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Juan Manuel López-Zafra

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Si realmente queremos cambiar el modelo productivo quizá sería bueno preguntarles qué van a hacer con el sistema educativo

Foto: Alumnos de Colegio Virgen del Cortijo de Madrid. (EFE)
Alumnos de Colegio Virgen del Cortijo de Madrid. (EFE)

“We cannot teach our kids to compete with the machines who are smarter - we have to teach our kids something unique.” Jack Ma

Llegan las elecciones generales, seguidas de las municipales, autonómicas y europeas. Vuelven las promesas de bajadas de impuestos, de reducción de la desigualdad, de aumento de impuestos, de trabajo, de ayudas a unos y a otros, de nacionalizaciones, de privatizaciones, de cierres de televisiones y de apertura de otras. Llegan la gran subasta de voluntades y el circo de los encantadores de serpientes, y la promesa de mucho gasto y poco recorte.

Foto: Esta es la carretera N-1 a la altura del kilómetro 26. La señal de 120 km/h y la de 80 están puestas en el mismo sitio. Opinión

Uno de los temas de los que se hablará, sin duda, es el de la reforma educativa. La octava reforma educativa desde la LGE de 1970. Resulta interesante observar cómo los pretendidos “pactos de estado” tienen tan corto recorrido. En Finlandia, modelo de éxito educativo en Europa, fue al acabar la Segunda Guerra Mundial cuando se pusieron las bases de las distintas reformas que debían adaptar el sistema a las necesidades futuras.

Unos cambios graduales, que quienes iniciaron no vieron jamás acabar porque murieron antes. Si primero enfocaron la educación primaria, no fue hasta varios años más tarde que se ocuparon de la secundaria y las etapas posteriores. Las dos últimas reformas importantes datan de 1968 y de 1985.

El modelo finlandés parece funcionar, no en vano sus escolares están siempre en los primeros puestos europeos de PISA

El modelo parece funcionar, no en vano sus escolares están siempre en los primeros puestos europeos de PISA, no existe ningún otro país con una oscilación tan baja en los resultados de las distintas escuelas, como tampoco existe otro donde los resultados entre los mejores y los peores tengan tan escasa variabilidad. Sí, volverán a hablarnos del modelo finlandés, y volveremos a diecisiete sistemas distintos que no garantizan una mínima homogeneidad, como tampoco, lo que es mucho más grave, compiten entre sí.

La última reforma de matiz en Finlandia se dio en 2017. En ella, se decidió incorporar la competencia como principio rector de la actividad educativa. Una de las facetas asociadas a ese marco de mayor competencia es la mayor flexibilidad permitida a los proveedores de educación (nótese el término) en cuanto a la definición del currículo académico.

Foto: Alumnos de primaria en un colegio de Chegín, Murcia. (Efe)

Esta es una de las claves de la reforma: no es el estado quien decide qué, cuándo, cómo y por qué sino quienes más cerca están de los alumnos y del mercado laboral. Este incremento en la competencia curricular permitirá a los alumnos escoger su itinerario formativo sin estar constreñidos a una norma diseñada por un conjunto de sabios que “conocen” cuáles son las necesidades formativas, aunque lleven años (cuando no toda la vida) fuera del mercado laboral privado.

Eso no supone privilegiar los itinerarios STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) en detrimento de los denominados “de letras”, en absoluto, pues es el propio mercado el que ha marcado la necesidad de incorporar profesionales con amplio conocimiento de “artes”, generándose entonces el STEAM, que añade la A de artes al acrónimo.

La incorporación de especialistas en lingüística y filosofía en los mercados laborales más activos y avanzados crecen desde hace años

No en vano, la incorporación de especialistas en lingüística y filosofía en los mercados laborales más activos y avanzados (fundamentalmente, los anglosajones) crecen desde hace años, impulsados por los desafíos (tanto computacionales como éticos) de las técnicas de procesamiento de lenguaje natural, la ciencia de datos y la inteligencia artificial.

En Vietnam, los alumnos de 8 años deben mostrar un conocimiento avanzado del entorno Windows. A los 9 se introducen en los lenguajes de programación, y a los 10 son capaces de escribir código completamente operativo conteniendo bucles. La decisión de introducir la programación desde la infancia tiene que ver, ella sí, con un deseo real de modificar el modelo productivo, sin llenarse la boca solicitándolo para, a continuación, poner todas las trabas posibles para que tal circunstancia se de.

Foto: La prueba de ESO será muestral y la de Bachillerato sobre las troncales de 2º (EFE)

Recordemos que múltiples productores de dispositivos electrónicos fabrican en Vietnam, aprovechando una mano de obra barata y unas condiciones fiscales favorables a la inversión. La decisión política fue la de aprovechar el asentamiento de esas empresas de base tecnológica para, en el medio plazo, proporcionar mano de obra de un valor añadido muy superior al de los ensambladores.

Mucho más cerca, la República de Irlanda introdujo su Estrategia Digital para las Escuelas 2015-2020 con el objetivo de formar a alumnos y profesores en el uso de las nuevas tecnologías, fomentando la enseñanza en codificación desde la escuela primaria.

Con una tasa de desempleo del 5.6% el pasado mes de febrero (del 13.8% entre los jóvenes) y una fiscalidad envidiable para las empresas, la agencia gubernamental encargada de atraer la inversión extranjera directa al país anunció más de 229.000 empleos en multinacionales en 2018, con una creación de casi 23.000 empleos por parte de empresas extranjeras en el mismo año.

Irlanda introdujo su Estrategia Digital para las Escuelas 2015-2020 con el objetivo de formar a alumnos y profesores en las nuevas tecnologías

En el cierre de 2018, el número de empleados en Irlanda era de 2.3 millones, para una población de 4.84 millones. Su PIB per capita supera los 65.000 euros, por los 26.000 de España. El salario medio ronda los 39.000 euros anuales.

Estas cifras, que hablan por si solas, están íntimamente relacionadas con la formación de los irlandeses y con la demanda de empleo altamente cualificado. Tras un 2017 con más de 15.000 empleos creados en empresas tecnológicas, 2018 mejoró la cifra en un 22%, alcanzando un récord de 18.000, siempre en el sector tecnológico.

Foto: La ministra portavoz, Isabel Celaá. (EFE)

Así pues, si realmente queremos cambiar el modelo productivo, ese mantra que nuestros políticos de todo signo enuncian siempre que se acerca un período electoral, quizá sería bueno preguntarles qué van a hacer con el sistema educativo. Cuanta mayor defensa del status quo anuncien, más tardaremos en incorporarnos a la revolución tecnológica; en esta situación, cada año natural perdido equivalen a dos y medio reales. Pónganse las pilas.

“We cannot teach our kids to compete with the machines who are smarter - we have to teach our kids something unique.” Jack Ma

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