El Observatorio
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Por qué China crece al peor ritmo de 30 años
Los datos han mostrado que el invierno no es que se acerque en China sino que ya está aquí, lo que podría generar inquietantes ramificaciones
Hace dos meses publiqué un artículo, "China: se acerca el invierno", en el que realizaba unas predicciones sobre por qué la economía china podría decepcionar. En el artículo avisaba de que China afrontaba riesgos evidentes: sobreinversión, sobreendeudamiento y riesgos sobre el consumo, riesgos que desembocarían en crecimientos económicos decepcionantes.
Desde entonces, los datos han mostrado que el invierno no es que se acerque sino que ya está aquí, lo que podría generar inquietantes ramificaciones.
Aunque Apple abrió el año con un 'profit warning' alegando que las ventas de sus iPhone se estaban comportando peor de lo esperado debido a la debilidad del mercado chino, en realidad no se trataba de un hecho aislado. Ya comentábamos en el artículo cómo el consumidor chino, en el que muchos vertían sus esperanzas como nuevo motor de la economía, estaba sin embargo comportándose con mucha precaución, moderando su consumo y aumentando su ahorro. De hecho, las acciones que más estaban cayendo en otoño en la bolsa china eran las de consumo.
Ya Alibaba, el Amazon chino, había avisado de la debilidad del consumo chino, y el comercio electrónico representa un tercio del consumo del país asiático… Y luego nos sorprendemos cuando Apple o Samsung anuncian lo que anuncian. Un consumidor que observa fábricas a media actividad, casas sin vender y debilidad en las inversiones necesariamente responderá con precaución, y eso generará decepción.
La semana pasada conocimos que las exportaciones han acusado una abultada caída en diciembre (4%), en parte consecuencia de las amenazas de guerras comerciales. Por si fuera poco, las importaciones de diciembre cayeron la friolera de un 8%. Es cierto que si las importaciones caen más que las exportaciones mejora el saldo comercial, lo que añade PIB, pero lo añade por el mal motivo… En general, tendemos a conocer antes los datos de saldos comerciales que nos proporciona el servicio aduanero chino que los datos de consumo o de inversiones. De la debilidad de las importaciones podíamos inferir una anémica demanda interna, algo que se comprobó al observar unos días más tarde los datos de consumo y de inversiones…
De hecho, el lunes conocimos que el crecimiento del PIB del cuarto trimestre se situaba en el 6,4%, el menor ritmo en casi 30 años. El crecimiento de las inversiones, por debajo del 6%, es el peor desde la década de los noventa, y las ventas minoristas también han mostrado el peor ritmo de incremento (8%) desde 2003. Por otro lado, aunque se asumió que el sector servicios podría acudir al rescate del declinante sector industrial (los beneficios industriales entraron en negativo en noviembre por primera vez en tres años), algo relevante, ya que ambos pesan igual, todo parece que las estadísticas de PIB del cuarto trimestre muestran caídas de actividad relativas en los dos sectores, algo lógico: el sector servicios acusa la atonía del consumo.
En mi opinión, la debilidad no es coyuntural. Hay que atajar excesos del pasado. Los más relevantes son:
- Primero: el que la deuda de las empresas chinas suponga 1,6 veces el PIB (cuando lo 'normal' se sitúa entre 0,8 y 0,9 veces).
- Segundo: el que parece existir una clara sobreoferta en el sector fabril (por ejemplo, China vende 29 millones de coches pero tiene capacidad para producir 43, por lo que hay mucha fábrica desocupada) y en el sector inmobiliario (las ventas de casas en noviembre cayeron un 5%, la mayor caída en tres años, algo preocupante en un país en el que las casas vacías podrían suponer hasta un 20% del 'stock' total, o sea, unos 65 millones de inmuebles).
- Tercero: el que los bancos chinos presentan riesgos sistémicos asociados a precios de inmuebles en territorio de burbuja, con muy escasos niveles de capitalización.
- Cuarto: al igual que Occidente, China afronta enormes riesgos demográficos. Si entre 1980 y 2012 el país añadió 380 millones de trabajadores, la población activa lleva ya cinco años cayendo, y en los próximos 30 años el país podría perder 220 millones de trabajadores, tendencia que no cambiará pronto (los nacimientos siguen cayendo, a pesar de haberse levantado las restricciones a tener más de un niño por familia).
Existe una alta correlación entre importaciones chinas y exportaciones de países emergentes
¿Cuáles son las ramificaciones? China es el mayor demandante de materias primas del mundo (de hecho, representa el 10% del total de importaciones mundiales). Por ejemplo, China ha producido entre 2012 y 2016 más cemento que los EEUU en todo el siglo XX. Si la demanda interna china se ralentiza, eso quiere decir que los precios de las materias primas estarán débiles por un periodo prolongado. ¿A quién perjudica? A países emergentes exportadores de materias primas. Existe una alta correlación entre importaciones chinas y exportaciones de países emergentes (especialmente Rusia, sudeste asiático y África). Como en 2019 vencen dos billones (españoles) de bonos de países emergentes, de los que una cuarta parte está denominada en dólares, la situación económica y financiera de 2019 de China y del bloque emergente será cuanto menos heladamente boreal.
Hace dos meses publiqué un artículo, "China: se acerca el invierno", en el que realizaba unas predicciones sobre por qué la economía china podría decepcionar. En el artículo avisaba de que China afrontaba riesgos evidentes: sobreinversión, sobreendeudamiento y riesgos sobre el consumo, riesgos que desembocarían en crecimientos económicos decepcionantes.