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Podemos y el cuento de la lechera
Existen una serie de cuestiones reales y no discutibles que hacen inviable el cumplimiento del cuadro con el que Podemos y afines pretenden gobernarnos
"No anheles impaciente el bien futuro: mira que ni el presente está seguro" Félix María de Samaniego
Ayer presentó Pablo Iglesias su 'Bases políticas para un Gobierno estable y con garantías'. Con la presencia de Carolina Bescansa, su apoyo social, y Nacho Alvárez, su pilar económico, el mensaje de Podemos y plataformas asociadas era muy evidente: no fallaremos a nuestros votantes en la política social y tenemos el apoyo de la economía; Europa puede respirar tranquila. Lástima que en el primer cuadro del texto de 98 páginas todo el esfuerzo y toda la puesta en escena se viniesen abajo.
Como podemos observar, la idea de Gobierno de Podemos pasa por un 'impulso' de gasto adicional que cifran en 96.000 millones de euros para 2019. Esto significa que pasaría de los aproximadamente 465.000 millones de euros de 2015 a 561.000 millones en 2019, un 20.7% más en solo cuatro años. Esta decisión puede ser objetable desde la perspectiva de quienes deseamos una menor intervención del Estado en la economía, pero en todo caso es respetable; al fin y al cabo se trata de premisas ideológicas que suponen la dicotomía entre libertad o intervención, y como tales siempre sujetas a discusión.
Sin embargo, existen una serie de cuestiones reales y no discutibles que hacen inviable el cumplimiento del cuadro con el que Podemos y afines pretenden gobernarnos.
En primer lugar, debemos notar que el gasto público seguirá representando en 2019 el 43,3% del PIB. Esto es, para que un incremento de 96.000 millones de euros frente a la situación actual mantenga el gasto público en ese nivel del 43,3%, el PIB deberá pasar de los aproximadamente 1,07 billones de euros con los que deberíamos cerrar 2015 a 1,3 billones en 2019; un incremento de 230.000 millones de euros en cuatro años.
Las últimas previsiones de la Unión Europea dan a España un crecimiento para este 2016 del 2,8%, seguido de un 2,5% para 2017. Coinciden 'grosso modo' con las del FMI, que apunta a una ralentización posterior hasta el 1,7% en los dos años posteriores. De cumplirse estas previsiones, el PIB de España en 2019 sería de alrededor de 1,17 billones de euros, nada menos que 130.000 millones de euros menos que las previsiones del equipo de economistas de Podemos. Visto de otra manera: alcanzar el objetivo de 1,3 billones de euros de PIB que plantea Podemos en 2019 supone crecer a una media del 4,65% anual -cada uno de los cuatro años, 2016, 2017, 2018 y 2019-. La mejor racha de cuatro años consecutivos de crecimiento desde 1980 es la que va de 1987 a 1990; el crecimiento medio anual en ese periodo fue del 3,82%. La segunda mejor fue entre 1998 y 2001; entonces fue del 3,5%. No existe pues ningún antecedente en la historia reciente de España que avale tal crecimiento.
Ese crecimiento hipotético sustenta un incremento de la recaudación por sí mismo de casi 30.000 millones de euros; esta es la primera partida que deben ustedes eliminar del primer cuadro. La lucha contra el fraude supone aflorar para entonces otros 12.000 millones de euros, aumentando la presión fiscal en todos los impuestos salvo en el IVA. Es decir, la reforma fiscal en un entorno de crecimiento hipotético del 4,65% anual acumulativo supone añadir 10.000 millones de IRPF (que paga usted), 12.000 millones de Impuesto de Sociedades (que paga su empresa, es decir, usted en forma de mayores precios o menor empleo), 2.000 millones de Patrimonio (que paga usted) y 8.000 millones de “otros impuestos”, que deberían ser los especiales (como tabaco, hidrocarburos, etc.), que, por supuesto, también paga usted.
Es decir, Podemos y apéndices van a lograr:
- Llevar la recaudación del IRPF hasta los 83.000 millones de euros desde los 73.000 actuales, cifra máxima de toda la historia de la recaudación tributaria de este impuesto y que debemos al señor Montoro; un 14% más que hoy.
- Llevar la recaudación del impuesto de sociedades hasta los 30.000 millones de euros en cuatro años; solo en tres años, desde 2000, la recaudación de este impuesto alcanzó o superó los 30.000 millones: 2005, 2006 y 2007, pico de la burbuja inmobiliaria.
- Llevar la recaudación del impuesto de sucesiones y patrimonio (cedido a las autonomías) a los 2.000 millones; habida cuenta que las anteriores que actualmente lo tienen en vigor, como la andaluza, ven caer su recaudación por la competencia fiscal de las que no lo tienen (se habla de cerca de 40.000 familias andaluzas que se habrían dado de alta fiscal en Madrid para evitar ese impuesto), la cifra parece complicada de alcanzar.
- Llevar la recaudación de los “otros” impuestos hasta los 35.000 millones de euros; si por ellos entendemos los que no son ninguno de los anteriores (lo que parece claro), vuelve a ser 2014 el año que más han recaudado; entre especiales y los demás, aportaron 27.438 millones de euros a las arcas del Estado. Aumentar en 8.000 millones esa cifra (que, insisto, jamás se ha superado) supone aumentar en casi un 30% esa recaudación.
- Llevar la recaudación total, por todos los conceptos, a su nivel más alto de toda la historia, superando los 200.000 millones alcanzados en 2007.
En resumen, en una situación de incertidumbre internacional en la que se está planteando la vuelta a una recesión de los EEUU, con China creciendo al ritmo más bajo de los últimos 10 años y la Unión Europea al 1,5%, Podemos y sus plataformas amigas pretenden que su modelo de mayor intervención y menor libertad económica, con la mayor represión fiscal de la historia y con el crecimiento de la economía española resintiéndose por la incertidumbre política interna, lleve a España a crecer a un ritmo sostenido del 4,65% durante cuatro años. Si nadie hubiese planteado medidas de estímulo fiscal en la historia de España, podríamos pensar que, al fin y al cabo, las enseñanzas (mal aprendidas) de Keynes están ahí para emplearlas; sin embargo, todos los partidos políticos que han gobernado tanto a nivel nacional como autonómico han optado por aeropuertos, autopistas, planes E, vías de alta velocidad, etc. Solo la soberbia intelectual puede llevar a pensar que esta vez será diferente.
Lo único cierto de las medidas de los economistas de Podemos es el signo de la recaudación del IVA en 2019; desgraciadamente, a donde esto nos lleva en términos de paro y huida de empresas es a una caída del IVA y del resto de impuestos muy superior a la prevista.