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Subida de impuestos a 15.000 euros el voto
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Roberto Centeno

El Disparate Económico

Por
Roberto Centeno

Subida de impuestos a 15.000 euros el voto

Contaban escandalizados mis abuelos y tíos, mineros y socialistas asturianos todos ellos, como los caciques locales de principios del Siglo XX compraban votos a duro. Pero

Contaban escandalizados mis abuelos y tíos, mineros y socialistas asturianos todos ellos, como los caciques locales de principios del Siglo XX compraban votos a duro. Pero si todavía vivieran se quedarían sin habla al ver como cien años después su venerado Partido Socialista, férreamente controlado ahora por una oligarquía de políticos que no ha trabajado jamás, no solo compra los votos a 15.000 euros, doscientas veces más en moneda constante que el duro de entonces, sino que además, en lugar de pagarlo de su  bolsillo como hacían los caciques de antaño, se lo expolian a los trabajadores y a la clase media para que pague por ellos.

 

Y dirán Uds. ¿y por qué ésta afirmación?: pues porque la mayor subida impositiva de nuestra historia, va a realizarse sin coordinación alguna con CCAA y Ayuntamientos,  responsables del 63 % del gasto, obligándoles a una drástica reducción del despilfarro, lo que convierte una eventual estrategia de política fiscal, en una chapuza de tal calibre, que no tiene parangón en nuestra economía. No se trata de lograr la vital  reducción del déficit público estructural, sino de expoliar 15.000 millones de euros, para tapar el agujero de los 11.000 millones regalados a las CCAA, con una finalidad exclusivamente electoralista, donde Cataluña y Andalucía, los grandes feudos socialistas, se llevan la parte del león, más  los 4.000 millones/año que costará el nuevo PER nacional, que tan excelentes resultados electorales dio a Chaves en Andalucía y a Rodríguez Ybarra en Extremadura, para no perder el voto de los menos favorecidos.

Y a ésta improvisación, digna de una república bolivariana, se añade la burla de afirmar que se hace en nombre de la solidaridad y la política social. Una solidaridad territorial  que Zapatero ha aniquilado, mejorando más aún los increíbles privilegios fiscales del País Vasco y Navarra, que aportan al Estado siete veces menos de lo que les corresponde, descontando lo financiado por ellos, mientras nos venden el 80 % de sus productos; y extendiendo a Cataluña y Andalucía, regímenes fiscales absolutamente injustos y discriminatorios para el resto de regiones.

Cataluña, el más grave, pues su imaginario déficit fiscal con el resto de España es cuatro veces inferior a su superávit comercial y de servicios. Como consecuencia lo que recibe no puede ser ya inferior a su parte en el PIB, y además si por la incompetencia probada de la Generalitat continuara perdiendo renta relativa, según el Estatut, estamos obligados a subvencionarles para que no la pierdan; y Andalucía  que recibe los fondos  en función de su superficie.

¿Política social?

Y en cuanto a la supuesta política social, ésta es una de las estafas más indignas perpetradas por una camarilla que se denomina a si misma socialista. La política social de Zapatero ha consistido en un reparto medieval de la riqueza creada, donde las rentas de trabajo han perdido casi cuatro puntos de PIB a favor del capital desde que gobierna, situándose en el nivel más bajo  de nuestra historia y en el más bajo de Europa; donde se ha creado un millón más de pobres mientras se ha multiplicado por tres el número de multimillonarios; o donde un 60 % de las familias ha perdido renta real mientras el 10 % más rico se apropia del 30 % de la riqueza nacional, mientras la plana mayor socialista canta puño en alto la Internacional: ¡Arriba parias de la tierra, en pié famélica legión!, ¿ pero es que no tienen vergüenza?.   

Por otro lado, no hace falta saber economía para darse cuenta que la subida de impuestos reduce nuestra renta disponible, y en consecuencia el gasto de consumo. Y como el consumo representa el 57 % del PIB, esto reducirá el crecimiento y el empleo. Si hace falta conocer economía elemental, para saber que esa reducción no es proporcional sino multiplicada, por un factor denominado precisamente “multiplicador de los impuestos” que puede ser algo más de 5.

