Es noticia
¿Gestión activa o pasiva?
  1. Economía
  2. Información privilegiada
Ignacio Rodríguez Añino

Información privilegiada

Por

¿Gestión activa o pasiva?

La polémica acerca de si los gestores activos son capaces de batir al mercado a largo plazo es recurrente en la industria y en los foros

La polémica acerca de si los gestores activos son capaces de batir al mercado a largo plazo es recurrente en la industria y en los foros de inversores.

Hay opiniones para todos los gustos y algunos se lo toman muy a la tremenda, considerando que los gestores activos se ven como opuestos y contrarios a los modos de inversión pasivos, ya sean fondos índice o ETFs. Estos, con comisiones mucho más bajas, ofrecen rentabilidades similares a las de los índices (aunque inferiores por definición).  

Creo que ambos estilos de gestión pueden ser complementarios en una cartera diversificada. Tener fondos de inversión activos de valor como parte principal de la cartera a largo plazo y hacer apuestas tácticas de “asset allocation” con fondos índice puede ser una estrategia de sentido común.

En M&G consideramos que, si bien es cierto que muchos fondos activos no baten en el largo plazo a sus índices, hay gestores activos que alinean sus intereses con los de sus inversores y mantienen consistencia en su proceso de inversión teniendo así muchas posibilidades de ofrecer rentabilidades superiores a su índice de referencia en el medio y largo plazo.

En esta polémica, me gustaría destacar algunos puntos favorables a los gestores activos:

1.- Invertir de forma activa a largo plazo puede proporcionar rentabilidades superiores a los índices

Hay gestores activos con un largo recorrido que demuestran que son capaces de batir a su índice de referencia en el largo plazo. Si hablamos de gestoras españolas, podemos nombrar a Bestinver o a Aviva Gestión. En M&G muchos de nuestros fondos tienen una rotación media de cartera en el entorno del 25%. Esto significa que una compañía está de media en nuestros fondos unos cuatro años. Como dice Graham French, gestor del M&G Global Basics “rotar  la cartera dos veces al año no es invertir, es ir al casino”. Invertir en compañías que se conocen bien, con una generación suficiente de caja, en las que los gestores tienen alineados sus intereses con los de los inversores minoristas (que crezcan el precio de la acción y los dividendos) y que prestan más atención a los resultados a largo plazo que a los trimestrales, suele dar muy buenos resultados a largo plazo.

2.- Tener en cuenta al índice de referencia, pero no seguirlo a ciegas

Si un fondo sigue un índice casi al 100%, es dificilísimo batirlo, sólo los gastos de gestión hacen el objetivo casi imposible.  Y seguir al índice tiene sus riesgos: tener en cartera empresas que no comprarías por sus fundamentales. Por ejemplo, 2008, sólo los gestores activos podían estar infrapesados en el sector financiero. En 1999 y 2000, Vodafone significaba más del 13% del índice FTSE 100,  los gestores pasivos no pudieron sino ir incrementando su exposición a esta compañía aunque fueran conscientes de la burbuja.

3.- Necesidad de tracking error altos

El tracking error  tiene que ser alto para poder añadir alfa (obtener más rentabilidad que el índice) en la gestión. Los gestores activos con tracking error bajo están en una tierra de nadie: los costes de gestión harán que su rentabilidad sea muy cercana al índice (y eso sólo si aciertan). El futuro es de los fondos índice o de los fondos activos con tracking error altos.

4.- No cambiar el proceso de inversión porque aparezca una moda nueva

No seguir los nuevos paradigmas, las punto com en los noventa o los bancos en 2007, sólo se puede hacer si no se cambia el proceso de gestión y se mantienen la misma filosofía de inversión. Los principios de la gestión de valor son conocidos desde hace tiempo, pero son difíciles de mantener bajo la presión de los mercados en plena burbuja de crecimiento.

5.- Seguir a los índices en renta fija es peligroso

En los índices de renta fija las empresas y los sectores más endeudados tienen mayor peso. Son, al contrario que los índices de renta variable, donde las empresas con mayor capitalización son las más importantes y son reflejo del éxito de la gestión, en los índices de renta fija no se puede decir lo mismo. Sólo como referencia, el sector financiero tiene un peso en los índices de renta fija corporativa cercano al 50%.

6.- Tener en cuenta el riesgo de contrapartida y liquidez (entre otros)

Los ETFs o index-trackers sintéticos , aquellos que no replican una cartera con acciones sino con swaps o derivados, tienen un riesgo de contrapartida y liquidez (muy bien explicados por Gfierro en Rankia) que no tienen los que poseen físicamente las acciones (o una gran parte de ellas) que componen el índice.

7.- Tratamiento fiscal

Sin duda es una de las ventajas de los fondos de inversión (incluidos los “index trackers”) comparados con los ETFs. En España, la posibilidad de retrasar el pago de plusvalías mediante el traspaso entre fondos es muy ventajosa.  

Reitero lo dicho al principio, no veo que los fondos índice y los ETF sean opuestos a los fondos de gestión activa, sino complementarios que tienen lugar en una cartera diversificada. Pero hay que conocer bien sus características para poder aprovechar sus cualidades.

La polémica acerca de si los gestores activos son capaces de batir al mercado a largo plazo es recurrente en la industria y en los foros de inversores.