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Deuda bancaria "senior" que quizás no es tan "senior"
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Ignacio Rodríguez Añino

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Deuda bancaria "senior" que quizás no es tan "senior"

La preocupación que está provocando la situación financiera de Irlanda está afectando a los mercados europeos al descontarse con casi total seguridad un rescate por parte

La preocupación que está provocando la situación financiera de Irlanda está afectando a los mercados europeos al descontarse con casi total seguridad un rescate por parte de la Unión Europea.

Esta situación de Irlanda demuestra que los salvamentos bancarios son situaciones  tremendamente difíciles de manejar. Los reguladores (gobiernos, bancos centrales) intentan evitar que los bancos quiebren y limitar el daño que producen cuando lo hacen.

Desde el comienzo de la crisis, el gobierno irlandés no sólo garantizó el dinero de los depositantes, sino que también aseguró el de los acreedores (instituciones, planes de pensiones, incluso otros bancos que han comprado deuda más o menos “senior”  – es decir, deuda con mejor situación para cobrar en el caso de concurso de acreedores, cuanto más “senior” mayor garantía).

Desgraciadamente esta buena idea ha provocado que Irlanda haya tenido que ir capitalizando su sistema bancario según han aflorado pérdidas, llevando su déficit hasta límites no asumibles.

El salvar a los depositantes es algo que en mayor o menor medida han hecho todos los gobiernos, incluido el español. Lo que se quiere evitar es que los ahorradores tengan la percepción de que pueden perder todo su dinero por los excesos cometidos por los banqueros.  Pero una cosa son los depositantes y otra los acreedores institucionales.

La situación en que puede quedar la deuda senior de los bancos es una de las cuestiones importantes de este proceso de rescate bancario. Hasta hace bien poco se consideraba que los tenedores de deuda senior debían ser tratados como depositantes, es decir, no podrían sufrir pérdidas. Sin embargo, hay una opinión creciente entre los reguladores que dice que también tienen que sufrir pérdidas: si has invertido en un banco mal gestionado, ¿por qué esperas recibir todo tu capital cuando las cosas van mal?

Matthew Russell, gestor de renta fija de M&G Investments, en http://www.bondvigilantes.com, considera que los planes de pensiones y las compañías de seguros han sido tradicionalmente los inversores que han invertido en deuda senior por considerarla de muy poco riesgo. Ahora si las cosas cambian y estos inversores institucionales quieren seguir manteniendo duración y exposición al riesgo, pueden sentirse inclinados a cambiar deuda senior por cédulas hipotecarias.

Estas son productos garantizados por un grupo de hipotecas que deberían seguir pagando el principal y los intereses aunque el banco desapareciera. Además las cédulas se pueden beneficiar de su menor necesidad de capital para los emisores según la normativa de Basilea III.

Si las cédulas hipotecarias están en la parte más garantizada de la estructura de un balance bancario, en el lado opuesto encontramos las llamadas notas CoCo securities (Contingent Capital) como las emitidas por Rabobank y Lloyds en los últimos 12 meses. Los CoCos le gustan mucho a los reguladores ya que de algún modo son anticíclicos: cuando el capital de un banco (tier 1)  llega a un determinado nivel, estos bonos CoCo se convierten en capital, incrementando así el porcentaje de capital que sería el primero en absorber pérdidas.

Para algunos analistas, la deuda subordinada tradicional dejaría de existir con este esquema y la estructura de capital de los bancos se compondría de depósitos, cédulas hipotecarias, deuda senior, CoCos y acciones.

Para Matthew Russell la deuda senior se puede convertir en un activo bastante exótico: los inversores que no quieran riesgo comprarán cédulas hipotecarias y los que busquen rentabilidades más altas CoCos.  Y si un banco entra en dificultades, los CoCos  se convertirán en acciones pero si son suficientes para parar la quiebra, el siguiente tramo que será utilizado para compensar a los acreedores será la deuda senior, que tendrá menos activos en los que apoyarse que históricamente (ya que las hipotecas buenas estarán titulizadas en cédulas). Si esto es así, a los inversores en deuda senior bancaria quizá les aguardan unos tiempos duros en los próximos años.

La preocupación que está provocando la situación financiera de Irlanda está afectando a los mercados europeos al descontarse con casi total seguridad un rescate por parte de la Unión Europea.

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