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Líneas de crédito

La mayoría de las veces, son las pequeñas noticias de pie de página las que explican mejor la situación que comunicados y declaraciones de dirigentes políticos

La mayoría de las veces, son las pequeñas noticias de pie de página las que explican mejor la situación que comunicados y declaraciones de dirigentes políticos y financieros.

La noticia de la semana pasada fue la decisión de los bancos centrales de extender sus líneas de intercambios de créditos o “credit swap lines”. Esa fue “la” noticia, pero detrás, se produjeron dos noticias aún más importantes, sin relevancia en la prensa, que explican el porqué de “la” noticia. Una relativa a Credit Agricole (CA) y la otra a Deutsche Bank (DB).

Así, ante las noticias de que CA tiene que deshacerse de sus préstamos de mejor calidad (con descuento del 24%) y que DB decide vender su división de gestión de activos, sobran comunicados de la UE para explicar lo que está ocurriendo. Que dos de las mayores entidades de Francia y Alemania tengan que deshacerse de sus “cash cows” deja a las claras cómo está el sistema financiero europeo.

Especialmente significativo es el caso de DB. ¿Quién, salvo como medida desesperada, vende su tesoro? La división de DB maneja activos como el PIB español y es una fuente de ingresos y de influencia política brutal. ¿Vender ahora la división? ¿Por “necesidades regulatorias”? Sí, sí, claro.

Estos dos movimientos explican la decisión de los bancos centrales de la semana pasada.

Las “credit swap lines” no son nuevas y se han llevado a cabo durante décadas, pero lo relevante en el 2007 fue su aumento para evitar el colapso del sistema monetario ($582.000 millones). Entonces, los bancos centrales suministraron dólares a las entidades para mantener la liquidez. Según el BIS, estas “credit swaps lines” fueron el primer rescate del sistema.

Pero, ¿por qué una entidad financiera europea que presta en euros necesitaría dólares?

A partir de finales de los 90, los EEUU abrieron su mercado a los productos de China, Japón y Alemania. El déficit comercial americano experimentó un aumento considerable para lo cual se necesitaban dólares. Según el BIS, la expansión de los balances de las entidades financieras permitió este aumento.

Por ello, las entidades americanas, con el visto bueno de la Fed, el Tesoro y las agencias de calificación, prepararon conjuntamente la expansión del balance de las entidades europeas con productos AAA. De $10 billones en el 2000 a $31 billones en el 2007. Estos dólares acabaron en las entidades alemanas que no podían usarlos en sus mercados domésticos, así que tenían que deshacerse de ellos. La forma de hacerlo fue a través del euro.

Resumidamente, las exportaciones alemanas de BMW a los EEUU pagados en dólares acabaron financiado el “boom inmobiliario” de las hipotecas en euros en la Costa del Sol. Más BMW exportaba Alemania a los EEUU, más dólares pagaban las entidades americanas a las alemanas, más préstamos daban éstas a las entidades españolas, más se endeudaban los españoles.

Parte de esos dólares acabaron en activos denominados en dólares en los EEUU (caso de compras de Japón en activos inmobiliarios o de China en deuda pública). En el caso de Alemania, fue con swaps en moneda extranjera y préstamos a entidades en España, Grecia, Portugal…

Como explica el BIS, “lo que puso al sistema al borde del colapso fueron demasiados bancos empleando las mimas estrategias de financiación”. El BIS no dice que ha sido el excesivo gasto público lo que ha puesto a las entidades y al sistema al borde del precipicio. No. Lo que dice es que el exceso de estrategias de las entidades es la raíz de la crisis. La herramienta de la deuda a los agentes inmobiliarios. El resultado el excesivo endeudamiento de las familias.

Es importante no confundir la herramienta empleada para provocar la crisis (préstamos a promotores) con la causa (exceso de dólares motivado por un desequilibrio de la balanza comercial americana que acabaron en manos de las entidades financieras alemanas) y con el resultado (exceso de endeudamiento del sector privado, insolvencia de las entidades y finalmente, excesivo déficit público). 

