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Es necesario un calendario para las agencias de rating
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Es necesario un calendario para las agencias de rating

Las agencias de calificación crediticia o rating simplifican el trabajo a los inversores institucionales al proporcionar una evaluación fácil de entender de cada emisión analizada, simplificando

Las agencias de calificación crediticia o rating simplifican el trabajo a los inversores institucionales al proporcionar una evaluación fácil de entender de cada emisión analizada, simplificando el resultado del análisis con el otorgamiento de una sencilla nota de apenas tres letras. Dichas calificaciones permiten comparar de forma sencilla unas emisiones con otras en función del riesgo otorgado en el rating a cada una de ellas. 

Los mercados de renta fija llevan años funcionando basándose en las calificaciones crediticias otorgadas por las tres principales agencias de rating: S&P, Moody´s y Fitch. Un rating elevado es (o al menos era) sinónimo de solvencia del emisor. Incluso en numerosas ocasiones las propias condiciones de las emisiones contemplaban un aumento de la retribución al tenedor del bono por la mera rebaja del rating. La mayoría de las compañías aseguradoras, fondos de pensiones o fondos de inversión de renta fija sólo pueden invertir, por limitación de sus propios estatutos, en emisiones de renta fija con un determinado rating mínimo

El Banco Central Europeo, entre otros organismos públicos, se basa en las calificaciones que otorgan las agencias de rating a la hora de determinar si acepta como garantía determinados bonos. Se les está otorgando un poder excesivo a entidades que están registradas en EE.UU. como periodistas financieros y carecen de regulación específica. Este poder contrasta con los avisos (disclaimers) que las propias agencias de rating incluyen en sus análisis. A modo de ejemplo se incluye parte del aviso de una de las tres grandes agencias de calificación: “Las calificaciones asignadas por la AGENCIA DE CALIFICACIÓN son solamente opiniones, no declaraciones de hechos o recomendaciones para comprar, retener o vender título alguno. De acuerdo con ello, ningún usuario de calificaciones crediticias emitidas por la AGENCIA DE CALIFICACIÓN debe basarse en tales calificaciones o en otras opiniones de la AGENCIA DE CALIFICACIÓN, al momento de tomar cualquier decisión de inversión.” 

En definitiva, las agencias de calificación se autoexculpan de toda responsabilidad en caso de que su calificación crediticia se demuestre errónea. Desde el punto de vista de las agencias es una posición lógica y entendible. Lo que no es de recibo es que todo el sistema de los mercados de renta fija esté basado sobre las calificaciones de las tres principales agencias de rating sin que estén sometidas a ninguna regulación, ni a ninguna responsabilidad. Parece que nadie se ha leído los “avisos” de sus calificaciones, ni siquiera el Banco Central Europeo. De no ser así, harían sus propios análisis al margen de las opiniones de las agencias

Dada la tremenda influencia de las decisiones adoptadas por las agencias de calificación en los mercados, al menos se debería establecer un calendario de publicaciones de sus análisis. No es indiferente que Portugal vea reducido su rating en cuatro escalones un día por sorpresa. Tampoco parece razonable que una agencia de rating emita su calificación sobre dicha una entidad en medio de su proceso de salida a bolsa. De igual forma, tampoco parece razonable que un Estado, o una empresa, sufra tres veces los efectos negativos de la bajada de su rating: uno por el anuncio de cada agencia en el momento de cada publicación. Mientras las agencias de rating sigan manteniendo su actual poder de influencia sobre los mercados financieros, al menos deberían tener definido un calendario de anuncios que permitiera a todos los inversores conocer cuándo se puede producir un cambio de opinión con indudable efecto sobre el mercado. 

La influencia de un cambio de calificación crediticia o incluso de perspectiva de la deuda de una empresa o un Estado, llega a ser mayor que la publicación de datos macroeconómicos, la publicación de resultados de una compañía o incluso que una modificación de tipos por parte del BCE. Si en estos casos dichos anuncios están sujetos a un calendario predefinido, sería lógico que la publicación de las decisiones de las agencias de rating también se produjesen en las fechas señaladas en un calendario conocido y preestablecido.

Las agencias de calificación crediticia o rating simplifican el trabajo a los inversores institucionales al proporcionar una evaluación fácil de entender de cada emisión analizada, simplificando el resultado del análisis con el otorgamiento de una sencilla nota de apenas tres letras. Dichas calificaciones permiten comparar de forma sencilla unas emisiones con otras en función del riesgo otorgado en el rating a cada una de ellas.