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A pesar de todo, los bonos corporativos siguen atractivos
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Ignacio Rodríguez Añino

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A pesar de todo, los bonos corporativos siguen atractivos

Durante los años anteriores a la crisis de crédito, la renta fija corporativa no fue una buena opción de inversión. Los diferenciales de los bonos de

Durante los años anteriores a la crisis de crédito, la renta fija corporativa no fue una buena opción de inversión. Los diferenciales de los bonos de alta calidad crediticia y los bonos high yield estaban valorados descontando lun escenario idílico y no compensaban el riesgo extra que conllevaba invertir en este tipo de activos.

En 2008 fue la debacle. Muchos inversores se vieron forzados a vender sus posiciones de bonos, sobre todos aquellos bancos y hedge funds apalancados que tuvieron que salir al mercado a obtener cualquier precio por sus carteras. Durante meses, la presión vendedora y la falta de liquidez hicieron que los precios se desplomasen.

El resultado fue que 2008 fue uno de los peores años de la historia para la renta fija corporativa y el high yield. Las pérdidas fueron generalizadas en las carteras de renta fija y  los diferenciales en los bonos BBB superaron en algunos casos el 10%. Como algunas veces pasa cuando hay excesos, estos se corrigieron de forma excesiva. 2009 fue un año único para la renta fija. Las rentabilidades fueron espectaculares, una oportunidad probablemente única en la vida: por ejemplo rentabilidades de más del 60% en algunos fondos de high yield.

Hoy nos encontramos en una situación diferente. Hay amenazas inflacionistas debido a los alimentos y al petróleo, y Trichet amenaza con subir tipos de interés en abril y quebrar la tendencia de tipos bajos que empezó a finales de 2008.

El terremoto y el tsunami de Japón han ocasionado, además de un drama humano terrible en todos los afectados, el temor a un accidente nuclear que todavía no puede ser descartado.

La posibilidad real de reducir la producción de energía en las centrales nucleares actuales y la ralentización o abandono de la construcción de nuevas centrales de este tipo ha añadido presión a los precios energéticos. Y además, tenemos la crisis Libia que empuja al alza el precio del petróleo.

En este entorno inflacionista y de subidas de tipos, ¿podemos decir que los bonos corporativos son atractivos? 

Puede que sí.  Richard Woolnough, gestor del M&G Optimal Income, sigue positivo referente al crédito y piensa que las inversiones en bonos corporativos están siendo bien remuneradas si las comparamos con las inversiones en liquidez.

Los diferenciales de crédito están descontando una desaceleración de la economía cuando una recaída en la recesión parece difícil de ver. Al final, los inversores en bonos están siendo recompensados de sobra por el riesgo de impago que asumen.

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Además la pendiente de la curva está tan vertical que hace que la duración sea atractiva. En el gráfico adjunto, vemos que comparando el crédito con la liquidez (en este caso LIBOR), los bonos están casi en el punto de mayor atractivo vs. la liquidez.

Por otro lado, y aunque Trichet suba los tipos de interés, no parece tan claro que el Banco de Inglaterra o la FED Americana lo imiten en el corto plazo debido al crecimiento todavía débil de las economías desarrolladas.

En este entorno, con los balances de muchas compañías mejorando, todavía podemos encontrar valor en bonos corporativos y de high yield.

Durante los años anteriores a la crisis de crédito, la renta fija corporativa no fue una buena opción de inversión. Los diferenciales de los bonos de alta calidad crediticia y los bonos high yield estaban valorados descontando lun escenario idílico y no compensaban el riesgo extra que conllevaba invertir en este tipo de activos.

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