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La industria televisiva española, modelo de excelencia
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José Ignacio Bescós

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José Ignacio Bescós

La industria televisiva española, modelo de excelencia

Tengo gran debilidad por Google. Ya no sé si son el Imperio Galáctico o los guays de Alderaan, pero allí por donde pasan la arman.Una de sus

Tengo gran debilidad por Google. Ya no sé si son el Imperio Galáctico o los guays de Alderaan, pero allí por donde pasan la arman.

Una de sus aventuras más entretenidas está siendo la guerra que libran con las televisiones por el dominio del contenido audiovisual en esta, la era digital. La compra de Youtube en 2006 fue el pistoletazo de salida de una carrera en la que las grandes cadenas americanas no se han quedado atrás. Ante la amenaza que suponía el nuevo gigante, que se sumaba a las descargas alegales para poner en peligro su supervivencia, NBC, ABC y Fox, feroces enemigas en el mundo analógico, montaron Hulu, un servicio de streaming de vídeo con publicidad que hasta ahora ha funcionado más que dignamente. Hoy, Youtube sigue siendo, de lejos, el portal de vídeos más visitado (143 millones frente a 28 de Hulu), pero a la hora de convertir visitas en dinero, el número uno es, de lejos, Hulu (783 millones de impresiones publicitarias frente a 219 de Youtube). Además, Hulu es capaz de vender a un CPM (coste por millar de impresiones) medio de 40 dólares. En comparación, el CPM en España es de 10 dólares.

Las últimas escaramuzas en esta guerra televisiva han sido, por el lado de Google, el lanzamiento de Google TV, el aparatito cuyo objetivo es difuminar la frontera tecno-psicológica entre tele e Internet, posibilitando la integración de contenidos y servicios, y por el de las cadenas, el de Hulu Plus. Por 9,99 dólares al mes, Hulu Plus ofrece todo el fondo de catálogo histórico (larga cola difícilmente rentable vía publicidad), más contenido en alta definición y multiplataforma. Y la respuesta no ha podido ser mejor.

Todo eso en EE.UU. ¿Y en España? ¿Qué han estado haciendo nuestras poderosas cadenas, ese ejemplo superlativo de servicio público responsable y constructivo? ¿Cómo se han posicionado ante la amenaza de un cambio radical en las reglas de juego? Pues las respuestas a tan impertinentes preguntas son “casi nada” y “de canto”, respectivamente. Mostrando la miopía propia del que se ha ganado la vida a base de graciosa concesión del que manda, nuestra industria televisiva ha sido incapaz de dar la relevancia debida al tsunami que ya ahogó a las discográficas. Una década han tenido para hacer frente común e inventarse alternativas de futuro inteligentes, una década malgastada en inundar Youtube con sus contenidos en canales oficiales, cada una por su lado. Eso las que aún se atreven con Youtube. Otras directamente se atrincheran en los juzgados, y encima pierden los juicios legales después de haber perdido el juicio empresarial.

Durante esa década, valientes start ups españolas como ADNstream o Pomelotv se han hartado de hacer propuestas de tecnologías neutras en las que podrían participar accionarialmente las cadenas, modelo Hulu. Mas las teles, más preocupadas con hacerse con el botín publicitario de la cadena de todos o con obtener autorización para unas fusiones que desafían su carácter de concesión pública, responden que los contenidos son suyos en exclusiva y que no los ceden. Fantástico.

Fantástico para Google TV que ya se está relamiendo por los ingresos que va a sacar porque las va a desintermediar a todas con parrilla personalizada y automática en los televisores y set top boxes. Y es que las cadenas nada van a poder hacer por evitar que la caja de búsqueda de Google se coloque por encima de la emisión de sus imágenes hasta ahora intocables. Un buscador omnipresente durante todo el tiempo que está encendida  la tele, independientemente del canal en el que estés... Mézclese eso con adsense, la mejor maquinaria del mundo de publicidad personalizada, agítese y sírvase frío.

Por si fuera poco, además están la operadoras con sus propias cajas intentando mejorar su oferta de conectividad de ADSL (Movistar y Vodafone lanzan la suya bien pronto), los reyes de la electrónica de consumo (Samsung, LG, Philips, Sony) intentando ser un operador más, los fabricantes de set top boxes haciendo lo que saben hacer, las grandes superficies preparando un servicio de videoclub, los exhibidores de cine explorando la misma jugada, Apple TV...

Qué Dios pille confesadas a las teles. O a nosotros. Porque cuando hablamos de televisión o fútbol, tan cuidados por una clase política de palco y noria,  las irresponsabilidades ajenas las paga siempre quien yo me sé.

Buena semana a todos, y tengan cuidado ahí fuera.

Tengo gran debilidad por Google. Ya no sé si son el Imperio Galáctico o los guays de Alderaan, pero allí por donde pasan la arman.

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