El multiplicador hace que el efecto contractivo sea tal, que resulta casi imposible imaginar una medida tan disparatada en una situación de crisis. Además los 15.000 millones recaerán de nuevo sobre la clase media y la clase trabajadora,  si finalmente el IVA, los impuestos especiales y el ahorro de la mayoría de la población, son los grandes pilares del expolio.

El IVA, aunque técnicamente proporcional socialmente es fuertemente regresivo, ya que no es lo mismo gravar igual un consumo para un rico que para un pobre; los impuestos especiales son los  más regresivos del sistema; y finalmente el colmo de la injusticia: el incremento de impuestos sobre el ahorro de las familias sin capacidad para cambiarlos de país, mientras los 420.000 contribuyentes más ricos están exentos, ya que los socialistas han convertido España en el mayor paraíso fiscal de Europa para los millonarios nacionales. En Suiza, por ejemplo, las grandes fortunas suizas pagan diez veces más que en España.

Presión fiscal

Y luego la otra gran estafa que emplean profusamente: que la presión fiscal – impuestos más cuotas de Seguridad Social dividido por el PIB-  en España está por debajo de media. Esto es totalmente falso, en 2006 superamos la media de la OCDE. Zapatero ha elevado brutalmente la presión fiscal en España, tres puntos de PIB o seis veces más, seis, que la media de la OCDE, y no porque haya subido los tipos, algunos han bajado, sino porque no se corrigieron con la inflación las tablas del IRPF,  los tipos del IVA o el Impuesto de Sociedades, y porque suprimieron deducciones a lo bestia, tanto en el IRPF como en Sociedades. Un ejemplo: si un producto vale 100, el IVA es 16, pero si como consecuencia de la inflación pasa a valer 110, el IVA a pagar será 17,6.  Y luego la patraña de que la presión fiscal bajó en 2008, una tomadura de pelo, bajó supuestamente  porque el denominador utilizado, el PIB oficial, es falso, el INE ya ha reconocido que el crecimiento fue un 33 % inferior al oficial, y la cifra real es aún muy inferior.

Pero dicho esto, la presión fiscal no sirve para valorar la realidad, porque las diferencias de riqueza, población, estructura económica o tasas de actividad, invalidan cualquier comparación. La  medida representativa es el “esfuerzo fiscal”, un parámetro para cuyo cálculo existen diversas versiones, pero una sencilla es dividir la presión fiscal por la renta “per capita”, y así medido, España es el séptimo país de la OCDE, y el cuarto de la UE,  donde el esfuerzo fiscal es mayor, solo superado por EEUU, Canadá, Reino Unido, Suiza, Bélgica y Dinamarca. Así que, señores del Gobierno, mal está que nos expolien, pero no nos tomen también por imbéciles.

Y termino, frente a los casi 270.000 millones de euros, que será la diferencia entre ingresos y gastos, no sólo déficit, en 2010 para el conjunto de las Administraciones Públicas, dado el volumen de gasto ya comprometido – solo 100.000 del FROB -,  los 15.000 millones teóricos, porque la realidad será  inferior por la contracción de la actividad inducida, son el chocolate del loro. Entonces,  ¿a qué viene la trampa saducea de ofrecer a Rajoy una reunión para hablar de las cuentas públicas, si  el pescado está ya todo vendido? Por cierto el BCE ya ha comenzado a exigir recortes de gasto, pero su mayor preocupación, en contra de lo que yo creía hace una semana, no es el crecimiento exponencial del déficit y la deuda, que también, le preocupa algo mucho más grave e inmediato: la situación real del sistema financiero español, maquillada y ocultada por el BdE, por el efecto de posibles quiebras en cadena sobre la eurozona. El análisis de Variant ha hecho encenderse todas las luces rojas.

(*) Roberto Centeno, Catedrático de Economía de la Escuela de Minas de la UPM.

Contaban escandalizados mis abuelos y tíos, mineros y socialistas asturianos todos ellos, como los caciques locales de principios del Siglo XX compraban votos a duro. Pero si todavía vivieran se quedarían sin habla al ver como cien años después su venerado Partido Socialista, férreamente controlado ahora por una oligarquía de políticos que no ha trabajado jamás, no solo compra los votos a 15.000 euros, doscientas veces más en moneda constante que el duro de entonces, sino que además, en lugar de pagarlo de su  bolsillo como hacían los caciques de antaño, se lo expolian a los trabajadores y a la clase media para que pague por ellos.

Manuel Chaves