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Mi hijo se ha gastado 1.500 euros con mi tarjeta de crédito en una 'app' del móvil
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Mi hijo se ha gastado 1.500 euros con mi tarjeta de crédito en una 'app' del móvil

Las compañías establecen vías para reclamar los perjuicios por compras no deseadas. Instalar controles parentales o aplicaciones preventivas nos ayudarán a protegerlos

Foto: Un niño juega a 'Pokémon Go'. (EFE)
Un niño juega a 'Pokémon Go'. (EFE)

Me ha llegado una factura de 1.532 euros como consecuencia del gasto que mi hijo, de 12 años, ha hecho en una 'app', que es un juego de rol 'online'. No sé, no entiendo demasiado de estas cosas, pero el caso es que tengo la 'tablet' conectada con la cuenta de Gmail que le dejo de vez en cuando y, al parecer, está todo vinculado. Al recibir la factura, le he preguntado a mi hijo y ha reconocido que había sido él el que se descargó la aplicación, y que estuvo jugando al juego donde te ofrecen 'vidas' a cambio de dinero, y claro, picó y compró. ¿Hay alguna solución? Supongo que tendré que pagar, pero ¿cómo puedo evitar que esto vuelva a suceder?

El tipo de consulta formulada se da con más frecuencia cada día. Nos guste o no, los menores ven los 'smartphones' y las tabletas como la ‘panacea de la diversión’, del ocio gratuito e infinito, y ya parece inevitable que todos o casi todos los hogares españoles cuenten con dos o más dispositivos con capacidad para navegar en la red, con el peligro que ello conlleva si no se aplica la diligencia debida, es decir, si no se mantiene un control sobre las herramientas (móviles, ordenadores o tabletas) mediante sistemas de control parental o similar, puesto que es evidente que los padres no dan de sí para controlar estas situaciones las 24 horas del día.

Ante este tipo de situaciones, aunque la compra ya esté hecha, no estamos desamparados, puesto que las principales plataformas de adquisición de 'apps', tanto para Android como para iOS, prevén en muchos casos que se pueda dar este tipo de compras 'al descuido' por los pequeños de la casa, y se han dado varios casos en los que se ha tenido en cuenta la reclamación, aunque solo sea para evitarse daños reputacionales o sanciones por no actuar con la diligencia debida, teniendo que cambiar incuso su 'modus operandi' de venta. Recordamos que no hay manera de verificar la mayoría de edad del comprador, más allá de una validación por parte del menor de que efectivamente es mayor de edad.

Si en este caso la compra se hizo desde la 'app store' de Apple, esta nos da 14 días para solicitar la devolución. En este sentido, la compañía estadounidense es la que más ha hecho por adaptarse a la normativa europea en lo referente al derecho de cancelación de transacciones por parte de los usuarios. En cuanto a si la compra se realizó en sistema operativo Android, es decir, a través de Google Play, el periodo de devolución es mucho más reducido, siendo este de dos horas, para el reembolso automático del dinero, teniendo después los 14 días como marca la legislación europea, si bien, por nuestra experiencia, parece más complicado conseguir esta devolución.

En cualquier caso, es necesario saber que la Directiva de Consumo señala que, entre las exclusiones, se encuentra el contenido digital que no se preste en un soporte material y que se pierde el derecho a la devolución cuando se haya adquirido con el consentimiento previo y expreso del consumidor. Y en este caso, el del padre podría haber valido. Aunque no está de más señalar que los menores no tienen potestad para celebrar contratos, solo podrán a partir de los 16 años y si tuvieran recursos económicos propios.

En ambas situaciones, nuestra recomendación es, antes de realizar el pago, ponernos en contacto con abogados expertos en la materia de Nuevas Tecnologías y Consumo, para analizar cuál es la mejor manera de proceder. Porque en muchas ocasiones, cuando aparentemente lo vemos todo perdido, a veces hay una manera de actuar, como en este caso, en el que estaríamos aplicando la Directiva de la UE de Derechos del Consumidor que entró en vigor el 13 de junio de 2014, de obligado cumplimiento para los países miembros de la Unión Europea, dictada para evitar las desigualdades en las transacciones 'online', haciéndolas más fáciles para todos, poniendo a nuestro alcance el derecho de cancelación de una orden de compra.

Por otra parte, que los hijos dispongan de las tarjetas y claves bancarias de los padres, a efectos de la normativa bancaria, implica una falta de custodia por parte del progenitor de las claves de acceso y conllevaría en su caso una posible autorización tácita en el uso de la tarjeta o, dicho de otro modo, hace que el cargo bancario sea válido y no reembolsable. Cabe aconsejar que, si esto ha ocurrido, en previsión, se den de baja esas tarjetas y se sustituyan por otras para evitar nuevos problemas.

La situación se agravaría si estas compras, además, hubiesen sido hechas, como se ha dado en múltiples casos, en webs y plataformas de contactos, puesto que en muchas ocasiones ha habido filtración de datos que han generado más de una crisis de reputación. O, como en otros casos, que el cliente se haya negado a pagar la factura a la compañía, y su nombre haya sido incluido en algún directorio o lista donde se recogen las identidades de morosos, circunstancia que le ha impedido acceder, por ejemplo, a solicitar un préstamo.

Como queda patente, son muchos los supuestos y no habrá mejor manera de afrontarlos que poniéndose en manos de un abogado experto.

Para que los padres estemos más tranquilos, frente a los posibles peligros que puedan provocar nuestros hijos, siempre es recomendable contar con un sistema de protección parental, e incluso, en otras circunstancias, es muy útil mejorar en todo lo posible la protección que podamos llegar a ofrecer a nuestros hijos en estos momentos en los que comienzan a utilizar sus propios teléfonos móviles y, por tanto, a exponerse a los múltiples de peligros que se pueden encontrar: acoso, 'ciberbullying', robos, amenazas… Cualquier momento es bueno para comenzar a proteger, por este emotivo les recomendamos una 'app' gratuita, que nos permitirá una posible geolocalización en caso de peligro, así como disponer de una alerta para que nuestro hijo pueda avisarnos si se siente amenazado. Pulse en este enlace y conozca Legálitas Hijos, una aplicación que podrá descargarse sin coste por su parte. No obstante, si tiene alguna duda al respecto, contacte con Legálitas, estaremos encantados de ayudarle.

Me ha llegado una factura de 1.532 euros como consecuencia del gasto que mi hijo, de 12 años, ha hecho en una 'app', que es un juego de rol 'online'. No sé, no entiendo demasiado de estas cosas, pero el caso es que tengo la 'tablet' conectada con la cuenta de Gmail que le dejo de vez en cuando y, al parecer, está todo vinculado. Al recibir la factura, le he preguntado a mi hijo y ha reconocido que había sido él el que se descargó la aplicación, y que estuvo jugando al juego donde te ofrecen 'vidas' a cambio de dinero, y claro, picó y compró. ¿Hay alguna solución? Supongo que tendré que pagar, pero ¿cómo puedo evitar que esto vuelva a suceder?

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