Lecciones del caso Zeltia

En los últimos tres días Zeltia no ha parado de recibir titulares y elogios por la aprobación, por parte de la Agencia Europea del Medicamento, de su primer fármaco de origen marino contra un tipo de cáncer muy poco común.

En el momento del éxito siempre son bien recibidos los elogios y las buenas palabras, pero merece la pena recordar que para llegar hasta aquí se han invertido 20 años de investigaciones y al menos 400 millones de euros. Durante este periodo las dificultades han sido múltiples y los apoyos no muy abundantes. Zeltia es una empresa poco conocida y singular en muchos aspectos:

Singular por su dedicación prioritaria a la investigación tomando como fuente de sus fármacos el mar. Zeltia fue pionera en su día y hoy es líder de investigación del mar como fuente de compuestos para combatir el cáncer y el Alzheimer, contando con más de 40.000 compuestos marinos recopilados, clasificados y en estudio.

Zeltia es singular por ser una empresa española en un sector, el biotecnológico, dominado por las grandes multinacionales.

Es singular porque en un país como España, con frecuencia orientado al corto plazo y poco creyente en la investigación como fuente de rentabilidad, Zeltia ha confiado sus beneficios futuros al éxito de investigaciones a muy largo plazo, cuyo proceso dura muchos años.

Como objeto de inversión también es una empresa singular. No se trata de una empresa de flujos de caja o beneficios predecibles en el sentido que lo pueden ser una compañía eléctrica, constructora o un banco. Como todas las biotecnológicas, es una compañía que se mueve mediante grandes “saltos de valor”. Estos saltos de valor en un determinado momento suelen coincidir con la fructificación de investigaciones o la aprobación de las distintas fases de sus medicamentos.

Por último la Bolsa ha cumplido su función de facilitar la financiación de la empresa, a través de varias ampliaciones de capital. Sin ciclo inversor empresarial no habrá crecimiento económico ni riqueza futura.

Ojalá el ejemplo de Zeltia permita que otras empresas aventurarse a desarrollar proyectos de largo plazo de gran valor futuro económico y social. Seguro que la Bolsa cumplirá con su papel como lo ha hecho con Zeltia.