Ignición
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La transformación digital en la industria, sociedad y sector público españoles
Es importante que los gobiernos mantengan una agenda digital, liderando el salto desde el interior del país, tal y como lo haría el CEO de una empresa
El concepto de transformación digital se utiliza en contextos cada vez más frecuentes, desde conversaciones cotidianas y artículos periodísticos hasta discusiones políticas o de la alta dirección de empresas multinacionales. Sin embargo, existe la idea errónea de que la transformación digital consiste únicamente en la implementación de nuevas tecnologías en las organizaciones. Como consecuencia de esta idea errónea, la discusión rara vez aborda aspectos fundamentales de la transformación digital, como es el hecho de hacer avanzar a nuestra sociedad hacia la digitalización. En este aspecto, el Gobierno y el sector público en general tienen un rol fundamental para eliminar las barreras estructurales y para facilitar la adopción de nuevas tecnologías entre el sector público, la empresa privada y los ciudadanos de un país. Este artículo hace hincapié en la transformación digital de todos los 'stakeholders', y pondrá su foco en la transformación digital española desde una perspectiva social y económica.
El Índice de la Economía y Sociedad Digital de 2018 (DESI, por sus siglas en inglés) clasifica a los países de la UE según cinco parámetros para determinar la competitividad de cada país en el ámbito digital. España ocupa actualmente el décimo lugar en Europa, una posición ligeramente por encima de la media de la UE, siendo, junto con Irlanda, el país que más posiciones ha escalado con respecto al 'ranking' del año anterior.
Si desglosamos los distintos criterios de evaluación del índice DESI, podemos confirmar que España ha experimentado un gran crecimiento en áreas como la conectividad, la integración de la tecnología digital y los servicios públicos digitales. Sin embargo, también se observa que nuestro país ha tenido una mala calificación en áreas como el capital humano y el uso de servicios digitales.
Para que toda una sociedad se transfiera al hemisferio digital, el sector público, las empresas privadas y la ciudadanía del país deben moverse de forma sincronizada para facilitar esta transición. Teniendo esto en cuenta, es particularmente importante que los gobiernos mantengan una agenda digital, liderando el salto desde el interior del país tal y como lo haría el CEO de una empresa, para llevar a cabo la transformación digital de la misma. En este aspecto, nuestro país ha experimentado un gran avance en los últimos años, algo que se puede confirmar observando uno de los cinco criterios utilizados por el índice DESI. Concretamente, el criterio Servicios Públicos Digitales otorga a España la cuarta mejor calificación, solo por detrás de Finlandia, Estonia y Dinamarca. Esta calificación es sin duda una gran noticia y debe servir como aliciente al Gobierno de España para continuar ejecutando su plan de transformación digital mediante la creación de planes sectoriales por cada ministerio e implementando un nuevo catálogo de servicios públicos digitales a través de los distintos organismos nacionales, regionales y locales.
Cabe destacar que, a la hora de poder ofrecer servicios públicos 'online', es requisito fundamental que el país tenga un sector TIC desarrollado. Desde una perspectiva estadística, el sector de las TIC en España es moderno y muy desarrollado (un 86% de los hogares españoles tiene acceso a banda ancha). Además, en el ámbito empresarial, aproximadamente el 99% de las pequeñas empresas con más de 10 empleados tienen conexión a internet, según las últimas estadísticas del INE. Por tanto, hoy más que nunca cobra sentido la afirmación que el ya expresidente de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) Juan Pablo Lázaro formuló en septiembre de 2017: “España tiene los deberes hechos en lo referente a infraestructura de la digitalización”.
