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El umbral del sueño
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Jesús Sánchez-Quiñones

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El umbral del sueño

La primera pregunta que suele realizar una persona que tenga la idea de invertir parte de sus ahorros en Bolsa suele ser: ¿dónde invierto? La contestación

La primera pregunta que suele realizar una persona que tenga la idea de invertir parte de sus ahorros en Bolsa suele ser: ¿dónde invierto? La contestación más sensata y menos frecuente a esta esta pregunta debería ser: ¿usted para qué invierte?, ¿cuáles son sus objetivos? Si no se conocen los objetivos de una inversión nunca se sabrá si se han conseguido, ni cómo actuar ante fuertes fluctuaciones del valor de la inversión. La falta de estos criterios provoca que ante caídas aisladas de las Bolsas, como la ocurrida en febrero de este año o la que pueda ocurrir en cualquier momento, ciertos inversores vendan sus acciones en plena bajada, aunque luego vuelvan a comprar más caro.

Recomendar a alguien una inversión en Bolsa, bien directamente o bien a través de fondos de inversión, sin conocer sus objetivos de rentabilidad, su grado de tolerancia al riesgo y el plazo en el que previsiblemente no necesitará el dinero es sencillamente una frivolidad.

A día de hoy, con los tipos de interés actuales, cualquiera puede conseguir una rentabilidad del 4,2% a un año sin riesgo, invirtiendo en Letras del Tesoro. Quien desee más rentabilidad ha de asumir algún riesgo, definido como volatilidad u oscilaciones en la valoración de su inversión. Quien invierta en Bolsa debe saber que la valoración de su patrimonio fluctuará, y en ocasiones de forma brusca en periodos cortos de tiempo. Por ello, antes de invertir en Bolsa es imprescindible conocer nuestro propio ‘umbral del sueño’. Entendiendo como ‘umbral del sueño’ la fluctuación máxima del patrimonio que uno está en condiciones de soportar sin perder el sueño.

Aquél que invierta un porcentaje de su patrimonio en renta variable superior a su propio ‘umbral del sueño’ puede tener la certeza de que deshará sus inversiones, y por tanto, materializará las pérdidas en el peor momento. Como en casi todas las actividades de la vida, la fijación de unos objetivos y una adecuada planificación de las inversiones acaban dando sus frutos. Duerma tranquilo.

* Jesús Sánchez-Quiñones es director general de Renta 4.

La primera pregunta que suele realizar una persona que tenga la idea de invertir parte de sus ahorros en Bolsa suele ser: ¿dónde invierto? La contestación más sensata y menos frecuente a esta esta pregunta debería ser: ¿usted para qué invierte?, ¿cuáles son sus objetivos? Si no se conocen los objetivos de una inversión nunca se sabrá si se han conseguido, ni cómo actuar ante fuertes fluctuaciones del valor de la inversión. La falta de estos criterios provoca que ante caídas aisladas de las Bolsas, como la ocurrida en febrero de este año o la que pueda ocurrir en cualquier momento, ciertos inversores vendan sus acciones en plena bajada, aunque luego vuelvan a comprar más caro.