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La deflación que se avecina
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Ignacio Rodríguez Añino

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La deflación que se avecina

Cuando el pasado otoño AIG estaba a punto de quebrar – Lehman lo había hecho unos días antes-  recuerdo haber tenido el sentimiento de que nos

Cuando el pasado otoño AIG estaba a punto de quebrar – Lehman lo había hecho unos días antes-  recuerdo haber tenido el sentimiento de que nos estábamos aproximando al fin del mundo. AIG era, de hecho, el re-asegurador de todo el sistema bancario occidental al haber incluido en sus carteras una gran parte de los riesgos de bancos europeos y americanos.

 

Así que cuando estalló la crisis financiera, no fue extraño que AIG tuviera que enfrentarse a los mayores problemas de su historia. Uno de esos días, o mejor dicho de esas noches, sí que se me pasó por la cabeza cómo sería el vivir en un mundo donde no tuviéramos acceso al dinero y si tendría que irme al pueblo de mi suegra para intentar darle de comer a mi familia del campo. Y es que, durante esos días, estuvimos muy cerca de ver el final del sistema bancario: un mundo donde los bancos no funcionan y donde las personas han perdido todos los ahorros de su vida.

Hoy, a seis meses vista, creo que se puede ser un poco más positivo. El riego de perder todos los ahorros de tu vida ha desaparecido, y el nivel de soluciones que han puesto en juego tanto los bancos centrales como los gobiernos es fantástico: bajadas agresivas de los tipos de interés (llevados cerca de cero en EEUU o en Inglaterra, el BCE todavía se resiste pero lo tendrá que hacer en breve), cantidades ingentes de dinero público (a costa de aumentar el déficit) en el sistema y el rescate de muchos bancos (con diversas soluciones, desde la pseudo-nacionalización a las fusiones auspiciadas por los Estados)

Estas soluciones no se emplearon en la crisis que derivó en la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado y así la depresión duró seis años. Hoy en día, sobre todo en EEUU, los bancos centrales y los gobiernos están haciendo lo que se debe hacer en una crisis financiera.

Sin embargo, la escala de los problemas económicos actuales es inmensa y todavía no se ve la luz al final del túnel: crecimiento económico por los suelos, precio de las casas todavía cayendo, el paro creciendo de modo imparable (que nos lo digan a los españoles) y las ventas minoristas disminuyendo.

Con este panorama (http://www.ecb.eu/mopo/html/index.en.html), en el que la inflación está cayendo en todo el mundo, ya hay Bancos Centrales (como el de Inglaterra) que le dan a la deflación una probabilidad del 20%. En M&G  pensamos que la deflación es un escenario más que probable para la economía global. En Europa, esperamos deflación en la segunda mitad de este año. Puede que la deflación no dure mucho, pero va a estar aquí unos meses.

Mientras las políticas económicas llevadas a cabo hasta ahora nos hacen tener un poco más de esperanza que el pasado otoño, no creemos que vayamos a ver mucho crecimiento económico en los próximos años. Para acelerar en lo posible la recuperación, una vez que a la política monetaria no le quede mucha munición con los tipos cerca del 0%, veremos soluciones alternativas para limitar el daño de  la crisis de crédito. Estas pueden funcionar o no, pero mientras tanto vamos a ver los tipos de interés muy bajos durante mucho tiempo.

Cuando el pasado otoño AIG estaba a punto de quebrar – Lehman lo había hecho unos días antes-  recuerdo haber tenido el sentimiento de que nos estábamos aproximando al fin del mundo. AIG era, de hecho, el re-asegurador de todo el sistema bancario occidental al haber incluido en sus carteras una gran parte de los riesgos de bancos europeos y americanos.