Sin embargo, además de construir y desarrollar la infraestructura TIC e implementar la transformación digital a nivel nacional, la responsabilidad del Gobierno en el ámbito de la digitalización debe ir más allá. En los últimos años, iniciativas públicas como Enisa, CDTI e ICO han sido fundamentales para incentivar la formación de nuevos negocios digitales en el sector privado. A su vez, esta digitalización de empresas privadas sirve de ayuda para convertir al consumidor analógico en consumidor digital, cerrando el círculo y alineando a todas las partes involucradas en la transformación digital de un país. Además, estas iniciativas públicas también han ayudado a potenciar un ecosistema emprendedor dinámico, y tanto Madrid como Barcelona se encuentran ahora entre los seis principales 'hubs' de emprendimiento de Europa.
Por otro lado, en España también se han desarrollado iniciativas gubernamentales de cara al ciudadano digital. En 2018, el Gobierno español lanzó una subvención para promover la formación y el empleo de los jóvenes llamada Profesionales Digitales. Esta iniciativa de capacitación tiene una duración mínima de 150 horas y recluta a parte de las personas que completan la capacitación para trabajar en el sector digital. Este tipo de iniciativas resulta crucial para preparar a la ciudadanía del país, la cual debe reconvertirse en la fuerza laboral de la economía digital. Además, este tipo de iniciativas se hace aún más necesario en nuestro país teniendo en cuenta que España se encuentra actualmente por debajo de la media de la UE cuando se trata de capital humano, tal y como se observa en el informe DESI anteriormente mencionado.
Otro criterio en el que España, de forma sorprendente, se ha quedado rezagado con respecto a otros países de la UE es el uso de los servicios de internet. Este estancamiento resulta especialmente sorprendente teniendo en cuenta el gran desarrollo de las infraestructuras TIC españolas y el rápido crecimiento de la penetración móvil en nuestro país (la tasa actual de penetración de usuarios de 'smartphones' se estima en un 65,63% y se espera que crezca a cerca del 72% para 2022, según Statista).
España debe mejorar la captura y retención del talento digital y la integración de una mayor parte de la población española en la economía digital
Los españoles también se encuentran entre los usuarios de redes sociales más activos de Europa. Sin embargo, aun teniendo en cuenta que cada vez existe una mayor conexión entre redes sociales y compras 'online', resulta de nuevo sorprendente que España no sea un país especialmente desarrollado en cuanto a 'e-commerce' se refiere. En este aspecto, los últimos datos del INE indican que solo el 19% de las empresas en España vende productos y servicios 'online'. Esta falta de desarrollo del 'e-commerce' también se ve reflejada en el comportamiento digital de los consumidores: solo el 43% de la población española realizó una compra 'online' en los últimos tres meses.
Como conclusión, podemos afirmar que la transformación digital española se encuentra en vías de desarrollo. Las inversiones realizadas por el sector público sin duda han creado los cimientos necesarios sobre los que construir una economía más digital, pero aún hay mucho margen de mejora en aspectos tan importantes como la captura y retención del talento digital o la integración de una mayor parte de la población española en la economía digital. España se encuentra ligeramente por encima de la media de Europa en términos de transformación digital pero, si continuamos adoptando las medidas necesarias y mantenemos el crecimiento experimentado en los últimos años, próximamente veremos a nuestro país como uno de los líderes de la transformación digital europea.
El concepto de transformación digital se utiliza en contextos cada vez más frecuentes, desde conversaciones cotidianas y artículos periodísticos hasta discusiones políticas o de la alta dirección de empresas multinacionales. Sin embargo, existe la idea errónea de que la transformación digital consiste únicamente en la implementación de nuevas tecnologías en las organizaciones. Como consecuencia de esta idea errónea, la discusión rara vez aborda aspectos fundamentales de la transformación digital, como es el hecho de hacer avanzar a nuestra sociedad hacia la digitalización. En este aspecto, el Gobierno y el sector público en general tienen un rol fundamental para eliminar las barreras estructurales y para facilitar la adopción de nuevas tecnologías entre el sector público, la empresa privada y los ciudadanos de un país. Este artículo hace hincapié en la transformación digital de todos los 'stakeholders', y pondrá su foco en la transformación digital española desde una perspectiva social y económica.