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Peligrosa especulación en las materias primas
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Peligrosa especulación en las materias primas

La subida del precio de las materias primas en los últimos 12 meses ha sido generalizada (plata + 82%; oro + 21%; trigo 54%; maíz 88%;

La subida del precio de las materias primas en los últimos 12 meses ha sido generalizada (plata + 82%; oro + 21%; trigo 54%; maíz 88%; petróleo +46%; algodón 78%; azúcar 52%...), con la excepción del gas natural.

Sin duda el fuerte crecimiento de China y otros países emergentes han supuesto un incremento de la demanda. La debilidad del dólar, divisa en la que se negocian la práctica totalidad de las materias primas, provoca un aumento del precio. Factores climatológicos coyunturales como las inundaciones de Australia, o sequías en zonas de gran producción de materias primas agrícolas también han provocado un efecto de reducción de la oferta que han presionado a los precios al alza.

No obstante, Analizando los datos proporcionados por el organismo norteamericano encargado de velar por la integridad de los mercados de futuros de materias primas, la CFTC (US Commodity Futures Trading Comission) es fácil concluir que gran parte de la subida de las materias primas se debe a la especulación, al ser consideradas las materias primas como una clase de activo financiero más. La CFTC clasifica las posiciones abiertas en los mercados en dos grupos:

Posiciones comerciales, entendiendo por tales las mantenidas por entidades que usan el mercado de futuros para comprar o vender las materias primas subyacentes, o que se cubren ante futuras compras o ventas.

Posiciones especulativas. Las realizadas por cualquier inversor que sólo busca beneficiarse del movimiento de la materia prima subyacente. En este bloque destacan los hedge funds.

Las posiciones especulativas se han doblado en los últimos seis meses. Sumando las posiciones especulativas abiertas en siete de las principales materias primas, éstas superan los 100.000 millones de dólares. Hace apenas cinco años el volumen era despreciable. En la práctica totalidad de los casos el precio de mercado de los futuros sobre las materias primas dobla o triplica el coste de producción, hecho poco sostenible en el tiempo.

En el caso de los futuros sobre el petróleo, el anterior máximo de posiciones especulativas abiertas se produjo en julio de 2008 cuando el precio del barril alcanzó los 150 dólares. Ahora los niveles de posiciones especulativas abiertas triplican los de aquel momento, aunque el precio no haya alcanzado los niveles de hace tres años. Ya sabemos lo que ocurrió entonces tras alcanzar el techo de los 150 dólares, el precio se derrumbó.

Las materias primas agrícolas previsiblemente serán las primeras en recortar sensiblemente sus precios. Cuando los precios de una materia prima están muy por encima de su coste de producción existe un elevado incentivo de cultivar dicha materia prima para aprovecharse del diferencial entre el precio de mercado y el coste de su producción. La confluencia de una cuantiosa oferta adicional hace que los precios se reduzcan. El tiempo que hay que esperar para ver caer los precios es el que tarda en producirse la cosecha.

Quien invierta en materias primas como inversión financiera debe ser consciente que este tipo de activo no genera ni cupones, ni dividendos. Para que el precio suba es necesario que detrás de él vengan otros inversores que también inviertan en dicha materia prima y presionen a los precios al alza. En cuanto se reduzca el volumen de inversión el precio cae. El efecto de la demanda de los países emergentes sobre las materias primas es indudable, pero actualmente priman las posiciones meramente especulativas sobre la demanda real. Sin ellas no es posible justificar los niveles de precios alcanzados por muchas de ellas. No debería sorprender que los precios de las materias primas sufran bruscas caídas (como ya le ha ocurrido a la plata) en un futuro cercano.

La subida del precio de las materias primas en los últimos 12 meses ha sido generalizada (plata + 82%; oro + 21%; trigo 54%; maíz 88%; petróleo +46%; algodón 78%; azúcar 52%...), con la excepción del gas natural.