el medio ambiente. Lo dice la UNESCO. Y si además le decimos que albergamos el segundo telescopio más grande del mundo en Canarias; que tres de cada cinco vuelos que despegan en el planeta son controlados mediante nuestros sistemas de navegación; que somos el primer productor mundial de aceitunas, piñones y el primer europeo en frutas; que somos el primer exportador mundial de cítricos y  que la primera película sonora de la historia “podría ser española” (según el Ministerio de Asuntos Exteriores), ya se llevaría las manos a la cabeza.

Mejor no recordarle que ganamos a su Alemania en la final de la Eurocopa en 2008 y la semifinal del Mundial en 2010 en fútbol, porque no dudaría en declararnos la guerra.

España es así, impredecible. Con sus cosas buenas y malas, sin dejar indiferente a nadie. Tal vez porque es de esta manera, muchos quieren acabar con ella, desde arriba a abajo, desde la costa al interior, desde la izquierda a la derecha. El verdadero problema está en que es gente de dentro y son muy numerosos. El verdadero enemigo está en casa, pero no lo señalamos o no queremos darnos cuenta de quién es.

Aun así, nuestro viejo país acaba saliendo hacia adelante siempre porque la base es sólida, sacrificada y hace frente a todos estos desmanes ajenos. La historia lo ha demostrado. La crisis y sus cómplices domésticos, por mucho que lleven ya más de un lustro intentando destruirnos, tampoco lo van a conseguir esta vez.

*Santiago Esteban, Comunicación Corporativa y Financiera de Burson-Marsteller

España es un país original y único en su especie. Otto Von Bismarck, considerado el fundador de la Alemania que conocemos hoy, decía allá por el siglo XIX: “Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido”. Cuánta razón. Más de 110 años después seguimos igual, autolesionándonos sin descanso día a día desde todas las esferas del país.