La mejora de la balanza comercial es transitoria

Un brusco aumento en las exportaciones de residuos del petróleo crea la ilusión de una exagerada mejora en la balanza comercial

Hace pocos días conocimos los datos de la balanza comercial del mes de noviembre, que fueron realmente buenos, aún más que los de octubre. La caída del déficit fue del 1,9% en octubre y un espectacular 31,1% en noviembre, aún más meritorio en un entorno de elevadísimos precios del petróleo.

Recordemos que el cierre del déficit en la balanza de pagos, debido en su mayor parte a este déficit comercial, es imprescindible para que España pueda volver a situarse dentro del grupo de los países fiables.

Sin embargo, analizando más de cerca los datos, se observa una extraña subida en las exportaciones energéticas durante ambos meses que no tiene parangón en toda la serie histórica, por valor de unos 1.000 millones de euros en cada uno de los dos meses. Revisando los datos de Comercio Exterior, se comprueba que este aumento sucede casi de forma íntegra en el subgrupo de residuos del refinado de petróleo, que incluye asfaltos y coques de petróleo que se utilizan mucho en la producción de cemento.

Lo más probable es que la fuerte caída en la demanda de estos subproductos (debido al desplome del consumo de cemento y asfalto por el colapso en la obra pública visto desde la primavera) haya provocado una acumulación de existencias que las refinerías han aprovechado para liquidar con la subida de las cotizaciones, que suele suceder al pasar el verano. El destino de estas exportaciones ha sido casi de forma íntegra Francia y Portugal.

En el gráfico se ve el brusco aumento de estas exportaciones (línea azul). También se ve cómo sin esto el déficit energético (línea verde) no hubiera mejorado.

Si excluimos los productos energéticos de la balanza comercial, la fuerte mejora desaparece y queda en una estabilización del déficit dentro de lo que es la media de 2011.

Por tanto, no hay que hacer análisis precipitados y concluir que la situación de la balanza comercial sigue mejorando. Se trata de una situación transitoria que terminará cuando los stocks de estos residuos se liquiden. Lo que realmente tenemos es un estancamiento en el déficit comercial durante todo el pasado año con una situación en la que la mejora en la exportaciones ha sido compensada el aumento en las importaciones energéticas.

Si los precios del petróleo bajaran, y con ellos las importaciones de energía, probablemente sería porque la economía mundial se estaba debilitando, lo que repercutiría en una disminución paralela de las exportaciones y en un mantenimiento del déficit comercial. No existe, pues, una mejora en la competitividad ni un surgimiento de industrias exportadoras nuevas, sino un impulso al comercio fruto de la expansión de la economía no europea unido a una gran debilidad de la demanda interna.