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Los peligros de los bonos de los bancos
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Ignacio Rodríguez Añino

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Los peligros de los bonos de los bancos

Hablar de la estructura de capital de una compañía –y particularmente de los bancos- es más complicado que hablar simplemente de “capital” y “deuda”. El capital

Hablar de la estructura de capital de una compañía –y particularmente de los bancos- es más complicado que hablar simplemente de “capital” y “deuda”. El capital (las acciones) se sitúan siempre en la parte más baja de la estructura, lo que significa que si la compañía quiebra, los accionistas son los últimos de la fila entre los acreedores que pueden reclamar que les devuelvan su dinero disponiendo de los activos de la compañía. Y normalmente se quedan sin nada. Este es el principal motivo por el que la renta variable es más arriesgada que los bonos y suele obtener mayores rentabilidades.

Por encima de las acciones están los bonos con diferentes características según su orden de prelación a la hora de ser remunerados si ocurre la quiebra. De más a menos riesgo existen los bonos “Tier 1”, los “Tier 2”; después vendrían los depósitos de los clientes, los prestamos interbancarios para finalizar con la deuda garantizada por diversos activos, que sería la que cobraría antes.

Lo que ha pasado desde la crisis de la deuda subprime del pasado verano es que los bancos están encontrando muchos problemas para financiarse. El mercado interbancario es muy caro (sólo hay que fijarse en el Euribor) y las titulizaciones de hipotecas han pasado a mejor vida.

¿Qué pueden hacer entonces los bancos? Por un lado, remunerar mucho más los depósitos de sus clientes, lo que ha resultado en un trasvase muy importante de fondos de inversión hacia depósitos y estructurados. Por otro lado, hemos empezado a ver ampliaciones de capital, e incluso emisiones de convertibles. Estas ampliaciones normalmente son malas para los accionistas porque los diluyen y buenas para los bonistas porque reducen los riesgos de impago de los bancos al incrementar la base de capital.

Con los tipos de interés al alza, sobre todo el Libor y el euribor, que cotizan más de un 1% por encima del tipo de intervención de los bancos centrales, los bancos sólo encuentran financiación muy cara ya que, simplemente, no pueden endeudarse a tipos atractivos. Esto hace que no tengan capacidad de prestar y que se desarrolle la contracción del crédito que estamos viviendo con la consecuente reducción del consumo.

¿Puede ser peor en el futuro?

Sí , si los bancos no tienen éxito en colocar sus ampliaciones de capital. Si nos fijamos en la última de Royal Bank of Scotland, (RBS), la mayor de Europa con 14.900 millones de euros (!), que fue anunciada con un descuento del 40% sobre el precio de la acción en ese momento, en sólo dos semanas la acción cayó un 20%. Suponiendo que caiga otro tanto (por debajo del precio de la ampliación), los bancos comprometidos con la ampliación UBS, Merril Lynch o Santander, pagarían más por cada acción que su precio de mercado. Y estamos hablando de un montón de dinero.

Es bastante improbable que esto pase con RBS, pero otros bancos que están buscando financiación mediante estas ampliaciones (como el británico Bradford & Bingley) sí que pueden empezar a sentir que no pueden colocarla tan fácilmente. Si esto pasa, también empezarán a sufrir los bonos bancarios, sobre todo los más “junior” o “Tier 1”. Como consecuencia, una buena idea es evitar este tipo de bonos en las carteras de renta fija.

Ignacio Rodríguez Añino, responsable de M&G en España

Hablar de la estructura de capital de una compañía –y particularmente de los bancos- es más complicado que hablar simplemente de “capital” y “deuda”. El capital (las acciones) se sitúan siempre en la parte más baja de la estructura, lo que significa que si la compañía quiebra, los accionistas son los últimos de la fila entre los acreedores que pueden reclamar que les devuelvan su dinero disponiendo de los activos de la compañía. Y normalmente se quedan sin nada. Este es el principal motivo por el que la renta variable es más arriesgada que los bonos y suele obtener mayores rentabilidades.

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