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Vendido de dólares, comprado de materias primas
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Vendido de dólares, comprado de materias primas

El mercado de divisas es el más difícil de predecir de todos los mercados financieros. En cualquier otro mercado los participantes, tanto compradores como vendedores buscan

El mercado de divisas es el más difícil de predecir de todos los mercados financieros. En cualquier otro mercado los participantes, tanto compradores como vendedores buscan maximizar su beneficio. En el caso de las divisas no siempre es así. Los bancos centrales de los distintos países son operadores muy relevantes en estos mercados y su principal objetivo no necesariamente es maximizar el beneficio de sus operaciones, sino que persiguen otros fines acordes con la política económica de  su país.

Desde el principio de este año el comportamiento del dólar ha sido totalmente inverso al realizado por las bolsas y las materias primas. Cuanto más se depreciaba el dólar, más subían las bolsas y las materias primas, principalmente el oro, la plata y el petróleo.

Con el tipo de interés del dólar cercano a cero, se están produciendo movimientos conocidos como “carry trade”, tal y como años atrás sucedía con el yen japonés. Los inversores se endeudan en dólares a un tipo de interés muy bajo y utilizan dicha financiación para invertir en todo tipo de activos, tanto en dólares, en materias primas, como en otras divisas. Cuanto mayor es el volumen de “carry trade” para invertir en otras divisas mayor es la caída del dólar, ya que los inversores venden los dólares para adquirir la divisa objeto de la inversión. El movimiento será el opuesto cuando tengan que vender su posición en la otra divisa para convertirla en dólares y devolver la financiación recibida.

La enorme escalada de precios de la materias primas también parece estar vinculada a la depreciación del dólar. Así, en el caso del petróleo, las posiciones mantenidas en el mercado de futuros sobre el petróleo como posiciones especulativas, frente a las mantenidas por los operaciones comerciales que realmente necesitan el petróleo o se cubren frente a su oscilación, están en máximos históricos. El máximo de posiciones especulativas anterior se produjo en verano de 2008 cuando el petróleo alcanzó 140$ el barril. Las posiciones especulativas actuales triplican las existentes hace tres años.           

Los principales beneficiados de un dólar débil han sido las grandes empresas americanas. En la presentación de los resultados del primer trimestre del ejercicio tres de cada cuatro compañías del S&P 500 han obtenido mayores beneficios de los esperados. Dada la debilidad de la demanda interna americana, la mejora de resultados se debe, en gran medida, a las ventas exteriores de sus multinacionales. La mitad de los beneficios de las empresas del índice Dow Jones y el 40% de los beneficios del S&P 500 provienen del exterior. Al presentar sus cifras en dólares, simplemente manteniendo las ventas en euros o en cualquier otra divisa distinta del dólar, la cifra total de ventas y beneficios en dólares se incrementa por la mera depreciación del dólar.

Tradicionalmente la Reserva Federal americana ha marcado la pauta de las subidas de tipos del resto de bancos centrales. Solía ser el primer banco central en hacerlo, siguiéndole poco después el Banco Central Europeo. En esta ocasión no está siendo así. Mientras el BCE ya ha subido una vez los tipos de interés y previsiblemente lo hará dos o tres veces más en los próximos meses, la Reserva Federal intenta posponer el máximo tiempo posible cualquier subida de tipos. Esta disparidad de actuaciones ha favorecido la depreciación del dólar a niveles cercanos a 1,50 contra el euro.

Ha bastado que el BCE haya relajado mínimamente su mensaje, interpretándose como un aplazamiento de algún mes en su próxima subida de tipos para que el dólar se recupere un 4%, y de forma simultánea algunos precios de materias primas se despeñaran: la plata el 27%, el petróleo un 15% y el oro un 4%.

Es arriesgado aventurar que harán las divisas pero todo parece indicar que la actual debilidad del dólar contra el euro tiene fecha de caducidad.

El mercado de divisas es el más difícil de predecir de todos los mercados financieros. En cualquier otro mercado los participantes, tanto compradores como vendedores buscan maximizar su beneficio. En el caso de las divisas no siempre es así. Los bancos centrales de los distintos países son operadores muy relevantes en estos mercados y su principal objetivo no necesariamente es maximizar el beneficio de sus operaciones, sino que persiguen otros fines acordes con la política económica de  su país.