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La fuente está llena pero el grifo no funciona
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Jesús Sánchez-Quiñones

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La fuente está llena pero el grifo no funciona

La mejor noticia de los últimos tres meses es la sensación de encarrilamiento del riesgo de colapso del sistema financiero. Tras las decididas actuaciones de los

La mejor noticia de los últimos tres meses es la sensación de encarrilamiento del riesgo de colapso del sistema financiero. Tras las decididas actuaciones de los gobiernos garantizando los depósitos; aportando fondos a los bancos, e incluso nacionalizándolos en algunos casos, la percepción de riesgo sistémico en el sector financiero ha menguado notablemente. Ahora el problema principal de la economía se ha trasladado al “presunto” estrangulamiento del crédito”.

 

Los bancos ya no tienen los problemas de liquidez de hace escasos meses. En el caso español  los bancos y Cajas pueden acudir a las subastas de activos de hasta 50.000 millones de euros que se irán realizando en los próximos meses, además de poder emitir por importe de 100.000 millones con el aval del Estado. Estas medidas locales complementan la “barra libre” abierta por el Banco Central Europeo (BCE). Cualquier entidad puede solicitar por cuantía ilimitada en las subastas de liquidez BCE, siempre que tenga activos suficientes para depositarlos en garantía. El tipo aplicado en dichas subastas es de 2,50% (tipo de intervención). Durante el mes de noviembre las entidades españolas captaron 91.000 millones de euros por este mecanismo.

El BCE permite a las entidades depositar sus excesos de liquidez remunerándolos al 2% (tipo de intervención menos 0,50%). En noviembre los bancos y cajas españolas depositaron 33.000 millones de euros, cantidades excedentarias de las tesorerías de las entidades que no se han dedicado a conceder créditos.

Si el BCE en lugar de remunerar los excedentes de liquidez al 2% los remunerada al 0,10% las entidades tendrían un aliciente adicional para dedicar dichos recursos a la concesión de créditos, aunque con diferenciales superiores a los aplicados en los últimos años.

De acuerdo con los datos del Banco de España el crédito hasta octubre ha aumentado un 7,6% en comparación interanual. Casi de forma simultánea a la publicación de este dato el presidente de la CEOE exponía al presidente del Gobierno la inquietud de los empresarios por la fuerte restricción del crédito, especialmente a las PYMES. Hay que suponer que las cifras del Banco de España son correctas, y que a su vez, la queja de los empresarios es fundada. En esta “presunta” restricción crediticia algo no cuadra.

En la coyuntura actual es impensable pensar en un crecimiento del crédito en los niveles de los años anteriores de dos dígitos, pero el crecimiento del crédito del 7,6% aun siendo real no se percibe en la economía. Para los próximos años es previsible un crecimiento del crédito en una proporción similar al crecimiento nominal de la economía. Una vez fijada la cantidad de crédito disponible lo importante será conocer la distribución del mismo.

Si los bancos no se fían unos de otros en el mercado interbancario es lógico que no se fíen de las empresas. No obstante, la actividad bancaria se basa en captar pasivo para prestarlo a sus clientes con un diferencial. Sin aumento del crédito y con la mora creciendo, la expectativa de mantenimiento de beneficios y dividendos bancarios en los niveles de 2008 se antoja complicada, salvo que la actividad se recupere.

Cabe la esperanza que con la entrada del nuevo año, y una vez superada la foto del 31 de diciembre, las entidades financieras abran el grifo de la fuente de la liquidez. De no ser así muchas PYMES morirán de sed, causando un deterioro notable de la economía, con aumento del paro, descenso del consumo  y un incremento adicional de la mora.

La mejor noticia de los últimos tres meses es la sensación de encarrilamiento del riesgo de colapso del sistema financiero. Tras las decididas actuaciones de los gobiernos garantizando los depósitos; aportando fondos a los bancos, e incluso nacionalizándolos en algunos casos, la percepción de riesgo sistémico en el sector financiero ha menguado notablemente. Ahora el problema principal de la economía se ha trasladado al “presunto” estrangulamiento del crédito”.