Al final, la dependencia de dólares de las entidades europeas fue total, y los necesitaban, sobre todo, a corto plazo ($1.3 billones). En tiempos normales, la financiación funcionaba sin problemas a través de intercambios en el Forex o vendiendo deuda a fondos “money-market” americanos...

…hasta que en el 2007, con la crisis, estos prestamistas dejaron de ofrecer dólares a las entidades europeas. La situación llego a tal punto que, en junio y agosto del 2007, Bear Sterns y BNP se quedaron sin fondos para pagar a sus clientes.

Esa fue la razón del “credit swap lines” del 2007. Como resultado, el BCE pidió dólares a la Fed a cambio de euros. La Fed concedió los dólares al BCE que los subastó a las entidades europeas a 1 semana o 84 días. Al final del préstamo, las entidades devolvieron los dólares al BCE, que los devolvió a la Fed.

Lo interesante es que si una entidad europea no devuelve los dólares, el BCE tiene que hacerlo, dado que la Fed presta al BCE, no a la entidad. Es el BCE el que “pone la cara” por las entidades. Por eso decíamos la semana pasada que el BCE tiene el poder de imponer el tipo al que España coloca su deuda, porque las entidades tienen mucho que perder…pero el BCE “pasa” de hacerlo por cuestiones políticas-ideológicas de Alemania, que desea imponer un ajuste brutal a los Estados en lugar de ayudarlos. 

¿Por qué la intervención ahora?

De igual forma que en el 2007 los “credit swap lines” fueron motivados por los problemas de las entidades, la extensión de la semana pasada podría estar motivada por CA y sus repercusión en BofA.

Con el Ted spread (diferencial entre el interés préstamos a 3 meses en el interbancario e interés de la deuda americana) en la tasa más alta desde el 2009, la acción de los bancos centrales era inevitable.

Durante el 2011, las entidades europeas han estado usando el mercado de “repos” hasta que los problemas para encontrar financiación en este mercado se han agravado llevando el mercado de financiación en dólares a niveles difíciles de mantener.

La intervención está dirigida a evitar el probable colapso de las entidades europeas que dependen de la financiación de los mercados mayoristas. Los bancos centrales alivian la presión sobre el coste de financiación.

Pero la situación en la economía “real” sigue siendo tan mala como antes de la medida. Según la OCDE, la falta de solución a los problemas en la UE ha hecho que la ligera recuperación de la economía “real” se haya terminado. El crecimiento del 2.8% en mayo ha pasado al 1.9% de diciembre

Esto demuestra que el problema de fondo persiste (la insolvencia de las entidades y la transmisión de la crisis financiera a la crisis de deuda). Como decíamos la semana pasada, las entidades europeas necesitan desesperadamente garantía de “calidad” para seguir financiándose en el interbancario, en el mayorista o en el BCE, y hoy por hoy, el único colateral son dólares o deuda de los Estados.

Por eso, estados como España, Italia, Portugal o Francia tienen que seguir emitiendo nueva deuda o sí o sí, no tanto para financiar sus gastos fiscales sino para proporcionar colateral a las entidades de sus países que usan como garantía en sus peticiones de préstamos a otras entidades o al BCE.

Por eso, mientras no se abran balances, no se dejen caer entidades, no se dejen que se creen nuevas y solo se continúen dando ayudas a las entidades e imponiendo medidas de ajuste presupuestario, la crisis continuara empeorando.

Pero claro, si la verdadera estrategia es la de llevar a España e Italia hasta el abismo para forzar a sus ciudadanos a que adopten estas medidas, entonces todo va bien, es más, todo va muy bien.

P.S.: El premio “Mala memoria de la semana” recae en el ex Ministro de Finanzas holandés y actual Presidente del IASB, quien dijo la semana pasada que “si hubiéramos sabido en 1999 los problemas que tenemos ahora, nadie con una onza de sentido común habría implementado este euro”. Hay que estar hecho de una “pasta” especial para tener tal escasez de vergüenza para decir esto y quedarse tan tranquilo. 

La mayoría de las veces, son las pequeñas noticias de pie de página las que explican mejor la situación que comunicados y declaraciones de dirigentes políticos y financieros.