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Invertir a largo plazo en Bolsa (II)
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Ignacio Rodríguez Añino

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Invertir a largo plazo en Bolsa (II)

Si miramos los diez últimos años de rentabilidad de Bolsa, podemos pensar que hay que buscar otras opciones, porque soportar un riesgo alto para obtener unos

Si miramos los diez últimos años de rentabilidad de Bolsa, podemos pensar que hay que buscar otras opciones, porque soportar un riesgo alto para obtener unos retornos prácticamente inexistentes no merece la pena. El Ibex cerró 1998 en los 9.836 puntos, así que no podemos decir que la rentabilidad en estos años haya sido muy grande.

 

También hay quienes dicen que no hay que invertir en renta variable porque es una falacia que siempre se gana. Sólo hay que mirar a Japón y al índice Nikkei para ver que desde los casi 40.000 puntos a los que cotizó en 1989 hasta los casi 9.000 a los que cerró ayer la pérdida en estos 20 años ha sido de un 78%.

Estas cifras son indiscutibles, pero también es verdad que podemos obtener rentabilidades muy atractivas si invertimos en Bolsa a largo plazo después de un período bajista importante. Como comentaba la semana pasada, invirtiendo en renta variable europea a cinco años, desde 1988  a 2008 se hubiera ganado una media del 10,6% anual con una posibilidad del 21% de perder dinero.  Si los períodos son de diez años, no se hubiera perdido dinero (datos calculados con reinversión de dividendos).

Pero en el contexto actual,  son muchas las incertidumbres. No sabemos cómo va a seguir afectando la crisis a las empresas, muchas de ellas van a suspender pagos y las noticias macroeconómicas van a seguir siendo negativas unos cuantos trimestres más: el paro va a seguir al alza, el crecimiento va a ser muy bajo y la inversión empresarial en bienes de equipo escasa.

Por otro lado podemos decir que los niveles de Bolsa de este año son mucho más atractivos de los que existían cuando los mercados estaban en máximos. 

Pero a la hora de invertir no vale cualquier cosa. Los índices bursátiles recogen de manera más o menos fiable la realidad  económica. Así que junto con empresas saneadas y con buen futuro económico se encuentran otras que, si nos dieran a elegir, probablemente rechazaríamos. Y que compramos si nos decidimos por un fondo indiciado o un ETF.

Por ejemplo, si compramos un índice de bolsa compramos exposición al sector bancario o al sector de automoción sin poder evitar comprar tanto a los buenos como a los malos. En épocas alcistas esto no es tan importante porque la diferencia de comportamiento entre los mejores y los peores no es tan grande. Pero en épocas de crisis es esencial saber diferenciar. Así en el S&P 500 de EEUU excluyendo financieros, la rentabilidad media de los diez mejores valores en 2009 hasta mediados de marzo era de 26.5% mientras que la de los diez peores valores era de -65.86%.

Estas enormes diferencias pueden continuar mientras dure la crisis económica, con lo que elegir a los ganadores va a ser clave. La gestión activa, basada en el análisis fundamental de las empresas que componen la cartera, tiene como objetivo esa selección de las mejores compañías, con los balances y cuentas de resultados más saneados y con buenas perspectivas a pesar del entorno.

 

Ignacio Rodríguez Añino, responsable de M&G Investments en España

Si miramos los diez últimos años de rentabilidad de Bolsa, podemos pensar que hay que buscar otras opciones, porque soportar un riesgo alto para obtener unos retornos prácticamente inexistentes no merece la pena. El Ibex cerró 1998 en los 9.836 puntos, así que no podemos decir que la rentabilidad en estos años haya sido muy grande.